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«La plantilla me transmite que nos salvaremos»

El presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, cumple este martes 49 años. Su deseo al soplar las velas, la permanencia en Primera División. «El equipo está convencido de que lo va a lograr y me lo transmite», asevera el máximo dirigente amarillo.

Jueves, 16 de julio 2020, 20:10

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Ramírez se muestra optimista a pesar de la situación clasificatoria, a seis puntos de la permanencia, a falta de nueve jornadas para el final de temporada.

«Cuando llegó Paco Jémez estábamos a siete puntos y llegamos a estar a un partido de salir del descenso. Estoy convencido de que vamos a volver de nuevo esa oportunidad antes del final de temporada. No pienso en el descenso, hay que confiar hasta el final», manifestó el presidente de Las Palmas en la entrevista concedida a CANARIAS7 con motivo de su 49 aniversario.

«Aunque los deseos no se pueden desvelar porque no se cumplen, es evidente lo que pediré este año al soplar las velas», admite Miguel Ángel Ramírez, que pide el apoyo de la afición para conseguir la salvación.

— Cumple este m artes 49 años con la UD amenazada de descenso a Segunda División. Su deseo será que todo se reconduzca...

— Evidentemente. Dadas las circunstancias de estos momentos, lo que uno quiere es que la UD consiga el objetivo de la salvación. Y para mí, en un día tan señalado como éste, desde luego que es el deseo que con más fuerza pido como presidente del club.

— Usted siempre ha sido una bomba de optimismo. ¿Sigue manteniendo ese prisma positivo ahora? ¿Lo ve posible?

— En Segunda División ya estuvimos en situaciones muy complicadas de las que logramos salir. Recuerdo habernos salvado de irnos a Segunda B en el último partido. Ojalá tengamos ahora esa posibilidad, aunque fuese en el último momento. Creo que todos lo firmaríamos. Quedan nueve jornadas por delante y soy optimista por naturaleza. Vamos a seguir luchando, trabajando y creyendo que lo podemos conseguir.

— ¿Es, precisamente, el recuerdo de momentos difíciles que ya se superaron, como ha rememorado ahora, lo que le ayuda a mantener esa postura?

— Cuando fichamos a Paco Jémez estábamos muy lejos del Levante en cuanto a puntos y ya hemos logrado estar, en dos ocasiones, en disposición de haberlo superado si hubiésemos ganado y estar fuera de los puestos de descenso. Si ya lo conseguimos una vez, no hay motivo para pensar que no podamos volverlo a lograr. Hay que seguir empujando y arropando al equipo. Estoy convencido de que, de aquí al final de la temporada, vamos a volver a tener la oportunidad de salir del descenso.

— Nunca antes descendió la UD mientras ha sido presidente. ¿No se ha puesto en este escenario?

— En este minuto, no pienso en descenso, ni en la Segunda División, ni en un plan que no sea otro que continuar en la mejor categoría del mundo, que es en la que estamos ahora. Únicamente me centro en aprovechar las oportunidades que tenemos por delante para conservar la categoría. Eso pasa por no rendirse, por sacrificarse y que todos estemos juntos para ayudar a los futbolistas en esta dirección.

— En varias ocasiones se ha referido a las condiciones y posibilidades de la plantilla. Incluso con recriminaciones públicas, como la que encabezó tras el 6-0 en Girona. ¿Le transmiten los profesionales, jugadores y técnico, convencimiento y determinación en poder salvarse pese a la coyuntura actual?

— Ellos son los primeros que están convencidos de que lo van a hacer. Con ese aliento trabajan todos los días. Están seguros de que lo van a conseguir y eso es lo que me transmiten cada vez que paso a verlos por los entrenamientos. Dentro de la realidad, que nos gustaría que fuera mejor, saben que por ganas y compromiso no va a faltar.

— Porque no se desciende en marzo. ¿Cómo convencería a los escépticos?

— Es muy complicado convencer al que no cree. Y yo prefiero dirigir mis palabras a quienes están incondicionalmente con el equipo. La diferencia de esta UD con la de años anteriores es que antes, cuando se descendía, siempre se hablaba del peligro de la desaparición del club. De eso ya no se habla. Nosotros salimos a competir con diecinueve equipos y únicamente pueden descender tres. Nosotros siempre vamos a estar en el bombo del descenso. Esta situación debe sernos familiar. Estaremos años en Primera, descenderemos, tendremos campañas brillantes y otras menos acertadas. Esto es fútbol. Tenemos que ver esto con naturalidad. Como club hemos hecho todo lo posible para que esta temporada fuese ilusionante y excelente para nuestros socios y aficionados. Las cosas no han salido. Pero recuerdo que en los últimos 35 años de este club, la UD ha estado cinco años en Primera y tres de los mismos corresponden a esta etapa. La realidad es que nos hemos convertido en un equipo de Segunda División si se repasa esta trayectoria. El reto que nos hemos propuesto es perdurar en Primera. Para eso trabajamos. Se equivocan los que toman decisiones y es evidente que muchas de las decisiones que hemos tomado este año, desde la rectitud de intenciones por el bien del club, no han salido bien. Ahora queda remar en la misma dirección. Y en verano, sabiendo el lugar que ocuparemos, volver a empezar de nuevo habiendo aprendido de lo que nos ha sucedido.

— ¿Mira mucho la clasificación?

— Me la sé de memoria. No me hace falta mirarla.

— ¿Y hace cálculos?

— Claro que los hago. Soy un aficionado más de la UD que, en este caso, tiene la gran suerte de presidir el club de los amores de todos los grancanarios. Pero, evidentemente, si los seguidores hacen sus cálculos, los que estamos dentro de la entidad también tenemos esa inquietud y entendemos que hay partidos suficientes para lograrnos.

— ¿Considera que si la UD hace los deberes, pese a no depender de sí misma, terminará por encima de los tres últimos puestos?

— Es que yo creo que la UD depende de sí misma. Quedan nueve jornadas, tenemos un enfrentamiento directo con el Levante y el Levante no lo va a ganar todo. Eso nos hace depender de nuestro trabajo y nuestros resultados. Lo que hay que intentar es no fallar en la visita al Levante y, luego, poder superarles. Ni el Levante lo tiene hecho, ni nosotros estamos tan mal como puede parecer.

— ¿Cómo ve desde fuera los vaivenes del equipo? Se compite ante Barça o Sevilla, pero esos picos altos no alcanzan para ganar y, luego, a la hora de la verdad, como en Riazor, tampoco hay triunfos. Y ya van siete jornadas seguidas sin celebrar una victoria...

— Todo lo que ha ocurrido esta temporada tiene vertientes inexplicables. Hemos hecho el equipo con más internacionales de la historia y de hecho en verano dije que era la mejor plantilla de la historia en virtud de esa nómina de jugadores...

— ¿Se arrepiente de haberlo dicho a la luz de los acontecimientos?

— No. Era lo que pensaba en ese momento. Otra cosa es que luego el equipo no diera el nivel esperado. Pero con jugadores de esa reputación y trayectoria era lo lógico pensar de esa manera. Indudablemente es la plantilla más cara de la historia del club aunque, sin embargo, los resultados son muy malos. Por eso hablo de que inexplicable lo que nos ha sucedido. Si el 30 de junio no conseguimos el objetivo, no se acaba la vida para la UD. Ya no está en cuestión la vigencia y futuro de nuestra entidad, saneada, consolidada, con una extructura muy importante. Somos una empresa muy importante en nuestra tierra, que nadie lo olvide. Aquí ya no se depende de si entra o no la pelota.

— ¿Qué le dice a los que se abonaron pensando en ver a Boateng, Vitolo y Viera y, al final, no tuvieron esa oportunidad y ninguno de los tres está ya en la UD?

— Respeto la opinión de todos los aficionados. Es verdad que, cuando muchos compraron el abono, estos tres jugadores pertenecían a nuestra plantilla. Circunstancias sobrevenidas han hecho que se fueran. No es porque nosotros no los quisiéramos aquí. Algunos aficionados nos entenderán y otros no. A todos mi máximo respeto.

— Receta, por tanto, serenidad y confianza.

— Sin duda. Porque la UD seguirá compitiendo, que es lo importante. En función de lo que pase, sabiendo que podemos mantenernos o podemos bajar, tomaremos decisiones. Pero, en estos momentos, no contemplo el descenso. De hecho, si ganamos todos los partidos podríamos hasta quedar en mitad de tabla. Yo me pongo en lo mejor.

— Habló de los esfuerzos del club por armar una gran plantilla y de la necesidad de la afición. Pero el estadio sigue sin llenarse, se queda grande. ¿A qué atribuye esto?

— Eso está de moda en España. Si miramos cada fin de semana los estadios de Primera, vemos que va menos gente al fútbol. Es algo que ya se ha debatido profundamente dentro de la Liga. En la UD hemos rebajado considerablemente los precios, se ha permitido al abonado venir con invitados... Y no se logra subir el nivel de asistentes. Frente al Barça, sin ir más lejos, pusimos unos precios asequibles y no logramos. A excepción de los grandes equipos, el resto debemos ser conscientes de que esto seguirá siendo así.

— Vamos, que no es un fenómeno exclusivo de la UD...

— Para nada. Eso se puede constatar como ya dije antes. Y que conste que no tengo ni el más mínimo reproche a nuestra afición. Están los que tienen que estar y los que quieren hacerlo siempre con nuestro equipo.

— ¿Cómo encaja que se le hagan reproches a cuenta de la mala trayectoria del equipo?

— Los reproches los recibo con respeto y con deportividad. Soy una persona pública porque gestiono el equipo más importante de Canarias y cuya repercusión social es enorme. Y debo asimilar la crítica. Es lógico que haya gente a la que guste más y gente a la que le guste menos.

— ¿Siente que no hay memoria con todo lo que usted ha hecho?

— Es muy complicado presidir el club y pretender que siempre estén recordando lo que hiciste bien. Sigo haciendo con mi directiva todo lo posible para el beneficio y crecimiento de nuestra entidad.

— Cumple 49 años pero ¿cuánto envejece el cargo?

— Muchísimo. Echo un vistazo atrás y parece que fue ayer cuando llegué al club con 35 años y ya tengo 49. En estos catorce años he llevado una vida pendiente de la UD, compaginado obligaciones personales y profesionales con el club. Épocas en las que seguí cada partido en directo, hasta los del filial. Pero me quedo con la satisfacción de haber liberado al club de su desaparición cuando entré en Segunda B y no había salida. Hoy estamos en Primera y en situación de futuro garantizado.

— ¿Le ha compensado?

— Tomé la decisión de atreverme a venir cuando me llamaron. Acepté por la desidia que había en aquel entonces. Hoy soy el máximo accionista. Más que una devoción es una obligación.

— ¿Se ve muchos años más?

— Sí porque mi intención es seguir al pie del cañón y no abandonar el club mientras crea que puedo ayudar en su porvenir.

— No acompaña al equipo en los desplazamientos y en algunos encuentros en casa no ha acudido al palco. ¿Es un paso al costado voluntario?

— Si se me ve mucho se protesta porque se me ve mucho. Y si se me ve poco, lo mismo. Se me ve lo que se me tiene que ver y estoy lo que puedo y quiero estar dentro de mis obligaciones profesionales. Posiblemente no pueda ir al partido ante el Madrid porque tengo un viaje al extranjero sin billete de vuelta. Si para ganarle a los rivales mi presencia fuese vital, lo estaría. Es verdad que en Primera he faltado a más partidos, pero en Segunda y Segunda B no falté jamás. Y cuando falto, Nicolás Ortega ejerce perfectamente la labor representativa del club.

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