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En Ingenio presumen de cantera

En Ingenio presumen de cantera

No hay cantera en los terreros que luzca más y mejor que la del Club de Lucha Maninidra/ Familia López Fabelo. Si en categoría sénior las cosas no fueron como se esperaban por Ingenio, con presencia en finales pero desenlaces adversos, en las competiciones de base se agolpan los éxitos, recompensa al trabajo madurado al calor de la paciencia y el sacrificio.

Ignacio S. Acedo y /Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Hay motivos en Los Molinillos para creer en el futuro y tener la tranquilidad de que el relevo generacional que viene aventura tiempos de alegrías y protagonismo. El Maninidra, club de larga tradición y 71 años de magnífica historia, exhibe optimismo al calor de la magnífica cosecha que ahora se disfruta. El equipo cadete se alzó con el campeonato de Canarias y el trono regional, todo un hito en la cronología de la entidad, mientras que el juvenil también gobernó la liga insular y quedó segundo en el escalafón del archipiélago. Méritos sobresalientes que se unen a la pujanza de la escuelita del Maninidra, en la que más de treinta jóvenes se adiestran siguiendo un modelo en el que exigencia, ambición y paciencia no están reñidos. Los resultados no pueden ser más relucientes después de que la actual directiva apostara decididamente por revitalizar una cantera ahora en el escaparate.

«Para el Maninidra siempre ha sido muy importante cuidar al luchador del pueblo, darle la oportunidad de mejorar y competir, proporcionarle las condiciones necesarias, motivarle... Y con la incorporación de Miguel Hernández, el Pollo de las Calabazas, se ha impulsado de una manera increíble y se han conseguido más logros. Estamos ante la temporada más laureada del Maninidra en categorías inferiores, con el doble campeonato cadete y el título juvenil junto a su condición de finalista del torneo regional. No podemos pedir más cuando veníamos de una situación complicada años atrás. La recuperación ha sido indudable», asegura Fernando Hernández, uno de los dirigentes más activos y que, además, hace las veces de secretario.

Juan Valerón, presidente y en labores ejecutivas del Maninidra desde 1979, habla y lo hace con la propiedad de su extensa experiencia: «No veía una labor tan buena desde hacía muchísimo. Desde la junta directiva, con la ayuda de los padres de los niños y el Pollo de las Calabazas hemos podido completar una labor de formación ejemplar y en la que seguimos trabajando con vistas al futuro. Nos sentimos tremendamente orgullosos de haber montado esta estructura y dotarla de lo que necesita para su crecimiento y desarrollo».

En el capítulo de agradecimientos ahora que se degustan títulos y reconocimientos, hay un apartado muy especial para el patrocinio de la familia López Fabelo, desde hace más de una década patrocinador principal del Maninidra y un sostén económico «fundamental», también, para el florecimiento de nuevos valores en Ingenio. «Sin José López Fabelo el Maninidra ya no seguiría en pie. Por eso es de justicia que hagamos público, una vez más, nuestro reconocimiento a su fidelidad y aportación indispensable», subraya con solemnidad Valerón, también rendido a la animosidad de la afición local, «siempre presente y ayudando en lo posible».

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