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Viernes, 17 de julio 2020, 01:00
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Es por eso que es tan importante el encuentro de mañana en San Mamés. Un triunfo ante el Athletic significaría la segunda victoria seguida y el despegue definitivo de los de Paco Jémez. Hay que irse hasta la tercera jornada, hace casi cinco meses, para dar con la última -y única- vez que el equipo ganó fuera de casa. Fue en el 1-3 ante el Málaga en La Rosaleda con Manolo Márquez aún en el banquillo amarillo. Ha llovido desde entonces. Ni Ayestarán, ni Paquito, ni Paco Jémez han podido volverse a la isla con los tres puntos y solo el profesional vasco logró rascar algo en una salida gracias al empate en Anoeta.
Cuatro puntos son muy pocos, y más para un equipo que tampoco se ha mostrado fiable en casa. Si durante la campaña pasada, con Quique Setién al mando, el bagaje también fue pésimo (una victoria y tres empates en 19 partidos), el pobre rendimiento foráneo no afecto en los objetivos del equipo gracias al buena hacer del representativo en el Gran Canaria. Pero, en esta ocasión, penúltimos y con solo 17 puntos en la jornada 22, los amarillos ya no llegan a tiempo de convertir su feudo en un fortín. El conjunto insular recibirá a Sevilla y Barcelona en sus dos próximas citas como local, por lo que los puntos en Siete Palmas estarán más caros que nunca.
Están obligados a mejorar sus prestaciones en tierras peninsulares, y no habrá mejor escenario para empezar a hacerlo que el espectacular nuevo San Mamés. Estadio imponente y rival de enjundia, pero que no atraviesa su mejor momento. El Athletic llegará a la cita tras cuatro jornadas consecutivas sin ganar y, a diferencia de otros años, no ha hecho de su feudo un territorio inexpugnable. Para empezar, el conjunto vasco solo ha logrado un punto menos fuera (13) que dentro de casa (14). Tres triunfos, cinco empates y dos derrotas es el balance de los de Ziganda en La Catedral. Un rendimiento que lo han llevado a la discreta y, a su vez, decepcionante decimotercera posición.
Las Palmas puntuó hace dos temporadas en este mismo escenario gracias al empate a dos goles que arrancó de su visita al mítico estadio rojiblanco. Menos suerte tuvo la temporada pasada cuando cayó goleado por 5-1 frente al equipo dirigido en aquel entonces por Ernesto Valverde. En el caso de lograr la victoria el viernes, la UD se colocaría a siete puntos del equipo bilbaíno y, además, tendría el golaverage particular ganado gracias al 1-0 de la primera vuelta.
El botín es tan jugoso como necesario, encadenar una buena racha será imprescindible para dar caza a equipos como Levante o Alavés, que se han reforzado moralmente en las últimas jornadas, y para distanciarse de un Deportivo que ha cambiado de entrenador en busca de la reacción. Tres puntos separa a la UD Las Palmas de los puestos de permanencia y el panorama ya no es tan desolador. Pero los problemas están lejos de haber acabado y, desde ya, cada punto es innegociable.
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