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No hay debate con Araujo: el club le cierra la puerta y seguirá

No hay debate con Araujo: el club le cierra la puerta y seguirá

La UD desestima su petición de irse a Abu Dabi con el técnico Manolo Jiménez y se niega en redondo a negociar su salida. «Es vital para nosotros y quien lo quiera, que pague los sesenta millones de su cláusula», esgrimen

Jueves, 1 de enero 1970

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Sergio Araujo terminará la temporada en la UD salvo que algún club deposite los sesenta millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión, posibilidad remota, por no decir imposible, dada la recesión que se vive en el mercado actual, además de la devaluación sufrida por el jugador, prácticamente inédito desde hace medio año. El club no acepta la petición efectuada por el jugador de emigrar al campeonato de Abu Dabi, en concreto a las filas del Al-Wahda FC que dirige Manolo Jiménez, técnico con el que coincidió en el AEK de Grecia y en la UD. Araujo recibió días atrás una oferta económica incomparable desde la entidad asiática, en información adelantada por Marca, y pidió al presidente que le permitieran cambiar de aires ahora. Pero Miguel Ángel Ramírez, en postura consensuada con la dirección deportiva y Pepe Mel, ya le ha trasladado al ariete argentino que no hay opción a cumplir su deseo. «Es un futbolista vital para nosotros y quien lo quiera, que pague su libertad federativa», esgrimen desde la zona noble del Gran Canaria, recordando que su vínculo contractual abarca hasta junio de 2023. Fuentes de Las Palmas confirmaron a este periódico que se trata «de una postura inflexible» y que no cederán a las pretensiones de Araujo.

El percance sufrido por Narvaéz, baja para las próximas semanas por su fractura nasal, la incógnita que hay con Rubén, próximo a reaparecer tras estar lesionado desde mitad de septiembre, y la limitada confianza que hay en Pekhart convierten ahora al Chino en el atacante más fiable con vistas a los compromisos venideros, incrementando más si cabe el rol estelar que siempre le otorgó Mel, paciente en esperar su recuperación y que, de manera paulatina, lo ha ido integrando en el equipo desde que recibió el alta médica tras su operación de tobillo. Así, frente al Elche, el pasado 15 de diciembre, le otorgó sus primeros minutos (9) en la presente temporada, también le hizo jugar un cuarto de hora en la eliminatoria de Copa del Rey con el Castellón y, tras estos preludios, incrementó su presencia en el frente competitivo: casi un tiempo completo contra el Rayo Vallecano (38 minutos) y en Fuenlabrada (34).

El plan de Mel con Araujo evidencia las esperanzas puestas en recuperarle. «Cuando esté a tope físicamente nos va a dar muchísimo», aseguró el preparador madrileño el pasado viernes al cuestionado al respecto. Huelga decir que ni se plantea perderle a mitad de camino. Todo ha sido comprensión y mano de terciopelo con el atacante con el fin de que recupere su mejor versión de amarillo, aquella que le convirtió en ídolo cuando aconteció el último ascenso a Primera División.

En el club ha causado perplejidad la declaración de intenciones de un profesional que creían plenamente centrado y comprometido con el proyecto. Que se haya planteado estudiar ofertas e intentar negociar su salida no ha gustado en las altas instancias, como así se le ha dicho. Es más, estiman que no es una actitud proporcional a todo lo que ha venido recibiendo de la UD en los últimos tiempos. Sin embargo, hay confianza en poder revertir sus deseos y que Araujo vuelva a focalizar atención y esfuerzos por el escudo que le paga y cuida. Más cuando la evolución del equipo en las últimas semanas ha hecho soñar con un ascenso a Primera que, lejos de figurar como utópico, comienza a coger forma, en aspiración también reflejada en la tabla clasificatoria.

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