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Una caricatura con alfombra roja en la retaguardia

Una caricatura con alfombra roja en la retaguardia

La UD hace aguas en defensa, suma su segunda derrota seguida y acumula solo un triunfo en los últimos siete duelos

KEVIN FONTECHA PÉREZ

Las Palmas de Gran Canaria.

Jueves, 26 de noviembre 2020, 07:08

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La historia se repite. Alfombra roja en defensa y cero mordiente en ataque. Así sucumbió Las Palmas, con merecimientos para hacerlo, frente al Mirandés. Solo hubo un equipo que mereció ganar y, por desgracia, no vestía de amarillo. Acomplejada y con las cadenas puestas, la UD no estuvo a la altura de la intensidad que exigieron los visitantes. Raúl Lizoain sufrió menos que cuando jugaba como local y las sensaciones volvieron a ser penosas. Una victoria en los últimos siete encuentros disputados que hacen saltar las alarmas. Y por si fuera poco, Sergio Ruiz se retiró lesionado.

El Mirandés se adelantó casi andando, con un nuevo desliz amarillo. Valles puso el pase donde había un rival y Aythami se equivocó de portería. Uno abajo, y lejos siempre de ser capaz de morder para empatar, cayó el segundo en otro error en la zaga, donde Jirka se fue de Lemos y asestó la puñalada final.

Movió el once Mel como estaba previsto y finalmente no llegó Araujo. Lemos recuperó el carril derecho, Dani suplió al expulsado Silva por el otro costado, Javi escoltó a Sergio Ruiz, Kirian ocupó la mediapunta y Aridai entró en el extremo, dejando a Rober como hombre más adelantado.

El inicio fue una prolongación del desastre de Sabadell. Todavía no había roto a sudar prácticamente Las Palmas y ya iba un tanto abajo. Valles estuvo bien por arriba evitando un remate en el segundo palo con una buena estirada, pero volvió a notar el nervio en el pie. La jugó con poco acierto, inició jugada el Mirandés cerca del área local y llegó lo que nadie quería. Gol del cuadro rojinegro. El mazazo fue doble porque encima se la coló Aythami en su propia portería en el intento por salvar la llegada. Los fantasmas estaban más vivos que nunca y la UD debía sacudirse el letargo. No quedaba otra.

Avanzaba el reloj y tan solo el nervio de Rober y la potencia de Sergio Ruiz invitaban al optimismo. El andaluz se colocó en punta y se cansó de tirar desmarques sin premio. El centrocampista, por su parte, rompía línea a base de arrancadas. Kirian buscaba la pelota y no la encontraba como quería. siempre con uno encima, el tinerfeño no encendía la luz. Aridai no aparecía y los laterales no ganaban metros en sus carriles. Faltaba algo y solo podía aparecer con un destello. Uno abajo al descanso, algo tenía que cambiar para revertir la situación.

El segundo acto empezó como acabó el primero, con regalos amarillos para los visitantes. Una entrega de Aridai hacia atrás obligó a Valles a multiplicarse. El sevillano se redimió del error y paró un mano a mano de Jackson, que había dejado en el camino a Aythami Artiles. Jirka se encargó de sentenciar y Las Palmas sumó otro desastre. La defensa hace aguas y cualquiera pinta la cara a este equipo, que parece otro ahora mismo. Tan solo un triunfo en los últimos siete encuentros no hablan muy bien. Y lo peor, las sensaciones. Que son nulas.

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