Borrar
Hasta la suerte corre a favor cuando las cosas fluyen bien

Hasta la suerte corre a favor cuando las cosas fluyen bien

La fortuna también se alía con la UD en los buenos tiempos. El equipo amarillo ayer abrió la lata después de que Higinio cometiese un penalti poco frecuente en la Segunda División, convertido por Jonathan Viera con algo de fortuna

Juan Pérez Benítez y Cober Servicios Audiovisuales

Miércoles, 15 de julio 2020, 17:01

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A medida que avanzan las jornadas cada vez es tarea más complicada sorprender a los rivales. La competición se empieza a definir en cuanto se acerca el parón invernal y cada equipo de la categoría sabe qué posibilidades tienen y por qué cosas van a poder luchar. El Numancia olía el peligro antes de empezar el duelo y llevó bien estudiada la conducta que tenía que adoptar en el Estadio de Gran Canaria para sacar algo positivo.

Los numantinos aterrizaron en Gran Canaria con la consigna clara de no dejar jugar cómodo al combinado isleño de tres cuartos para adelante a través de sus estrellas: Jonathan Viera y Pedri. Pero toda preparación fue en vano. Pronto se les desmoronó el plan. La suerte comenzó sonriendo a la UD en el minuto 25 en una jugada que parecía poco significativa, pero que al final fue la jugada que descorchó la botella de los goles en una tarde que se antojaba complicada con una defensa bien plantada por el conjunto rojillo. La acción protagonista vino precedida por un libre directo acontecida en el lateral diestro, muy lejos de la portería rival, tras un falta cometida sobre el de La Feria. Benito puso la pelota llovida sobre el área defendida por Dani Barrio para que alguno de sus compañeros la rematase, pero la dirección no fue la adecuada y se podía averiguar que no iba a entrañar ningún peligro desde que la pelota se asomó al área desde el aire. Pero una mala decisión de Higinio, el jugador más adelantado de los sorianos que había bajado a defender, puso el brazo en una posición poco natural y desvió la trayectoria del esférico sin ni siquiera tener la presión de algún futbolista con la camiseta amarilla alrededor. El colegiado señaló penalti por una evidencia clara, que rara vez sucede en el fútbol profesional. El que fuera protagonista y líder del partido, Viera fue quien se animó a abrir la lata desde el punto fatídico. El lanzamiento no fue para enseñarlo en las escuelitas, flojo y al medio. El meta que vestía de verde la tocó, pero el efecto del balón hizo un movimiento extraño y sobrepasó la línea llorando.

Esta sucesión de factores transformaron el encuentro en más llevadero con un tanto que obligaba a los de Luis Miguel Carrión a abrirse cada vez más con el paso de los minutos para tratar de dar algún susto. Pero pronto un latigazo de Narváez puso más tierra de por medio, volviendo a coger la llamada del gol. El colombiano se atrevió con un disparo de cerca de 20 metros sorprendiendo a todos los presentes, Barrio incluido, que provocó su tercera diana este curso.

El colofón lo puso de nuevo el ilusionista cedido desde China. El mediapunta grancanario redondeó aún más la tarde con su segundo tanto, el tercero para la UD. Narváez lo intentó primero y tras el rebote del portero adversario, Viera empujó un balón a placer hacia el fondo de las mallas, de nuevo, otorgado en gran medida por la fortuna.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios