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Los jugadores del Real Madrid posan con la Supercopa conquistada en Riad. Fayez Nureldine (Afp)
El Real Madrid sueña con una temporada histórica
Análisis

El Real Madrid sueña con una temporada histórica

La conquista de la Supercopa de España dispara el optimismo en un equipo lanzado en la Liga, vivo en la Copa y esperanzado con la Champions

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 17 de enero 2022, 15:35

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El Real Madrid vive días de vino y rosas. La conquista de la Supercopa de España ha disparado el optimismo en un equipo que lidera la Liga con autoridad, sigue vivo en la Copa del Rey y afrontará esperanzado el próximo mes la ida de los octavos de final de la Champions frente al PSG, un rival intimidante pero al que los blancos confían en batir para seguir soñando con lo que podría ser una temporada histórica.

Cierto es que la Supercopa de España tiene una entidad menor respecto a los trofeos que pueden validar una campaña para el club de Chamartín. Pero el triunfo en la final frente al Athletic sirve para refrendar el trabajo realizado hasta la fecha por una escuadra que firma un 76,6% de victorias en lo que va de curso, un registro notablemente superior al 59,6% de partidos saldados con éxito con que completó la temporada anterior, en la que luchó hasta el final por la Liga y la Champions pero terminó quedándose en blanco.

Para encontrar un porcentaje similar de triunfos en el Real Madrid hay que remontarse hasta la campaña 2016-17, cuando el bloque que por entonces dirigía Zinedine Zidane abrochó un histórico doblete Liga-Champions apuntalado por un 73,3% de victorias en la temporada. Aquel curso sirve de referencia para el grupo que ahora tutela Carlo Ancelotti, principal artífice de la trayectoria que ha permitido al Real Madrid romper la sequía de dieciocho meses sin títulos que acumulaba desde que conquistase en condiciones inauditas la Liga 2019-20.

Con la Supercopa de España, el técnico italiano sumó su quinto trofeo con el Real Madrid, puesto que en su primera etapa en la capital española amarró la Champions, la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes y la Copa del Rey. Solo se le resiste la Liga, un campeonato con el que espera cerrar el círculo. De lograrlo, se convertiría en el primer entrenador que conquista las cinco grandes ligas del fútbol europeo, dado que ya triunfó en Italia con el Milan (2003-04), en Inglaterra con el Chelsea (2009-10), en Francia con el PSG (2012-13) y en Alemania con el Bayern de Múnich (2016-17 y 2017-18).

Ancelotti tapa bocas

A Carletto se le reprocha su nula inclinación hacia las rotaciones, invocando el espectro de lo sucedido en su anterior estadía en el banquillo del Real Madrid, cuando un equipo que volaba hasta el Mundial de Clubes se cayó a partir del mes de enero y se fue de vacío en un curso que culminó con su despido. Pero el experimentado técnico de Reggiolo tiene la lección bien aprendida y por el momento ha sabido capear los escasos baches que le ha deparado el camino.

Se le afea, asimismo, su fascinación por el contragolpe, teórico anatema para los equipos grandes. Pero se olvida que el Real Madrid, a diferencia del Barça, nunca ha sido presa del estilo porque lo que importa en Chamartín es únicamente ganar, ya sea por lo civil o por lo criminal. Y Ancelotti sabe amoldar sus sistemas a los futbolistas que tiene a su disposición porque siempre huyó de fundamentalismos.

El vestuario le reverencia, quizás el elemento más importante para regir a un equipo plagado de estrellas al que Ancelotti ha sabido potenciar desde su regreso. Ahí está el crecimiento de Vinicius como principal exponente de la capacidad del técnico para tocar la tecla adecuada con jugadores a los que maneja con mucha mano izquierda.

Conviene recordar que el Real Madrid ha tenido que sufrir el embate de las lesiones y el coronavirus, que no han hecho mella sin embargo en el rendimiento de una plantilla en la que los lunares negros los siguen poniendo los de siempre: el absentista Bale, los apáticos Isco o Hazard o el desaparecido Jovic. Sobresale, por el contrario, la extraordinaria adaptación de Alaba, el gran momento de confianza por el que atraviesa Courtois, el desparpajo y la efectividad de Vinicius, la pegada de Benzema y, por encima de todo ello, la vigencia de un centro del campo legendario que dicta los tiempos a su antojo.

Elementos todos ellos que ha sabido acompasar Ancelotti para configurar lo que Florentino Pérez considera «el inicio de una nueva época». El presidente del Real Madrid sacó pecho en Riad del presente, mientras sigue perfilando un futuro que pasa por la llegada de Kylian Mbappé y quizás de Erling Haaland. Dos astros que ofrecerían el salto de calidad necesario para clausurar de forma definitiva esa larga travesía del desierto que comenzó con la marcha de Cristiano Ronaldo. Falta también más fondo de armario, pero de lo que no hay duda a estas alturas es de que el regreso de Ancelotti fue todo un acierto. Así lo entienden en la 'casa blanca', donde la ambición es máxima.

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