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Mario García Romo (i) celebra su bronce en el 1.500. iNA FASSBENDER / AFP
García Romo logra la séptima medalla
Atletismo / Europeo

García Romo logra la séptima medalla

El atletismo español sigue con su brillante actuación en el Europeo de Múnich tras la tercera plaza del salmantino en la final de 1.500 metros

igor barcia

Jueves, 18 de agosto 2022, 21:19

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Las tradiciones son para mantenerlas. También en el atletismo. Si España siempre se ha nutrido del buen hacer de sus marchadores y del mediofondo, para qué cambiar. Así lo ha entendido un equipo que marcha viento en popa en este Europeo de Múnich. Solo Alemania, el país anfitrión, viaja por delante en el medallero, donde España suma desde anoche siete metales.

Mario García Romo, el heredero del 1.500, el atleta llamado a seguir los pasos de José Luis González, de José Manuel Abascal, de Fermín Cacho, de Reyes Estévez y de tantos otros, fue bronce en una final muy exigente. Siempre que Jacob Ingebritgsen está con ganas de correr lo es, y en el Olímpico el noruego decidió que lo mejor para no correr riesgos era asfixiar a sus rivales con un ritmo exigente. Tomó la cabeza en los 200 metros y ya no volvió a ver a un rival hasta pasada la meta. Ya tiene su doblete 1.500-5.000 y por poco no se repitió el resultado, ser escoltado por un español.

Si en los 5 kilómetros fue segundo Mo Katir, anoche García Romo fue su sombra durante 1.200 metros. El problema es que al salmantino de Villar de Gallimazo le pasó factura el ritmo de la final y toda la carga de una gran temporada de verano a falta de 150 metros. Su fluidez a la hora de desplazarse, su sensación de comodidad, desaparecieron de golpe a la entrada de la recta. Mario comenzó a sufrir, fue superado por el británico Heyward y entonces le tocó gestionar otra carrera, la de defender su primera gran medalla ante el remate final del italiano Arese. Los fantasmas de una segunda cuarta plaza, como sucedió en Eugene en el pasado Mundial, sobrevolaron el Olímpico de Múnich, pero a García Romo le sobraron 12 centésimas, un suspiro de alivio, ese que le confirmó como medalla de bronce continental. Gonzalo García, sexto, sumó una nueva plaza de finalista al buen hacer de España en el campeonato, mientras Ignacio Fontes cayó a la undécima plaza, corriendo de más a menos.

Gran temporada

A sus 23 años, el salmantino ha vivido una temporada de ensueño. Subcampeón universitario en Estados Unidos, campeón de España, cuarto en el Mundial y tercero en el Europeo, García Romo ya es presente y futuro del atletismo español, después de un viaje formativo que le llevó a salir de Villar de Gallimazo, un pueblo de apenas 200 habitantes, para ir a estudiar primero a Salamanca y después a Oxford, Mississippi (Estados Unidos), donde ha finalizado los estudios de Químicas y donde tiene decidido quedarse para seguir entrenando.

Tras toda una vida junto a su descubridor Lucio Rodríguez, el técnico que se quedó asombrado con aquel niño de ocho años en unos Juegos Escolares en Salamanca, García Romo entrenará desde este otoño en Boulder, Colorado, a 1.600 metros de altitud, después de firmar con la prestigiosa marca On Athletics Club. Allí estará a las órdenes Dathan Ritzenhein, uno de los mejores entrenadores de mediofondo del país. Será su apuesta para seguir creciendo como atleta y confirmar lo que demostró ayer en Múnich, que es el heredero de una distancia que siempre da alegrías al atletismo español.

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