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Aire fresco, aspiraciones intactas

Aire fresco, aspiraciones intactas

La UD quiere exprimir los efectos revitalizantes del triunfo ante el Sporting y el vestuario se conjura para, de una vez, encadenar resultados positivos que blinden el gran objetivo: la promoción de ascenso

Jueves, 1 de enero 1970

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Tres puntos y un valor añadido incuantificable. En esta UD de trincheras y hambrienta de triunfos, ganar el domingo al Sporting tuvo un efecto multiplicador y que hoy siembra de optimismo y confianza el vestuario. Todos coinciden en que el mejor pegamento para sostener el proyecto viene con los resultados, por encima de esfuerzos y empeños, y, hasta ahora, esto se le venía negando al equipo, al que le han penalizado en exceso sus errores y, frecuentemente, acusó capítulos de nula fortuna en actuaciones precedentes. Todo lo que podía salir mal, acababa terminando peor y ese halo de fatalismo tenía a Paco Herrera inmerso en mil deliberaciones sin respuesta. Todo tan complejo como tan sencillo de solucionar: salir victoriosos de una jornada para empezar de nuevo.

«Esto era justo lo que necesitábamos», coinciden en la UD, de repente otra vez sonriente y preparada para desenterrar su candidatura. El ascenso directo ya se da por perdido dadas las diferencias existentes, pero enganchar plaza de promoción es algo que se ve factible y que se considera el camino más corto para regresar a Primera en junio. Porque existe el convencimiento pleno de que, ya en las eliminatorias decisivas, tal y como sucedió en 2015, Herrera sabrá articular la fórmula del éxito. De hecho, los jugadores, sin hacer cálculos más allá de la visita al Alcorcón, son los primeros en posicionarse en este planteamiento positivo. Tras una temporada irregular, plagada de incidencias y en la que se destrozaron muchas expectativas, nada mejor que un acelerón final y llegar al tramo definitorio con piernas y cabeza en plenitud.

El cuerpo técnico, que no ha dejado de insistir en el capítulo psicológico, va a privilegiar ahora la mentalización de que, asegurando la presencia entre los seis primeros, el resto vendrá solo. Como gesto sintomático, las confesiones en voz alta de los jugadores en las redes sociales. Saboreando la victoria, sí, pero avisando de que ahora cogen impulso para lo que viene. «Gran victoria, estamos en la pelea», twiteó Rafa Mir. Cala fue más explícito: «Buenos tres puntos, ojito». Incluso De la Bella, desaparecido desde hace semanas del once titular, se unió a esta corriente de pujanza: «Escalando peldaños en equipo». La interpretación de este muestrario de mensajes es inequívoca y alude al calendario que aguarda y en el que, efectivamente, todos se han conjurado para plasmar esta declaración de intenciones. Que la UD está de vuelta.

En el entrenamiento realizado ayer los rostros de los protagonistas reflejaban la liberación que supone encarar una semana con la resaca feliz de haber sumado los tres puntos. «Cuando se gana todo es diferente y aquí, hasta ahora, no estábamos muy acostumbrados a eso», admitían desde la entidad a modo ilustrativo. De repente, todos creen, pueden y están convencidos.

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