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Una trabajadora de JSP del departamento de calidad. C7
El concurso de JSP: tres meses de partido mal jugado y con prórroga

El concurso de JSP: tres meses de partido mal jugado y con prórroga

El Gobierno recorta el aval planteado inicialmente y los fondos dudan de llegar a acuerdo antes del concurso

Silvia Fernández

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 10 de julio 2021, 02:00

La fractura interna en el consejo de administración de JSP sigue siendo a fecha de hoy el principal enemigo de esta industria láctea de Canarias. Desde que se presentó el preconcurso de acreedores, el pasado 3 de marzo, cada día que ha pasado ha jugado en contra de esta industria, su liquidez, su deuda y sobre todo, su prestigio y credibilidad en el mercado.

Sin embargo, ninguno de sus gestores o consejeros apostó por la celeridad y la búsqueda de un solución rápida y en estos tres meses la empresa se ha devaluado por completo y hoy, su valor patrimonial es cercano a cero. «Esto está ya muy tocado», indicaban ayer fuentes empresariales, que advierten de que al punto en el se ha llegado una solución previa al concurso «se complica».

Los dos fondos de inversión que peleaban por llegar a un acuerdo con JSP y la banca antes del concurso de acreedores (el plazo legal expiró el lunes pero el juez concedió dos semanas más bajo el argumento de las negociaciones) no tienen intención ya de arriesgar ni un solo euro en una operación que cada día que pasa tiene más riesgo que garantías, según estas fuentes.

Explican que a la división interna que ha habido en todo el proceso dentro del consejo de administración (de un lado la familia Sánchez, que ostenta la presidencia, y de otro el consejero delegado, Manuel Márquez, que está en el consejo en representación de la banca y el independiente, Pedro Casaño) se ha unido en la última fase de las negociaciones el cambio de postura del Gobierno de Canarias respecto al aval que se iba a conceder sobre la deuda a través de la sociedad semipública AvalCanarias. «El Gobierno de Canarias prometió un aval y cuando parecía que estaba todo encarrilado, se corrigió y recortó el aval a la mitad», indican estas fuentes, que explican que ese cambio trastocó los acuerdos previos porque las garantías que había «se disiparon».

A fecha de hoy hay muchas dudas de que se pueda ir al concurso con un acuerdo previo con la banca y los inversores. E ir sin una oferta y un plan que garantice la continuidad de JSP dibuja un futuro incierto para esta industria, que podría ser despiezada y vendidas las unidades productivas al mejor postor con el objetivo de poder pagar la mayor cantidad posible a los proveedores. Hay que destacar que la deuda de JSP ascendió en 2019 a 64 millones de euros, de los que 42 correspondían a la banca y el resto a proveedores y trabajadores.

«Hay flecos muy complejos y puede ser que nadie se ponga de acuerdo y se vaya al concurso de acreedores. Y se empiecen a subastar piezas, activos inmobilirios y lo que haya», señalan.

La guerra interna que se libra en JSP ha estado repleta en estos meses de mensajes interesados dados por una y otra parte en intentos de inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Ayer mismo, mientras que fuentes próximas a la empresa aseguraban que se había presentado el concurso de acredores, otras lo desmentían con la misma celeridad. El partido continúa.

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