Una afición que se merece el WRC

Esa vigilancia no sólo fue en la carretera directamente, sino visionando la retransmisión en directo de todos los tramos cronometrados, todo ello por comisarios deportivos que se desplazaron a la isla sólo para eso.

Y aunque no se conocen los informes oficiales, si se puede decir que la afición en la carretera se comportó como nunca, situándose en lugares altos, alejados del borde de las carreteras y sobre todo respetando la señalización de los comisarios de ruta y fuerzas de seguridad del estado, que como cada año se volcaron en la prueba.

Por consiguiente y por lo menos en cuanto a seguridad se refiere, la nota deberá ser muy alta, rozando la perfección, ya que incluso con varios accidentes importantes, nunca un aficionado estaba cerca, algo que en muchos rallys del ERC y Mundial no pueden decir lo mismo y aquí se plantea otra pregunta: ¿Por qué exigen tanto a la afición de Canarias? cuando siempre han demostrado su nivel de compromiso con el automovilismo.

Si la seguridad en el ERC este año ha sido más exigente, cuando llegue el Mundial el año que viene la cosa se multiplicará por cuatro, dado que la velocidad de los vehículos Rally1, exclusivos del WRC, es altísima, teniendo que extremar la seguridad al máximo de lo humanamente posible.

Ese máximo significarán muchas cosas, entre ellas unos tramos que no se abrirán entre pasada y pasada, algo que ya se vivió en esta edición, he incluso se multaron a varios aficionados que salían caminando de los mismos antes de terminar la competición.

El espectáculo del WRC tiene un precio y, no es sólo el coste económico, sino que la seguridad y en definitiva todo es «más exigente». Aquí es donde los aficionados vuelven a tomar protagonismo, ya que se dará una vuelta más de tuerca.

Por ejemplo, los tramos se cerrarán un día antes (la noche anterior) del paso de los equipos participantes, con controles de paso para permitir el acceso sólo a los vecinos de la zona. También se comenzará muy temprano cada etapa y se terminará muy pronto.

Serán cuatro días de carrera, con tramos muy largos y además muy separados entre sí, para evitar en lo posible el movimiento de los aficionados. Además, los cierres de carretera se harán con kilómetros de antelación e incluso los accesos a los tramos tendrán el mismo tratamiento.

Pero siempre hay alguna excepción que no respetaron las zonas prohibidas pero que no debe empañar el gran comportamiento general y que se debe seguir trabajando entre todos en lograr la excelencia, que es lo único que nos mantendrá en lo más alto del automovilismo deportivo.