El partido más importante en el peor momento
Jémez llega al duelo más importante desde que volvió a la UD en su momento más crítico. Hizo mucho daño la imagen y la derrota ante el Villarreal. Fue un paso atrás que dejó tocado al técnico. Pero esto sigue y no hay tiempo para lamentaciones porque el sábado se visita a un rival directo como es el Dépor. Y otro tropiezo podría ser definitivo.
El bochorno de campaña que está protagonizando Las Palmas hace que a lo largo del curso se hayan catalogado a demasiados partidos como finales. Pero, con el calendario delante, si hay dos citas que merecen tal etiqueta son los de Riazor y Ciutat de Valencia. La salvación, una vez descartado al Málaga, es cosa de tres. UD, Levante y Deportivo lucharán por un puesto para seguir el próximo año en Primera. Y en la jornada venidera, el representativo visita al cuadro gallego. Eso sí que es una final.
Por ello urge más que nunca olvidarse de la debacle del domingo y asumir cuanto antes que los puntos en Coruña marcarán el futuro del equipo. Jémez empezó a preparar el duelo desde la rueda de prensa posterior al choque frente al Villarreal. «Ahora toca trabajar hasta reventar, y el que no lo haga, está fuera. Trabajar hasta que echen el hígado por la boca. Si tenemos que traer a ocho del filial, lo haremos», expresó el técnico, dejando a las claras las líneas de una intensa terapia física y psicológica que someterá a los suyos esta semana.
Tampoco habrá lugar para los sentimentalismos. Jémez jugó en el Dépor cinco temporadas y ahí vivió parte de sus mejores años como futbolista. Siempre que ha ido a Riazor ha dicho lo especial que es para él jugar ante su exequipo. Pero la trascendencia y lo mucho que habrá en juego el próximo sábado no le permitirá saborear el momento.
Otra imagen
Un duelo que el técnico tendrá que afrontar sin su hombre fuerte de la zaga: Gálvez. Por contra, podría recuperar a Peñalba, figura vital en la medular. La duda está si volverá a emplear un esquema con dos puntas o si seguirá usando su sistema habitual. Lo que es evidente es que algo tendrá que cambiar porque con los argumentos que el equipo mostró el domingo, independientemente del rival, el futuro es desalentador.