Más emoción que fútbol en una tarde teñida de nostalgia en Chamartín

No resulta extraño que el foco de atención se centrase en lo emocional por encima de lo futbolístico, que pudo torcerse pronto para el Madrid con un penalti por mano de Kroos que Courtois atajó a Vesga. Solo esa pena máxima alteró la tranquilidad vespertina en Chamartín, mientras sus compañeros buscaban al capitán merengue sin excesiva fortuna.

En la primera parte del conjunto local apenas un disparo abajo de Vinicius, bien atajado por Unai Simón, y un cabezazo alto de Carvajal. En el Athletic, que se jugaba el regreso a Europa, no mucho más, un remate duro de Yuri que desvió Courtois como mejor opción.

De la pausa regresó más entonado el equipo que más se jugaba y ese paso al frente lo corroboró Sancet con su gol a la segunda intentona. El Madrid tuvo poca energía para reaccionar y solo el acierto de Courtois le mantuvo en el partido hasta el momento cumbre.

Un error de Yuri, que braceó en exceso en el área vasca y golpeó a Militao, le dio a Benzema la despedida soñada. El segundo jugador que más veces ha celebrado de blanco lo hizo una vez más, de penalti, justo antes de ceder su lugar en el campo a su amigo Modric, otra leyenda.

Poco importaba ya el resultado, que al final le dio al Madrid el subcampeonato liguero. El Bernabéu, puesto en pie por tantas y tantas noches de gloria, despedía a uno de los suyos. Sobre el verde ya no verá al «felino» más talentoso, pero sus hazañas se recordarán para siempre en Chamartín.