Hospitales Universitarios San Roque: 365 días de pandemia al servicio de la salud de todos

Hospitales Universitarios San Roque hace balance del año cumplido desde que se decretara el Estado de Alarma por la pandemia de coronavirus SAR-COV2, poniendo en valor el esfuerzo y profesionalidad de las plantillas de todos sus centros. Ha sido un año difícil de lucha contra un enemigo desconocido que se salda con una exitosa resolución de todas las complejas pruebas que han tenido que superar.

La entidad sanitaria ha garantizado la atención de alto nivel que exige la crisis sanitaria, estableciendo las medias y protocolos de COVID19 en consultas, quirófanos, hospitalización y todas sus instalaciones; que garantizan la seguridad de pacientes, familiares y de todo el personal.

Minimizar el riesgo y mantener la prestación sanitaria ante la COVID19, servicio esencial para toda la población canaria, ha sido un gran reto que ha requerido del compromiso profesional y personal de todas las áreas organizativas de Hospitales Universitarios San Roque.

Las medidas tomadas fueron de una verdadera gestión de crisis, afectando a todos los procesos y a la actividad sanitaria para los que se han dictado y aprobado protocolos de alta exigencia avalados por AENOR. Hospitales Universitarios San Roque se convirtió en julio de 2020 en la primera entidad sanitaria privada de Canarias que acreditaba el cumplimiento de la metodología basada en las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales con la certificación de AENOR. La metodología de AENOR contempla un completo registro de campos como salud laboral, buenas prácticas de limpieza e higiene (con la posibilidad de la realización de pruebas de laboratorio como la verificación de correcta limpieza y desinfección de superficies), medidas organizativas, medidas de protección o formación, información y comunicación, planes de contingencia y continuidad de la salud.

En sus primeros pasos frente a la pandemia la entidad sanitaria incorporó el sistema de desinfección MoonBeam3 a sus dos hospitales como herramienta de refuerzo a la estricta limpieza que ya se venía haciendo de manera convencional. Se trata de la tecnología UV-C de máxima eficacia para reducir la contaminación y el potencial de infección mediante el uso de luz ultravioleta de corta longitud de onda para inactivar microorganismos.

Era imprescindible garantizar la atención a todos los pacientes, también a aquellos que requerían de una intervención quirúrgica o bien vital, o que no se pueden aplazar porque agravarían la situación clínica del paciente. El Protocolo de Prevención Quirúrgica puesto en marcha por HUSR contempló medidas específicas como la modificación de circuitos, la sectorización de los quirófanos y los estudios inmunológicos.

En cuanto a la práctica quirúrgica, en los estudios preoperatorios se incluyeron las pruebas de estado inmunitario, tanto del paciente como del personal que interviene en el procedimiento. De hecho, todos los profesionales como cirujanos, anestesistas, enfermeros, auxiliares, personal de limpieza, etcétera, se sometían a las pruebas que garantizaran que estaban libres del virus.

La intervención se desarrolla en quirófanos sometidos a protocolos especiales a los que no puede acceder nadie que no se haya sometido con anterioridad a la prueba. Los quirófanos son sometidos a estrictos controles de limpieza y esterilización adaptados a la situación de emergencia sanitaria por COVID19.

Las distintas áreas hospitalarias se sectorializaron diseñando circuitos 'limpios' de acceso y permanencia que aseguran su condición 'libre del virus'. Desde el sector de extracciones, hasta el de hospitalización, pasando por los quirófanos, el circuito garantiza la minimización del riesgo.

Al mismo tiempo se dotaba de todas las pruebas diagnósticas necesarias para la detección de la COVID-19 habilitando un espacio independiente, provisto de todas las medidas de prevención necesarias, para poder desarrollar los cribados. Siendo los primeros en usar los test rápidos de Antígenos.

Conscientes de que parte del éxito radicaba en limitar el riesgo de exposición, la entidad sanitaria puso en marcha sus servicios de telemedicina que evitaban el desplazamiento de los pacientes y descongestionaban los centros sanitarios. Teniendo en cuenta las características personales y de patología de cada paciente, se posibilitaron teleconsultas en áreas como Cirugía Torácica, Medicina Interna, Endocrinología, Dermatología, Cardiología, Psicología, Cirugía Plástica, Cirugía Vascular y Cardiología.

Además, Hospitales Universitarios San Roque en Maspalomas afrontó la remodelación de su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para mayor confort, seguridad e intimidad de sus pacientes, incorporando tecnología sanitaria de última generación.

Las obras se enfocaron de forma integral de tal manera que los ocho boxes se aislaron con tabiques acristalados y dos de ellos se dotaron de presión negativa que permite un mejor control de los pacientes, pudiendo tratar de manera segura y eficaz patologías infecciosas; incluyendo a pacientes COVID19.

En la nueva UCI todos los boxes cuentan con las canalizaciones necesarias para la realización de terapia de hemodiálisis y se han dotado de nuevas camas de avanzada tecnología que suponen un salto cualitativo en la atención que se presta al paciente.

Han sido casi doce meses de duro trabajo en donde hemos atendido a unos 400 pacientes COVID19.

Y en estas últimas semanas, Hospitales Universitarios San Roque, junto a otras entidades sanitarias y en colaboración con el Servicio Canario de la Salud, han ayudado de forma altruista a acelerar el proceso de vacunación contra la COVID19. Más de 700 profesionales, odontólogos y farmacéuticos, han sido vacunados de forma rápida, ágil y eficaz por el personal sanitario de nuestros hospitales.