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Bogotá, la capital de Colombia y una de las grandes áreas metropolitanas de América Latina, representa prácticamente un tercio de la economía de ese país. Un peso con el que carga para bien, cuando la economía crece, pero que también supone un 'hándicap' en contextos como el del último año, marcado por la crisis del coronavirus, para tratar de tirar del resto de la actividad de todo el país. Con el objetivo de mostrar sus bondades empresariales, inversoras y económicas, el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Nicolás Uribe, ha iniciado en España una gira por varios países europeos donde mantendrá contactos con empresarios y políticos, para intentar atraer sus miradas hacia una de las economías con mejores perspectivas al otro lado del Atlántico, y con el reto de asumir parte del descontento social derivado de la crisis pandémica.
-¿Tanto influye la acción tractora de Bogotá sobre el resto de Colombia?
Sí. Lo que pasa en Bogotá influye en la recuperacion del país o en la lenta recuperación del mismo. En 2019 terminamos con un crecimiento del PIB del 3,3% y era la más importante subida de crecimiento de PIB de los últimos ocho o diez años. Despues, nos embistió la pandemia y terminamos con una caída del 6,8%, con abril como el peor mes de la historia, con una caída del 15%. El proceso fue evolucionando positivamente. Y en el primer trimestre de este año, logramos un alza en el primer trimestre del 1,1%, comparado, por ejemplo, con el 0,5% que creció Europa.
-¿La crisis ha fracturado a la sociedad en términos económicos?
La factura de la pandemia la están pagando los más pobres, y vulnerables de Colombia. Antes del coronavirus teníamos un paro del 10% y terminamos 2020 con una tasa del 21%, con efecto nefasto en jóvenes y mujeres, y en algunas regiones doblando la tasa nacional. Ahora empieza a haber un proceso de recuperación. Pasamos de 21 millones de ocupados a finales de 2019 a 16 millones un año después. Ahora hemos recuperado 3,9 millones de ocupados y tenemos un paro del 15% que, aunque es grave, es menor al 21% que llegamos a alcanzar en 2020. El proceso de recuperación general va avanzando de la mano de un paquete de estímulos e inversiones del sector público, como el subsidio de nóminas o el acceso a créditos.
-En este contexto, ¿se debe abrir la economía colombiana al mundo?
La recuperación no va a ser lo fácil ni lo rápido que uno quisiera, pero vamos a poder avanzar en el proceso y en ese marco es verdaderamente fundamental la internacionalizacion, para incentviar las relaciones comerciales, para invertir. En este proceso España es fundamental como principal socio de la Unión Europea y un importante inversor, además de un actor que puede cumplir un rol clave en energía o infraestructuras.
-¿Se busca reforzar o ampliar las relaciones?
Hasta ahora, estábamos muy entretenidos viendo los efectos de la pandemia. Pero ha habido decisiones de mirarse solo hacia adentro y pensar que la recuperación depende de la capacidad de cada uno en lograrlo. Nosotros creemos que tiene que ver con la capcidad que tengamos de ampliar relaciones, construir alianzas y forzar la capacidad que tiene nuestro país para salir adelante. Aquí hay un lugar amistoso y un entorno propicio para el desarrollo de negocios.
-¿En qué campos, concretamente?
Por ejemplo, en energías renovables, infraestructuras y en general en temas de turismo, donde hay grandes posibilidades de trabajar. Colombia es una economía que tiene muchos escenarios para construir. Ahí España, repito, puede cumplir un rol muy importante.
-¿Son buenas esas relaciones con España?
Tenemos que volver al contexto ordinario de lo que deberíamos seguir haciendo como seguir una dinámica comercial y permanente. Allí estuvo en Colombia hace poco la Secretaria de Estado de Comercio española. Y comprobó que el sector está listo para seguir trabajando de la mano. Aquí mantenemos reuniones con la Camara de España y de Madrid. Se trata de tarea de construir confianza y dar testimonio de Colombia como un escenario interesante para la inversión, con programas empresariales que forman parte del proceso de recuperación.
-¿Qué seguridad jurídica ofrece Colombia?
Estamos en un escenario de incertidubmre en todas partes. El rol del Estado se ha transformado para hcer esfuerzos extraordinario de inversión, poniendo algo de estrés en las condiciones tradicionales de cómo se leía el rol del Estado hasta ahora. En Colombia no está en riesgo ni el estado de derecho ni la seguridad jurídica. Se va a poner en marcha un paquete de medidas para ayudar a salir de la crisis sobre todo para los más vulnerables. Aquí hay seguridad jurídica que requieren los inversores. Y tenemos un entorno que entiende que el sector privado es la locomotora que generará crecimiento.
-No ocurre lo mismo en otros países de su área, con medidas intervencionistas.
Vemos cómo amenaza a la iniciativa privada se extiende por otros lugares de América Latina, donde no se ve asegurada la atraccion a la inversión. Aquí en Colombia estamos interesados en atraer la inversión y estamos empeñados en incentivar el desarrollo empresarial. La pobreza no se debe a la ausencia de la empresa privada, sino por la necesidad de más empresa privada. De hecho, las expectativas internacionales indican que puede haber un crecimiento del 7% para este año, un indicador que nos permite demostrar lo que significa Colombia, sin ser ningún cuento.
-¿Es positiva la respuesta de los empresarios españoles?
Encontramos en el empresariado español un reconocimiento porque ha habido un distanciamiento por la pandemia. Es positivo volver a encontrarnos alrededor de un punto común, donde Colombia es visto un país con un gran potencial para desarrollarse. Tenemos una estabilidad que nos hace ser dsetinatarios del interés por parte de muchas empresas privadas.
-¿Han sido las últimas movilizaciones sociales un acicate para realizar esta gira europea?
Hoy en día todos los paísses estamos en un momento de tensión constante. Pero no debemos confundir un hecho coyuntural con un tema de fondo. Obviamente la pobreza ha pasado factura en esta crisis. Pero también hubo un interés de determinadas personas para provocar el caos. En Colombia hubo13.000 manifestaciones en distintos escenarios el último mes y hay garantía a la protesta pacífica, ya que solo un pequeño porcentaje terminó en delincuencia y violencia. Esto son temas coyunturales que suceden y vienen. Aunque la estabilidad prevalece. Y Colombia está en un proceso de recuperación a pesar de estas circunstancias.
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