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La UD está obligada a superar una de sus asignaturas pendientes este curso, la portería a cero lejos del Gran Canaria, si desea obtener rédito de su visita al Barcelona. La tarea es colosal porque el equipo azulgrana ha ganado todos y cada uno de sus cinco compromisos en casa y, además, alguno con llamativa suficiencia (7-0 al Valladolid o 5-1 al Sevilla). Y otro dato que habla de su voracidad ofensiva en solo en una de las catorce jornadas consumidas no fue capaz de marcar (derrota en San Sebastián ante la Real Sociedad por 1-0).
Este contraste entre una UD que ha encajado catorce tantos en sus siete desplazamientos, a una media de dos por partido, y un Barcelona implacable condiciona, y de qué manera, cualquier análisis previo, reforzando más si cabe el rol de favorito de los anfitriones. Diego Martínez tiene muy presente este factor en sus preparativos y sabe de primera mano que la dificultad de mantener a raya al frente ofensivo de Flick obliga a sus jugadores a la perfección.
El preparador gallego salió muy disgustado del balance defensivo ante el Real Mallorca, polémicas arbitrales al margen, entendiendo que lo ofrecido en esta parcela supuso un retroceso más que evidente en los avances ofrecidos en anteriores jornadas. Y fundamentando como fundamenta la construcción del equipo desde la fortaleza atrás, no ha dudado en analizar con sus jugadores de manera pormenorizada los desajustes que se produjeron, tanto en las vigilancias individuales como en las ayudas entre líneas, entendiendo esta faceta como algo colectivo que implica desde el portero hasta el delantero.
En Barranco Seco se tiene muy claro que o se vuelven a adquirir los automatismos que tan buen resultado dieron anteriormente o el correctivo puede ser de cuidado. El cambio no pasa por modificar una defensa en la que sus inquilinos se han ganado los galones. La línea conformada por Viti y Álex Muñoz en las laterales con Álex Suárez y McKenna en el eje se va a mantener como está y sí podría haber una modificación por delante. Javi Muñoz, suplente ante el Mallorca, podría ser el elegido para acompañar a Essugo y dar más fortaleza física, por el recorrido que tiene, a esa zona de contención.
Kirian, en la Ciudad Deportiva,
El sacrificado sería Campaña. Tampoco se descarta que sea Fuster el que ceda su sitio, renunciando a verticalidad por mayor contención, dejando al trío Sandro-Moleiro-Silva libertad de tres cuartos en adelante a la hora de mirar a la portería sin eximirles de la responsabilidad de realizar una presión sincronizada y que dificulte en lo posible la salida de balón.
Álex Suárez y Sandro.
Se espera un partido en el que cobra vital importancia aguantar las embestidas iniciales del Barça, que siempre se ha puesto por delante en Montjuic antes del minuto 25 en sus compromisos ligueros. Un detalle que no pasa inadvertido y activa las alarmas a la hora de evitar despistes de entrada, mortales de necesidad ante adversarios de esta magnitud, ya de por sí poco accesibles pero que si se ponen por delante en el marcador adquieren una dimensión más compleja si cabe.
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