Miguel Ángel Valerón: «Por el juego que muestra, la UD es para mí una clara candidata al ascenso»
Exfutbolista de la UD Las Palmas ·
El hermano del mítico Juan Carlos Valerón, hace repaso de lo que va de temporada del equipo amarillo y, de paso, recuerda el fútbol que pasó por sus botasEn un fútbol actual cargado de egos y chulerías, a veces se echa de menos ese tipo de futbolistas humildes y cercanos que no tienen miedo a bajarse de la nube para aterrizar en la realidad del mundo. Miguel Ángel Valerón (Arguineguín, 1972) era un claro ejemplo de ese tipo de jugadores que no tenían remordimiento a seguir influido por sus creencias modestas y sencillas. Gracias a eso comenta que, la vida y su fe en Dios le brindaron la posibilidad de jugar en el equipo de su tierra. Miembro de la mítica saga de los Valerón, ahora ve los partidos desde la tribuna en las retransmisiones de Televisión Canaria, además de ser licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y también en Magisterio. Gracias a su visión futbolística basada en la experiencia sobre los terrenos de juego, Miguel Ángel cree que por el juego que está mostrando la UD y las sensaciones que él tiene actualmente, el equipo es uno de los claros candidatos al ascenso.
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-Después de 12 jornadas ya disputadas en el campeonato liguero, ¿cómo está viendo al equipo amarillo?
-La verdad es que la UD empezó con bastantes dudas ya desde la pretemporada, con un entrenador nuevo con poco rodaje en la categoría, sin fichajes de renombre que hicieran ilusionar a la afición y con un proyecto totalmente nuevo que dejaba más dudas que certezas. Pero ha sido todo lo contrario, sinceramente. El equipo ha vuelto a recuperar esa identidad que se había perdido la pasada temporada, jugadores que pensábamos que estaban perdidos y más fuera que dentro como Ale García o Enrique Clemente están siendo de lo mejor. Y sobre todo, un técnico y una dirección deportiva, empezando por Luis Helguera, que han sabido dar en el clavo con una plantilla muy completa que, bajo mi punta de vista es una de las claras candidatas al ascenso.
-Luis García llegó como un entrenador prácticamente desconocido y con poco rodaje en la categoría, ¿que le está pareciendo la labor del técnico asturiano?
-Ser entrenador es, sin duda, la posición más complicada dentro de un equipo de fútbol. No solo te juegas el puesto en cada partido, sino también en cada entrenamiento, en cada decisión táctica y hasta en cada rueda de prensa. Todo se analiza, todo se cuestiona, y cualquier error puede convertirse en un motivo de crítica. Aun así, creo que Luis García ha demostrado una gran fortaleza y valentía durante el tiempo que lleva en el cargo. Ha sabido mantener la calma en los momentos difíciles y tomar decisiones valientes, incluso cuando no eran las más populares. Me parece admirable la manera en la que ha gestionado el vestuario, especialmente al tener que equilibrar egos, expectativas y rendimientos. Ha sabido apostar por jugadores que, a priori, no partían como titulares o ni siquiera eran conocidos por la mayoría de la afición, y que hoy son piezas fundamentales en su esquema. Casos como los de Amatucci o Barcia son un claro ejemplo: futbolistas que llegaron casi en silencio, sin grandes nombres, y que gracias a la confianza y al trabajo del técnico, se han convertido en jugadores intocables. Además, su rendimiento ha crecido de forma exponencial, lo que no solo ha beneficiado al equipo en el campo, sino también en términos de valor deportivo y económico.
«Es el entrenador que necesitaba Las Palmas. Hemos vuelto a nuestra identidad»
-Fichajes con poco conocimiento en la afición en el mercado de verano. ¿Qué opinión le merecen los traspasos?
-Los fichajes que ha realizado han sido realmente inteligentes. Han sabido detectar necesidades concretas y reforzar posiciones clave sin perder de vista el equilibrio del grupo. No han buscado nombres mediáticos, sino jugadores con compromiso, hambre y capacidad para adaptarse a su idea de juego. Esa coherencia en la planificación deportiva es una de las claves de la evolución positiva que está mostrando el equipo. A día de hoy, es difícil saber qué sucederá de aquí a final de temporada, porque el fútbol siempre tiene un componente impredecible. Sin embargo, lo que sí está claro es que Luis García ha conseguido algo muy valioso: recuperar la identidad del equipo. Ha devuelto la ilusión a la afición, ha hecho que los jugadores crean en una idea y, sobre todo, ha vuelto a conectar al club con sus valores y su estilo. Eso, más allá de los resultados, es quizá su mayor logro hasta el momento.
-Las Palmas es el equipo menos goleado de la competición con solo siete goles en contra, ¿la solidez defensiva cree que va a ser clave para lograr ese ascenso?
-Por supuesto que sí. La UD esta temporada está teniendo como fortaleza, una de las debilidades históricas que siempre ha tenido el club, la facilidad para encajar goles. En cambio, ahora mismo es la mejor basa que tiene el equipo. Están encajando muy pocos goles, y los goles que se transforman en ataque se están rentabilizando en puntos. Por lo tanto, la solidez y sobre todo esa columna vertebral que tiene el equipo es para mí, de lo mejor de la categoría. Hombres como Horkas, Barcia, Clemente, Álex Suárez o más miembros del bloque defensivo, están siendo de lo más destacado, además del descubrimiento en ataque de Ale García. La eficacia ofensiva del equipo podría ser mayor y haber anotado más tantos para a lo mejor estar un poco más arriba en la tabla, pero creo que el balance entre la defensa y el ataque está siendo ideal para que la UD se encuentre en estas posiciones de privilegio.
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-Por ese nombre propio le quería preguntar. El pichichi de la UD es un canterano como Ale García. ¿Ha sido una sorpresa para usted este chico?
-Pues mira, tengo una sensación muy especial con este jugador, porque me veo muy reflejado con él cuando yo era miembro del equipo en aquella época. En la temporada donde yo empecé a entrar en dinámica con el primer equipo, mi preparación previa a empezar la pretemporada fue muy buena. Llegué y estaba ya como una moto. Superaba a todos mis compañeros en los entrenamientos y creo que eso fue una de las claves para convencer al entrenador de aquel entonces, Álvaro Pérez. Pues creo que esto es algo que le ha pasado esta temporada a Ale. El canterano llegó a la pretemporada muy fuerte físicamente y con la mentalidad clara sabiendo que tal vez esta era su última oportunidad de hacerse un hueco en el equipo. Ahora, siendo un fijo en el esquema de Luis García ya es un foco de atención para toda la afición. Espero que siga manteniendo esa humildad y que le siga dando alegrías al equipo.
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-Volviendo un poco al pasado como acaba de hacer en la última pregunta, ¿cómo valora su carrera futbolística?
-Yo siempre le voy a dar gracias a Dios por mi carrera, ya fuera más corta o más larga, pero sobre todo por haber vestido la camiseta amarilla. Tal vez, si el Miguel Ángel Valerón de aquel entonces jugara en la actualidad, todo hubiese sido diferente. Las preparaciones físicas son muy distintas y los conocimientos que se tienen ahora son mucho mayores. Era imposible que yo pesando 59 kilos pudiese jugar a fútbol profesional. Pasé por buenos equipos que siempre me brindaron lo mejor. Aunque si es verdad que la etapa en el Mallorca la recuerdo como un poco dura. Me fuí del club de mi vida para marcharme con mi hermano a un club nuevo donde tenía que empezar casi de cero por la lesión, y las cosas no salieron del todo como esperaba. Me tocó entrenar y jugar con el filial bermellón. Al no dar con el clavo, decdí marcharme al final de temporada al Conquense, donde tampoco pude encontrar mi lugar. Pero igualmente, siempre estaré agradecido de poder tener una carrera deportiva como la que tuve a pesar de las dificultades.
-Si no hubiese sido por esa lesión tan fatídica, ¿considera que su carrera hubiese podido llegar más lejos?
-Nunca me obsesioné con eso. Prefiero no pensar en que hubiese pasado si esa entrada no la hubiese recibido. Fue duro y más por el momento en el que fue. Estaba siendo importante pero yo me la tomé a bien, creo que fue algo que me pasó porque me tenía que pasar, y nunca le he dado más vueltas. Es más, yo hablé con el Chapi Ferrer después de todo y le perdoné infinidad de veces. Nunca le he tenido rencor ni nada. Me acabé retirando y le di prioridad a muchas otras cosas en mi vida. Porque al final el fútbol no es tu vida. Tu vida es la integridad que tú tengas, la persona y el ser humano que seas, y tu familia.
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«Al Chapi Ferrer lo perdoné desde el primer momento. Fue duro pero nunca me obsesioné»
-Compartió vestuario con su hermano Juan Carlos en varias temporadas, ¿que tal esa experiencia?
-La relación con mi hermano ha sido fabulosa desde la cuna. Él con su camiseta colgada del FC Barcelona y yo con la del Real Madrid compartiendo habitación. Jugando desde pequeños juntos en el patio de casa, en el pasillo, en el parque, en cualquier lugar realmente. Mis pasos en el fútbol fueron mucho más rapidos que los de él. Yo me desarrollé más rapido y supere las categorías de dos en dos. Juan Carlos en cambio fue avanzando en su crecimiento poco a poco, más escalonadamente. Como realmente creo que tenía que ser. Más vale eso que quemar etapas. Ya más adelante tuvimos una suerte muy grande de poder compartir vestuario tanto en Las Palmas como en Mallorca. Bueno, yo realmente me voy a Mallorca por Juan. Él era muy joven, solo 19 años y era su primera experiencia fuera de casa. Me sentía reponsable y quería ayudarle en su adaptación. Al final, tuvo que venir mi madre porque nosotros dos no sobreviviamos solos -comenta entre risas-.
-Fuera del fútbol, tiene numerosos conocimientos gracias a los estudios que ha realizado. ¿Le ha aportado todo eso una visión diferente del deporte?
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-Estudié Magisterio y después continué con la licenciatura en Educación Física. Además, hice varios cursos y formaciones complementarias. La verdad es que todo ese proceso me ayudó muchísimo, sobre todo porque en la universidad tenía que exponer, prepararme temas y presentarlos ante un tribunal o frente a toda la clase. Eso me obligó a expresarme mejor, a ampliar mi vocabulario y, sobre todo, a desarrollar un sentido crítico. Siempre les digo a los futbolistas que estudien, porque es muy importante. De hecho, yo le doy gracias a Dios más por mis estudios que por mi carrera futbolística. ¿Por qué? Porque los estudios me han enseñado a tener una visión más crítica de las cosas. Ya no me creo todo lo que escucho o veo; analizo, pienso, cuestiono. Y eso no solo me ha ayudado en el fútbol, sino también en otras áreas de mi vida. Me ha permitido hablar de este deporte desde una perspectiva más constructiva.
«Gracias a los estudios pude tener una visión más constructiva sobre el fútbol»
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