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Pollo de Anzo y Pollo de Las Canteras, en pleno duelo. c7
Los Pollos en los terreros: cómo y por qué surgió esta denominación de origen

Los Pollos en los terreros: cómo y por qué surgió esta denominación de origen

lucha canaria ·

Hasta principios del siglo XX no apareció esta manera de llamar a los luchadores. La palabra se ha utilizado de tres maneras a lo largo del tiempo

PEDRO REYES

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 5 de septiembre 2022, 11:28

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Los aficionados al vernáculo deporte saben que si a un luchador se le llama 'el Pollo de...' es que se supone un buen deportista y, después de la preposición, va el lugar de donde proviene. Algunos bautizados en los últimos años son el grancanario Fernando Rodríguez 'el Pollo de la Montaña I' o el maliense, Mamadou Cámara 'el Pollo de Bamako'.

En el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una de las acepciones de Pollo es «hombre joven». En el diccionario de la Academia Canaria de la Lengua se dice: «En la lucha canaria, destacado componente de un equipo al que se le conoce generalmente con el nombre de su lugar de origen».

Se ha pensado que, dentro de los sobrenombres que se suelen poner a determinados luchadores, el de 'Pollo' había existido siempre, aunque basta bucear en la historia para ver que no es así. Su origen se remonta a los primeros años del siglo XX, aunque en 1898 aparece 'el Pollo del Sur' en una crónica luchística según el luchador y escritor Salvador Sánchez, Borito.

Durante el siglo XIX, muchos luchadores de las islas tenían apodos en relación a su profesión, sus características físicas o le añadían de donde eran o de donde venían, pero no se encontra ninguno que se le llamara 'el Pollo de' a excepción del de Borito en su libro.

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Algunos de esos sobrenombres fueron: el Invencible, el Ovejero, el Molinero, Mandarria, el Labrador, el Salinero, el Guerrero, Tabletas, el Rubio, el Panadero, el Sopo, el Montañero, Capitán, el de Tacande, el de La Cuesta, el Manchado, el Bollo... La lista es interminable. A los luchadores herreños de la época que iban constantemente a Tenerife, Gran Canaria o La Palma a luchar, no se le conocían apodos o sobrenombres salvo que residieran en otra isla. En 1908, al herreño Luis Padrón se le llamó 'el Francés, aunque en Gáldar vivía en esos años, el Herreño del norte y también residía en la isla oriental Chano Castillo, El herreño.

Gran Canaria

A principio del siglo XX, en Gran Canaria algunas crónicas periodísticas comenzaron a utilizar la palabra 'Pollo' para referirse a jóvenes luchadores que hacían su aparición en las luchadas programadas y normalmente desconocían su nombre. Escribir expresiones como «Espino tumbó a un pollo del norte que luchaba muy bien» o «salió un pollo del sur que era un buen luchador» eran habituales«. En estos casos de jóvenes luchadores, jamás aparecía su nombre. La segunda razón para llamar 'Pollos' a determinados luchadores fue ponerle el apodo por su apellido. El primero que se ha podido acreditar es el 8 de diciembre de 1903, en Diario de las Palmas: al teldense Juan Sosa le llamaron Pollo Sosa. En 1906 se dio a conocer como Pollo Barrera a Francisco Barrera que también era el Pollo de Telde. Pollo Aguilar, Pollo Hernández o el propio Estévez, que fue también el Pollo de Reina por su segundo apellido, fueron los siguientes.

La tercera manera es la que se tiene hoy en día para calificar a un joven, que sea buen luchador y el lugar de procedencia. El primero que aparece en los medios de comunicación a los que hemos tenido acceso, con su nombre, es en abril de 1904, el ya mencionado Antonio Estévez, 'el Pollo de Guía'. Ese apelativo lo podía tener él y sus descendientes, pero si no, en el futuro otra persona podía usar lo de Pollo de Guía, como así ocurrió años más tarde, después de su retirada. Dos años después aparece en una reseña, el Pollo de Arucas, pero al no tener más datos y prácticamente desaparecer en libros y periódicos, se entiende que fue en esa luchada, la manera de llamar a algún joven de dicha ciudad. Dos décadas después, Jerónimo Macías, primero, y Pepe Araña después fueron los 'Pollos de Arucas' más famosos. En la primera década del siglo XX en Gran Canaria le siguieron, en 1906 Adolfo Díaz, el Pollo de la Angostura y en 1908, Ruperto Pérez, 'Pollo de la Montaña de Cardones.

Santiago Henríquez en su libro 'La historia de la lucha canaria. Telde 1879-1985', dice que a José Santana. 'Tabletas', se le conocía también por el Pollo de las Tabletas.

En la segunda década del siglo XX, el término 'Pollo' ya era más utilizado y de ahí que aparecían el Pollo de Tenoya, el Pollo de Jinámar, o Pollo de Marzagán, pues en Gran Canaria era tierra proclive a estos calificativos con los luchadores residentes o no, al igual que la prensa.

En la tercera década, está Miguel Mayor, el Pollo del Cortijo, y en la actualidad sigue teniendo descendencia con el Pollo del Cortijo IV. Años después ocurría lo mismo con otras sagas como los Callejones, que ya va por Cristo Hernández el Pollo del Callejón VI. En las décadas de los cuarenta a los sesenta hubo un buen número, como el Pollo del Pagador, Pollo de Sardina, Pollo de Cardones, Pollo de Buen Lugar, Pollo de Arucas, Pollo de Gáldar, Pollo de Anzo, Pollo de los Reyes, Pollo de la Plaza, Pollo de San Nicolás o Pollo de la Barranquera, entre muchos otros.

Tenerife

El primer luchador con el apelativo de 'Pollo' se encuentra en Tenerife en el periódico El Progreso de marzo de 1909, que anunciaba una luchada en el Parque Recreativo con diferentes bregadores, como Capitán, Emilio Rivero «y el afamado Pollo de Tegueste». En los años siguientes no se ve ninguna anotación más sobre este luchador y su nombre ya no aparece en las luchadas. También en una cita aparece un Pollo de Güímar, en la segunda década del siglo. Se llamaba Carlos Bethencourt, nacido en Haría (Lanzarote) pero de muy joven se fue a Tenerife. Posteriormente se marchó a Tazacorte en La Palma, donde luchó y enseñó a los jóvenes.

No sería hasta mitad de los años veinte, cuando suenan con fuerza dos luchadores que a la postre resultaron históricos para la luch, como Pancho Suárez, Pollo de los Campitos y Pedro Rodríguez, Pollo de Las Canteras, que durante muchos años deleitaron a los aficionados. Ya en los años siguientes, Domingo Pérez y Manuel Perera fueron los Pollos de Tegueste más conocidos. También brillaron a mitad de siglo, el Pollo las Mercedes, el Pollo el Pollo de San Andrés, Pollo del Tablero, Pollo del Naranjo o Pepe Rodríguez, el nuevo Pollo de las Canteras, entre otros.

Lanzarote

En la Isla de los Volcanes, en junio de 1911 apareció por primera vez en una crónica del Diario de Las Palmas, el Pollo de Máguez. «Figuraban en la luchada los mejores luchadores de esta isla, con tres majoreros y el valiente mozo lanzaroteño conocido por el Pollo de Máguez, que se presentó por primera vez al público y que será de los que muy pronto, conquiste merecida fama. El domingo próximo volverá al terrero».

Años después Andrés Luzardo sería el nuevo Pollo de Máguez y el más popular de la historia por lo que hizo en el vernáculo deporte

Después del Pollo de Máguez, encontramos un Pollo de Lanzarote en enero de 1914, en una luchada en Arucas, pero nunca más se volvió a hablar de él.

A Joaquín Rodríguez, el Pollo de Uga, se le ve en las notas de prensa a partir de 1917 y para muchos es de los más grandes luchadores de Canarias. Casi todas las localidades de la isla tendrían 'Pollos'. Después vendrían hombres como el Pollo de Tao, el Pollo de Tías, el Pollo de Haría, el Pollo de Arrecife, como algunos de los más relevantes. Juan Sebastián Henríquez en su libro sobre la lucha en Lanzarote, da a entender que hubo un Pollo del Grifo y un Pollo de la Montaña Blanca, pero sin aclarar las fechas exactas de su aparición.

El Hierro y La Palma

Los herreños eran poco dados a sobrenombres y según nuestros datos. El primer luchador que se le dio como Pollo fue en 1924, cuando al Pollo de Taibique se nombraba en una crónica del Diario de Las Palmas, en una luchada donde participaban bregadores de varias islas. El Pollo de Sabinosa y el gran Juan Barbuzano, Pollo del Pinar o Pollo del Hierro fueron otros ilustres. A final de siglo, con Francis Pérez el Pollito de la Frontera, El Hierro tuvo a uno de los más grandes luchadores de la historia.

También en La Palma se retrasó el uso de la palabra 'pollo' y solo en el libro de Francisco Antequera sobre la lucha en la isla aparece a principio de los treinta. Juan Hernández, Pollo de Tenerra, luchador de gran poder fue el primero del que tenemos constancia.

Años más tarde, se añadieron también: el Pollo de la Pimienta, el Pollo Breña, el Pollo de Mazo, el Pollo de la Marina I, el Pollo de los Olivos o el Pollo de Tijarafe, entre muchos más que engrandecieron la lucha palmera.

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