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IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 22 de marzo 2021, 00:00
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Miguel Ángel Ramírez encabezará la expedición de la UD a Tenerife para afrontar el derbi del próximo domingo en el Rodríguez López (20.30 horas). El plan de viaje, en el desplazamiento más cómodo de todos, contempla ida y vuelta el mismo día y el presidente ha querido estar cerca de jugadores y técnicos en una jornada de especial significado emocional, aunque los protocolos sanitarios por la pandemia anulen el factor ambiental que siempre han significado estos partidos. Toca reciclarse en el que será el primer pleito provincial a puerta cerrada en Santa Cruz y Ramírez, consciente de que su presencia puede ejercer de revulsivo, no ha dudado en sumarse a la comitiva. Su presencia en los partidos que la UD disputa como visitante se han ido dispersando en los últimos tiempos y más en tiempos de la covid-19. También es cierto que nunca faltó al palco del Heliodoro siempre que tocó ir y no será la próxima jornada una excepción. Allí estará junto a Miguel Concepción y aceptando la invitación que le han cursado. Y con un aliciente mayúsculo: como quiera que la UD no gana como visitante un derbi desde 2001, Ramírez jamás ha podido saborear una victoria en territorio blanquiazul. Todo lo más, empates aislados, alguno celebrado como si fuese un triunfo. Ahora tiene el pálpito de que, lo mismo, le ha llegado la hora de cambiar esta tradición tan poco afortunada.
Lo cierto es que el presidente se ha caracterizado por estar cerca de los profesionales, en primera línea de batalla y sin que le haya importado bajar de los despachos al césped. Es habitual en las sesiones de entrenamiento de la plantilla, fijo en partidos del filial y categorías inferiores y sensible a las inquietudes de todos, respetuoso. El viernes salió con un cabreo importante del estadio tras la derrota frente al Girona, pero ha comprendido que la mejor manera de ayudar en estos momentos es la de mantener la agenda prevista y acompañar al equipo a la isla vecina.
La presencia del máximo dirigente ayudará a revitalizar los ánimos de una plantilla ahora en fase de recomposición después del último traspié y que, como ha admitido Pepe Mel, no llegará como esperaba al cruce con el rival histórico. Lo ocurrido con el Girona rompió cálculos y supuso un retroceso en sensaciones y panorama clasificatorio. De ahí la necesidad de levantarse cuanto antes. Tendrá que ser en el estadio que más motiva, aparte del propio, y en el que generaciones enteras de aficionados de la UD no han visto triunfo alguno. Eso se va a encargar de recordarlo el presidente en el vuelo de ida.
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