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Volkswagen Arteon, la berlina reinventada

Volkswagen Arteon, la berlina reinventada

Parece que al tercer intento Volkswagen ha hecho diana en el enfoque de su berlina de representación, para lo cual ha fusionado diferentes conceptos bajo una misma carrocería, dando cabida al lujo y el espacio de una berlina clásica, junto al dinamismo y la emoción de una berlina estilo cupé. Si a todo eso añadimos una dotación tecnológica vanguardista y un precio ajustado obtenemos un resultado sobresaliente cum laude.

Aythami Alonso / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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De los extintos Phaeton y CC ha surgido una acertada combinación en la que destaca principalmente un cambio estructural de su carrocería, como es la inclusión de un amplio portón para el maletero, que convierte al Arteon en una berlina de cinco puertas con un claro corte cupé, encargado de aportar dinamismo visual al conjunto, además de una silueta fundamentada en trazos y proporciones deportivas.

El jefe de diseño de Volkswagen, Klaus Bischoff, ha definido al Arteon como un ‘Business Class-Gran Turismo’, es decir, la combinación del lujo y la elegancia de una berlina clásica con la deportividad propia de un GT, incorporando un recurso guardado en el baúl de los recuerdos como es el estilo ‘fastback’, aplicado a la resolución de la zaga, en la que sobresale la gran superficie acristalada del portón y la práctica ausencia de paneles planos, emergiendo líneas de expresión y detalles tridimensionales desde cualquier ángulo de observación. La versión R-Line incorpora un pequeño labio de carbono a modo de apéndice aerodinámico sobre el borde superior del portón.

Trasladándonos al frontal, lo primero que llama la atención es que el expresivo capó se apoya sobre las aletas en su totalidad, ensanchando visualmente el morro, el cual parece más extenso que en el Passat, a pesar de que el ancho de vía delantero es prácticamente calcado entre ambos modelos.

Desde el pseudo-guardabarros arrancan dos marcadas líneas de carácter que recorren con precisión el perfil del Arteon, dando forma a unos vigorosos hombros, sobre los que descansan las lunetas, cuyo perfil dibuja lo que los diseñadores han denominado la DLO (Daylight Opening-apertura a la luz de día), destacando un elemento característico de los grandes cupés, como es la ausencia de marco en las ventanillas.

La penetrante mirada del Arteon está encomendada a unos grupos ópticos de tecnología LED, que acogen además la luz diurna, dando paso a una doble calandra formada por dos lamas superiores que interseccionan con el emblema VW, y la parte inferior con cuatro lamas sobre las que cuelga la matrícula. Llama la atención el delgado apéndice que alarga el capó sobre la calandra, que parece fruncir el cejo. Y, por otro lado, el paragolpes delantero totalmente diferente entre las versiones Connect y R-Line.

La utilización de la versátil plataforma MQB, con el motor instalado transversalmente, es culpable de que el Arteon se asiente sobre unas cotas que le confieren una apariencia dinámica, principalmente por sus cortos voladizos y sus proporciones compactas, con una longitud relativamente contenida (4.862mm), combinada con una extensa distancia entre ejes (2.841mm), que sumados a una altura muy baja (1.427mm) y anchura amplia (1.871mm sin retrovisores, 2.127mm con retrovisores) confluyen en una planta atlética y sólida.

Sobriedad interior

Donde no existen sorpresas es en el habitáculo, que proviene íntegramente de su hermano menor el Passat, aunque con la única salvedad del mayor espacio para las piernas que disponen los tres pasajeros posteriores, destacando además el volumen de carga del maletero, que se sitúa en 563 litros (23 litros menos que el Passat) ampliable a 1.557 con los respaldos de los asientos abatidos, y la ventaja que supone la presencia de un amplio portón que facilita el acceso al espacio de carga.

El salpicadero está recorrido transversalmente por una salida continua de aire del climatizador, interrumpida justo en el centro del tablero por un reloj analógico, bajo el cual se sitúa la pantalla del sistema multimedia, que en el caso de la unidad cedida por Domingo Alonso, en acabado R-Line, tiene un tamaño de 9.2” por tratarse del tope de gama, es decir, Discover Pro con función de control gestual, a lo que se suman las dos joyas de la corona, el cuadro de mandos digital (Digital Cockpit) y el ‘head-up display’.

En cuanto a ayudas a la conducción, el Arteon equipa todo el arsenal disponible en el Grupo VAG, comenzando por la segunda generación de la asistencia de emergencia, que en caso de desvanecimiento del conductor es capaz de dirigirse automáticamente al carril derecho y detener el vehículo fuera de la calzada mientras efectúa una llamada de auxilio.

Por supuesto, no puede faltar el control de crucero adaptativo, el asistente de salida de carril, luz de curva dinámica proactiva, sistema de protección de ocupantes Precrash, reconocimiento de señales de tráfico y cámara de visión trasera.

Conducción deportiva

La disposición de batalla larga y anchos de vía generosos permiten al Arteon ofrecer una sensación al volante muy agradable, especialmente deportiva en la versión R-Line que hemos probado, dotada de suspensión adaptativa DCC, modos de conducción programados y neumáticos 245/35-20.

A partir de estos condimentos y el toque final de la dirección progresiva es fácil deducir que esta versión del Arteon invita a exprimir sus posibilidades mecánicas, encomendadas en este caso al soberbio motor 2.0 TSI de 280 CV, acoplado a un cambio DSG7 y tracción total 4Motion, un conjunto que no ha sido dispuesto para ir a recoger a los niños al colegio, precisamente.

Este cóctel preparado por los chicos de Wolfsburgo pretende saciar a los usuarios más exigentes, con la particularidad de que seleccionando el modo de conducción ‘Confort’ obtenemos un alto grado de comodidad, sin llegar a los extremos de una berlina de representación corriente, para lo cual es preferible decantarse por la versión Arteon Connect.

En cuanto a prestaciones puras, el Arteon 2.0 TSI de 280 CV 4Motion disfruta una capacidad de aceleración 0-100 km/h apabullante, con un registro de 5.6”, a lo que se suma su velocidad punta de 250 km/h, inalcanzable en nuestras carreteras. Como consumo medio el fabricante anuncia 7,3 litros/100 km, aunque en conducción real bajo nuestras particulares condiciones orográficas la cifra se eleva hasta los 8,2 litros, que no está nada mal por lo que ofrece a cambio.

Finalmente me gustaría destacar el precio de partida del Arteon en Canarias, que para su modelo de acceso (2.0 TSI 150 CV) se sitúa en unos competitivos 29.400 euros, una cifra realmente ajustada teniendo en cuenta el amplio equipamiento que ofrece el acabado Connect, factor que lo sitúa en posición privilegiada, aunque es una lástima que este segmento haya perdido peso específico en favor del insaciable crossover.

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