El inolvidable Canteras cuida con mimo su nuevo vivero

El Canteras Unión Deportiva protagonizó una época inolvidable e histórica en el deporte canario en general y en el balonmano en particular. Fundado en el año 1965, la entidad grancanaria firmó hazañas a finales de los años 70 y a principios de los 80 que iluminan los ojos y propician que brillen las sonrisas de los que pudieron vivir y disfrutar esa etapa, y, cómo no, la recuerdan con entusiasmo y con orgullo todavía.

El Canteras Unión Deportiva marcó el camino con el título de la Primera División en 1977 y el ascenso a la División de Honor para multiplicar el interés y el seguimiento a un deporte que no paraba de dar alegrías. Marcó un antes y un después, con muchos años dejando un trabajo de cantera y un legado que no caerá en el olvido y, sin ninguna duda, perdurará para siempre.

La llama sigue viva y las nuevas generaciones lucen una camiseta con un escudo que, quizás, desconozcan su significado, su trayectoria y su historia pero, a buen seguro, comparten los sueños, la ilusión y las ganas de diversión de los que la defendieron en todos los rincones del territorio nacional.

«Desde el parón de un club que fue histórico en el balonmano, llevamos 11 años seguidos. En un primer momento, empezamos con equipos territoriales y juveniles y hemos terminado con infantiles, cadetes y alevines. Nos quedamos con la base», explica Tomás Peña, el exárbitro y máximo dirigente del club que se ejercita y compite en el pabellón Jesús Telo de La Isleta. El objetivo es reflotar la escuela, el nuevo vivero que impregna de color y de formación con niños y niñas con edades comprendidas entre los 7 y los 15 años que se reparten en los diferentes combinados que cada tarde presumen de practicar balonmano.

La nueva normalidad reduce la capacidad de movimiento en la captación de los clubes, pero, al mismo tiempo, agudiza el ingenio y aumenta la motivación de un Canteras Unión Deportiva que persigue arraigar su filosofía en un barrio capitalino que respira deporte por los cuatro costados.

Tomás Peña, quien lamenta que a día de hoy hayan pasado de 40 integrantes de los conjuntos de las categorías de formación a 30, argumenta que «el problema que tenemos es la covid-19, puesto que contamos con inconvenientes para entrar en los colegios por los protocolos, por lo que vamos a ver cómo terminamos. Creemos que estamos ampliando la escuela de los pequeños, podemos llegar a 20 y vamos a ver si alcanzamos los 50 a final de temporada».

Tomás Peña es el corazón de una entidad que no desiste en su empeño de llevar este deporte a todos los hogares. Muchos son los retos compartidos con entrenadores y padres para crecer, creer y disfrutar a partes iguales, posibilitando el desarrollo de los niños y niñas a través del deporte. Una apuesta segura para potenciar personas y deportistas que nunca dejen de formarse.

«El aprendizaje, mantener la llama de un club histórico y, por supuesto, que se diviertan los niños. Primero que piensen en los estudios y que esto sea una afición para ellos», relata sobre los propósitos de una escuela abierta diariamente desde las 16.30 hasta las 18.00 horas. Los lunes, miércoles y viernes es el turno de los cadetes y de los infantiles, y los martes y los jueves saltan al parqué los benjamines.

Hace unos días el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Aridany Romero, quiso conocer de cerca la puesta en marcha de un nuevo curso del Canteras UD. Y así lo valora Peña: «Estamos encantados por la visita porque nos ayudan con balones, con las subvenciones anualmente y, a lo mejor, el año que viene las subvenciones pueden ampliarse para los niños que no pueden pagar su cuota».

«Ahora mismo estamos pendientes de hablar con empresas para ver si nos ayudan porque lo que más queremos es que los pequeños practiquen y aprendan. A ver si llegamos a ese objetivo y cada patrocinador aporte una cantidad para que los niños jueguen», agrega el dirigente sobre los obstáculos que dificultan su labor.

Por su parte, el técnico Javier Doreste Armas, quien cumple su segunda temporada en el club y con 12 años de experiencia en este deporte, expone que «el Canteras siempre ha tenido la fama de tener equipos grandes, estuvo en Primera División, tuvo sus años gloriosos arriba, pero la base siempre ha estado un poco complicada, por ser un barrio más de fútbol».

«El objetivo principal es trabajar desde la escuela por y para los niños, con los niños pequeños que este año tenemos 16 y estamos muy contentos a pesar de las circunstancias sanitarias. Solemos hacer una campaña de verano todos los años para la captación, pero no pudimos hacerla este año. No obstante, desde que arrancamos se nos han ido sumando niños», manifiesta.

Doreste incide en que «no se ha podido lograr una base por determinadas circunstancias y el objetivo es trabajar desde abajo hasta arriba».

«Estoy muy contento con el trabajo de Tomás Peña desde hace muchos años, con el trabajo en los colegios. Es una labor de años y este tenemos el objetivo primordial de trabajar desde la base. Suele pasar que nos obsesionamos con los equipos grandes y nos vamos olvidando de los pequeños. Llega un momento que nos quedamos sin base», dice.