Borrar
Directo Sanidad aborda los programas de atención a la salud mental
Pepe Mel y el deseo de volver a creer

Pepe Mel y el deseo de volver a creer

El nuevo entrenador aspira a retomar la ilusión por un ascenso del que la afición de la UD ya se había apartado. Se estrena hoy en Riazor en la primera de sus 14 finales con la meta de demostrar que tiene un plan para una gesta que sería histórica.

Viernes, 17 de julio 2020, 04:40

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La UD 3.0 debuta este domingo en un partido en el que habrá mucho más en juego que los tres puntos. Porque, a estas alturas, empezar bien la nueva etapa es indispensable para convencerse de que este sí, por fin, es el camino correcto. Más allá de que delante esté un rival directo, la confianza es tan importante como los puntos. Y ambos van de la mano. Es complicado deshacer un entuerto como el de la UD. Tercer entrenador de la temporada, séptimo en los dos últimos años, el éxito entre tanta inestabilidad es una utopía. O no. Mel tiene la oportunidad de reivindicarse, ejercer de salvador y demostrar que en verano tuvo que ser la primera opción. En su primera semana de trabajo ha devuelto, en parte, la ilusión con un discurso valiente, retador y prometedor. Nueve victorias en las 14 finales que quedan. Llegó con los cálculos hechos y todo el foco puesto en los puestos de playoffs. Una zona de privilegio en la que Jiménez dejó al representativo, pero que Herrera dinamitó.

La cosa empezó torcida con el regreso del catalán al banquillo. Un 4-1 en Cádiz que dinamitaron los buenos propósitos del héroe del último ascenso y que marcaría su corta segunda etapa en la isla. Con ese precedente tan cercano, se sabe que lo de esta noche es sumamente importante. Además, este primer partido servirá para conocer las directrices con las que Mel pretende alcanzar la cima. Alineación, esquema, propósitos... Y todo en un escenario imponente como Riazor, aunque el Deportivo tampoco esté viviendo sus mejores días. Otro de los recién descendidos, a pesar de estar en zona de promoción, no logra tener continuidad y llega a la cita tras tres empates consecutivos.

Pero bastante tiene la UD como para estar fijándose en males ajenos. Para empezar, el primer reto del preparador madrileño será el de dotar al equipo de un estilo reconocible de juego. Lo tenía con Setién, pero no lo ha vuelto encontrar tras Márquez, Ayestarán, Paquito, Jémez, Jiménez y Herrera. Ese tiene que ser el punto de partida para una UD con el reto de volver a ganar fuera de casa -no lo hace desde septiembre en Almendralejo- y lograr el segundo triunfo de 2019. Mejorar lo vivido hasta ahora no es complicado, lo difícil es que el cambio sea suficiente como para recuperar el tiempo perdido.

Se puede intuir algo tras seis entrenamientos, pero el primer once de Mel es una incógnita. De lo poco que se saca en claro es que la defensa sufrirá cambios. Mantovani fue la sorpresa en la convocatoria al quedarse tras ser un fijo para Herrera, lo que, unido a la baja de Cala, abre la puerta al debut de Aythami. En los laterales todo seguirá igual con Lemos y De la Bella. Por delante, la figura del pivote desaparecerá. Quiere un equipo audaz el nuevo técnico, porque sin valentía la reacción la considera impensable, y empezará por utilizar un esquema con más jugadores de vocación ofensiva. Adiós a Peñalba y espacio para un atacante más. Con Galarreta y Timor le basta para sujetar la medular y, a partir de aquí, todo puede pasar.

Fidel, Momo, Mesa, Blum... las posibilidades en zona de tres cuartos son infinitas, aunque se verían reducidas si termina apostando por el 4-4-2 con el que trabajó durante la semana. De ser así, Rubén Castro, único delantero que parece tener un sitio asegurado, podría partir acompañado por Araujo o el desaparecido Pekhart. El punta isleño, máximo goleador del equipo con 11 tantos, ha mostrado hasta ahora buenas estadísticas, pero no termina de ser feliz en su vuelta al equipo de su tierra. Una tristeza que espera dejar atrás con la llegada de un entrenador que ha sabido sacarle su mejor rendimiento y con el que tiene máxima complicidad. Mel tuvo al de la Isleta como principal arma en los ascensos con el Betis, y le dará idéntico papel de líder para acometer su tercer camino a Primera División.

Y la remontada tiene que empezar de inmediato. La motivación no puede ser mayor para un Pepe Mel que visita a su último equipo. No funcionó, pero tampoco se tuvo paciencia con él en Coruña, y el tiempo le ha dado la razón. El Dépor acabó en Segunda División tras prescindir de sus servicios en la 2017-18, y ahora el técnico puede vengarse y, al mismo tiempo, tener un inmejorable comienzo de trayectoria en Las Palmas, que es al final lo que nos atañe a nosotros. Porque, como tantas veces se repite, su suerte es la de todos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios