Madrid, primera parada a domicilio

En ataque necesita la suma de muchos más. Beirán, otro campeón del mundo, se quedó en cero puntos. Al igual que Santana y Shurna. Okoye metió seis, insuficientes si tenemos en cuenta su calidad y prestigio ganado a pulso el curso pasado. A Bujanadze se le vio muy incómodo y perdido en la cancha (3 puntos). De Bourousis, poca cosa (5 puntos y otros tantos rebotes). Cook no desentonó con números, digamos, normales para lo que se le alistó: 8 puntos y las mismas asistencias. Mientras, habrá que esperar para ver a Paulí y Balcerowski en acción.

En defensa tampoco funcionaron las cosas como debería o se pretende. Aplaudió el propio técnico griego el esfuerzo en defensa durante la pretemporada y ni eso le funcionó en el Arena para llevarse un primer palo justo. Dicho esto, todo eso ya es historia. La derrota no se la quita nadie a un Gran Canaria que hoy se presenta con las mismas piezas en Madrid para desquitarse de ese mal inicio. Visita a un Estudiantes que llega también con derrota. Aunque la de los estudiantiles haya sido más lógica si tenemos en cuenta su rival (Baskonia) y que jugaba a domicilio.

Sin embargo, el cuadro conducido este curso por el serbio Aleksandar Dzikic dejó muy buenas sensaciones en el Buesa Arena. Destacaron sus piezas nacionales, de manera notable Brizuela (17 puntos; 19 de valoración), pero también Arteaga, autor de 9 tantos, y también los muchos que se estrenan en la exigente ACB, como los casos de Dangubic, Dukan o Kadji, sin dejar de lado a Palacios (exclaretiano) o Presseley, que regresan este curso a la liga española.

Todo eso, y un poquito más, le aguarda a un Gran Canaria claramente a mitad de camino. Con muchas dudas y trabajo por hacer. Pero aunque las excusas tengan todo su sentido, lo cierto es que la ACB más exigente que se recuerda en los últimos años ya está en marcha y el ritmo, como de costumbre, es trepidante. Incluso en el avión tendrá que seguir Katsikaris y sus ayudantes dando instrucciones a su grupo. Ni un minuto puede perder el griego para, lo antes posible, darle sentido a un Herbalife con muy buena pinta y mimbres para ser protagonistas este curso, donde solo disputará su competición doméstica.

Tiempo de mejora hay. Equipo también. Pero las victorias son tan necesarias para lograr los objetivos este curso que incluso en fase de descomposición en la que se encuentra, una victoria por uno y en el último segundo vale oro. Si es por más y mostrando mejor cara que en el estreno, mejor. Aunque visto lo visto...