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Apostar por la eficiencia energética. Futuro más sopstenible

Apostar por la eficiencia energética. Futuro más sopstenible

España se mantiene rezagada a la hora de conseguir que sus ciudadanos apuesten por un apartado que mejoraría su economía diaria.

A.M.P. / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Un aspecto a cuidar y a tener muy en cuenta dentro del actual modelo de la construcción es el de la eficiencia energética. A pesar de ello en muchas de las últimas edificaciones aún sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes y al que hay que prestarle una especial atención. En especial en el mercado de segunda mano es un aspecto al que se le ha dado algo de lado.

A la hora de conseguir un buen ahorro en la economía doméstica el gasto en energía es un factor crucial porque es un elemento que influye en exceso en el capital que puede disponer cada familia o entidad a final de mes.

Ni compradores ni vendedores le prestan una especial atención a la calificación de un inmueble pese a que afecta mucho a su día a día. Una casa de bajo consumo se traduce en un mayor valor del activo y además supone un gran ahorro.

Las acciones generadas por los distintos gobiernos están sirviendo de poco para cumplir con la medida de la directiva comunitaria. Ni el Código Técnico de Edificación (CTE) para nuevas construcciones, que está en vigor desde el año 2007, ni la etiqueta energética, que es necesaria para comercializar viviendas y que entró en acción en 2013, lo han conseguido.

El Objetivo Europeo 20-2020 para 2020 busca reducir un 20% el consumo de energía de los edificios, minimizar un 20% sus emisiones de CO2 y potenciar las renovables hasta aportar un 20% de la energía se plantea como muy complicado de conseguir.

El CTE y el certificado de eficiencia estaban llamados a marcar las diferencias entre las casas eficientes e ineficientes. Además, debían servir para concienciar al ciudadano de la importancia de preservar al planeta.

En España uno de los problemas más graves está en que el parque residencial es en ocasiones muy vetusto debido a la elevada edad de muchas de las edificaciones y esto hace que no estén diseñadas para conseguir el ahorro necesario. Además de la mejora económica a la hora de adquirir una propiedad hay que tener en cuenta que la eficiencia energética puede servir para alcanzar algún tipo financiación por parte de determinadas entidades.

España no destaca por su conciencia ecológica y por ello muchos ciudadanos ven el certificado de eficiencia energética como un nuevo impuesto en lugar de analizarlo desde el punto de vista del ahorro energético que va a conseguir al largo plazo.

Un aspecto a resaltar con vistas al futuro es que valor de un inmueble termina ajustándose a la baja en viviendas poco eficientes y al alza en las más eficientes. Para cambiar la mentalidad de los ciudadanos habría que apostar por campañas de concienciación, que fueran previas a un cambio en la legislación, en las que se informe del ahorro y de la necesidad de reducir emisiones contaminantes.

La CTE obliga a una alta eficiencia a los nuevos proyectos, pero respecto al parque de viviendas existente no hay ninguna normativa para motivar a su renovación.

Por ello se deberían buscar medidas que lo hicieran atractivo como podría ser una rebaja en el recibo del IBI en proporción a las emisiones contaminantes.

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