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La UD camina entre la desidia y el esperpento

La UD camina entre la desidia y el esperpento

Imagen dolorosa y cargada de errores grotescos que alargan el malfario de Las Palmas lejos de casa, donde todavía no ha ganado ni un partido

KEVIN FONTECHA PÉREZ

Las Palmas de Gran Canaria.

Lunes, 23 de noviembre 2020, 06:41

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Un auténtico despojo sobre el césped. La UD resucitó al Sabadell en un encuentro para olvidar de los grancanarios. De principio a fin fue una cadena de errores grotescos e impropios. De los que hacen daño a la vista del espectador. Entre la desidia y el esperpento lejos del Gran Canaria. Las Palmas mordió el polvo en la Nova Creu Alta en un partido horrendo de los isleños. Tan solo un chispazo de Sergio Ruiz, que recortó distancias con un golazo, amenazó la victoria local. De resto, una calamidad.

Un cementerio de ilusiones, pues la victoria parecía que esta vez sí podía llegar. No obstante, los de Mel ofrecieron una versión apagada y moribunda, que lejos de dominar la situación y someter al rival, puso la alfombra roja para regalar hasta tres goles. Un fallo tras otro hasta llegar a los tres tantos que anotó el equipo local. Primero fue Álex, que tardó un mundo en soltar la pelota. Luego Silva se durmió y Guruzeta remató en el segundo palo completamente a placer. En el tercero, Valles se unió a la moda de los arqueros (ojo, que hay que ser valiente para querer sacar siempre el balón jugado) y entregó en bandeja el esférico a Cuevas, que firmaba así su doblete.

El primer tiempo fue un completo desastre. Cuando parecía que Las Palmas se hacía con los dominios del centro del campo, llegaron dos puñaladas del Sabadell. Demasiada sangre fría de Álvaro Valles y Álex Suárez, que se durmieron a la hora de sacar la pelota, y acabaron recogiendo el balón del fondo de la red. Cuevas abrió la lata y Guruzeta agrandó la herida. Otro fallo defensivo y la UD se desangraba. Había que volver a remar a contracorriente y fuera de casa es otra historia. O la misma, en este caso, porque el cuadro isleño no es capaz de vencer a nadie lejos de su feudo. Y eso que Sabadell se antojaba una plaza asequible.

Mel movió ficha antes de acabar el primer acto, dando entrada a Sergio Araujo, pero ni con esas. El Sabadell controló el choque y con la expulsión por roja directa de Jonathan Silva, que era el último hombre, fue un camino de rosas. Tan solo Sergio Ruiz, que fue el que más creyó en sumar algo positivo, inquietó a los catalanes. El mediocentro tiró un caño dentro del área y colocó a Las Palmas a un tanto del Sabadell, pero Valles cometió un pecado capital y cayó el tercero.

Muy poquito del equipo insular, que por momentos parecía que nunca saltó al verde la Nova Creu Alta. La defensa fue una caricatura y hasta Valles pecó de indolente con un fallo clamoroso. La sala de máquinas, desaparecida de principio a fin. En las bandas, secaron a Rober y a Benito le faltaron pulmones para seguir a la aventura en solitario. Arriba, Espiau no tuvo ni media ocasión de gol. Ni la entrada al campo de Araujo mejoró el despropósito de Las Palmas.

Pocos rivales tan flácidos visitarán al Sabadell esta temporada. Ni con el susto en el cuerpo que se llevaron cuando Sergio Ruiz se vistió de malabarista para tirar un caño de mago y definir como un ariete dio facilidades el conjunto entrenado por Antonio Hidalgo. Mejor situado siempre, con más mordiente y derrochando hambre, cosa que no se vio jamás en las filas de los que vestían de rosa, el combinado blanquiazul mereció los tres puntos.

Continúa la UD sin saber lo que es ganar fuera de casa esta campaña y, visto lo visto, hasta se comprende. Imagen pésima en defensa, con alfombra roja incluida, que facilita tareas a rivales y multiplica el coste a los isleños. Así desvaneció Las Palmas, que lo intentó pero nunca fue suficiente. Y ahora vienen curvas, con otros cuatro encuentros en menos de dos semanas y con la necesidad imperiosa de recuperar el mejor nivel para competir.

Con todo, esta UD ha exhibido mejor cara y parece que le está costando hasta sonreír. Mel debe encontrar la fórmula para recuperar sensaciones, pero no hay mucho margen de maniobra. El miércoles viene el Mirandés a la isla después de golear al Cartagena. Y visto lo visto...

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