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Una plaza accesible para reverdecer

Una plaza accesible para reverdecer

La Unión Deportiva Las Palmas, que acumula dos derrotas consecutivas ante el Cádiz y el Fuenlabrada, visita este domingo a un Real Zaragoza que ha cedido en cuatro de sus últimos cinco compromisos y que no gana en La Romareda desde septiembre.

Viernes, 17 de julio 2020, 02:22

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Ganar para ahuyentar los fantasmas y volver a creer o alargar una dinámica negativa que dinamite todavía más las buenas sensaciones de juego y resultados que tanto costó adquirir y, además, amplifique las voces que pregonan la dependencia de Pedri González, una de las más firmes promesas del fútbol español y que deslumbra con el equipo nacional en el Mundial Sub-17 en Brasil desde que Pepe Mel le dio la alternativa, pero que, a pesar de disponer de unas condiciones y un talento descomunal, tan solo cuenta con 16 años y cuesta entender que cambie tanto el juego colectivo cuando no está.

La Unión Deportiva Las Palmas, que no sacó pecho tras cuatro victorias consecutivas que lo catapultaron a la zona noble de la clasificación y multiplicaron sueños apagados de retornar a la élite, no agacha la cabeza ahora que acumula dos derrotas seguidas después de ceder ante el Cádiz (2-0) y ante el Fuenlabrada (1-3), que han devuelto al representativo a la cruda realidad de la Segunda División. Esa en la que los errores se castigan sin perdón ni compasión.

Tras cerrar el mes de septiembre y abrir octubre con cuatro triunfos repletos de contundencia, con diez goles a favor y tan solo dos recibidos, la endeblez defensiva después de las lesiones de piezas capitales como Martín Mantovani -Mauricio Lemos no está a su nivel- y Álvaro Lemos -sufre una rotura fibrilar en el cuádriceps derecho y apunta a un mes fuera-, ha condicionado un muro que, al igual que en el arranque liguero, es fácilmente quebrantable. Cinco goles en contra, de los cuales tres de penalti, pero con el pulso inquieto y desorientado. Un lunar que, como ha reconocido, preocupa a un técnico amarillo, que hoy cumplirá su segundo y último encuentro de sanción y su ayudante Roberto Ríos volverá a ejercer de principal en el banquillo, carente de efectivos.

Sin embargo, los números lejos de la isla hacen de la Unión Deportiva Las Palmas un rival incómodo, que solo ha encajado cuatro tantos en sus seis salidas, lo que se traduce en dos derrotas ante el Girona y el Cádiz, dos empates ante el Málaga y el Tenerife y dos victorias ante la Ponferradina y el Lugo.

A las bajas señaladas en la zaga, se une la de Benito Ramírez en el ala izquierda. El infortunio persigue al extremo aldeano justo cuando volvía a estar en la rampa de despegue tras superar otra lesión -una fractura en un dedo del pie derecho que lo tuvo dos meses fuera-. Una rotura fibrilar en el cuádriceps de la pierna izquierda frena en seco su necesaria participación, puesto que solo ha disputado el partido de la primera jornada ante el Huesca.

No pinta bien el panorama con tantas ausencias en la recta final de 2019. Hoy, a partir de las 17.30 horas (Gol TV), la Unión Deportiva Las Palmas visita al Real Zaragoza en La Romareda, otrora un fortín inexpugnable por tradición y por empuje de un recinto que se colma cada jornada, pero que, a día de hoy, se trata de una plaza accesible para volver a sonreír.

Y es que el combinado que entrena Víctor Fernández no da una alegría a sus aficionados desde el pasado 15 de septiembre ante el Extremadura (3-1). Desde entonces, dos empates ante el Lugo (0-0) y el Málaga (2-2) y dos derrotas ante el Cádiz (0-2 y el Mirandés (1-2). Tampoco le ha ido mejor a domicilio al equipo maño, que, si bien se mantuvo invicto en Liga hasta la jornada 9 en parte por el acierto del delantero colombiano Luis Suárez -suma siete dianas-, ahora convive en un entorno enrarecido por acumular tres derrotas seguidas. La última, sonrojante ante el Real Sporting de Gijón en el Molinón por un claro 4-0.

Un proyecto confeccionado para recuperar el camino perdido en la máxima competición, pero que no termina de encontrar la regularidad adecuada para conseguirlo. Tras un arranque esperanzador, el Zaragoza solo ha sido capaz de conseguir seis -un triunfo- de los últimos 24 puntos en liza.

Por tanto, dos históricos nostálgicos con recuerdos de un pasado para emocionar, pero con un presente que cambiar para no profundizar en una dinámica más negativa que dispare las dudas. Un duelo de dos conjuntos con argumentos y el buen gusto por el balón, decididos y sin escatimar riesgos. Sabor añejo en La Romareda, pero necesidad actual.

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