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Jornada 33

El virtual campeón tiene prisa por entonar el alirón

Los goles de Alaba, Asensio y Lucas Vázquez validan las rotaciones de Ancelotti frente a Osasuna y dejan el título en bandeja al Real Madrid

Óscar Bellot

Madrid

Martes, 19 de abril 2022

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Con todos los carriles de la autopista despejados tras su épica victoria sobre el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán y la derrota del Barça contra el Cádiz en el Camp Nou, el Real Madrid echa ya cuentas para entonar su trigésimo quinto alirón liguero. A los blancos les bastan siete puntos para certificar un título que se da ya por amortizado, independientemente de lo que puedan hacer sus lejanos perseguidores. Pero incluso podrían proclamarse campeones esta misma semana en caso de producirse una concatenación de resultados. Para ello es condición sine qua non que el equipo de Carlo Ancelotti asalte el siempre complicado estadio de El Sadar, donde el embalado líder de Primera rinde visita a Osasuna con la calculadora echando humo.

Un triunfo frente al cuadro rojillo, sumado a un traspié previo del Atlético contra el Granada y una derrota del Barça el jueves ante la Real Sociedad abriría las puertas a una fiesta en La Cibeles el mismo domingo, siempre y cuando los azulgranas volviesen a tropezar ese día en el duelo que tienen aplazado frente al Rayo. Si resuelven con nota sus deberes y los rojiblancos no hacen lo propio en el Metropolitano, a los blancos también podrían servirles dos empates del conjunto de Xavi Hernández para reencontrarse con la diosa antes de pisar el próximo martes el Etihad para medirse al Manchester City en la ida de semifinales de la Champions, el otro gran objetivo sobre la mesa en un curso que puede ser histórico.

Como no podía ser de otra forma, Ancelotti entiende que se hagan cábalas. Pero el técnico, más amigo de la historia que de las matemáticas, clarifica la ecuación. «La cuenta que hacemos es bastante simple: hacer tres puntos contra Osasuna y después tres puntos contra el Espanyol. Si necesitamos más, tres contra el Atlético», resumió en la previa.

La posibilidad de derrocar al vigente campeón dentro de dos semanas en su guarida del Metropolitano enardece a la parroquia blanca, eufórica tras los cinco días de pasión que encajonaron la decapitación del Chelsea y la defenestración del Sevilla. Sin embargo, Ancelotti recuerda que hasta el rabo, todo es toro. «Estamos muy cerca, lo estamos haciendo bien, pero todavía no se ha acabado», apostilló el entrenador de un equipo que acumula siete victorias en las ocho últimas jornadas, con la única mancha del clásico, pero que se persona en El Sadar con bajas de muchísimo peso.

Nueve ausencias

Por segunda cita consecutiva, Casemiro se cae de la lista, esta vez por un problema muscular que pone en riesgo su presencia el próximo martes frente al City. Su ausencia concederá una nueva oportunidad al laborioso aunque impetuoso Camavinga. El francés ejercerá como ancla ante Osasuna, acompañado de Valverde y Ceballos en la sala de máquinas, toda vez que Ancelotti dejó a Modric en Madrid para dar descanso al balcánico y oxigenará también a Kroos de partida.

Marcelo y Mendy siguen apurando para volver a la dinámica de grupo, por lo que el técnico del Real Madrid tiene que volver a hacer un remiendo en el lateral zurdo. Carvajal respondió al desafío en el Pizjuán, pero al de Leganés le tocará descansar. Nacho, goleador en Nervión, cubrirá el flanco. Vallejo, Hazard, Jovic, Mariano y Bale, que se cayó a última hora por molestias en la pierna izquierda, completan el nutrido parte médico, por lo que Ancelotti llamó a filas a dos jugadores del Castilla: Rafa Marín y Latasa.

Benzema se mantendrá como punta de lanza del tridente, escoltado esta vez por Asensio y Rodrygo, ya que Vinicius también entra en el turno de rotaciones. El paulista sube como la espuma justo cuando en su camino se cruza el conjunto ante el que firmó su primer gol como madridista tras aquel control exquisito que maravilló a Zidane.

Ese chispazo del extremo brasileño lo sufrió Jagoba Arrasate desde el banquillo rival. Tres años después, el técnico de Berriatúa mantiene a Osasuna sin urgencias de ningún tipo. El cuadro navarro aseguró hace tiempo la permanencia, pese a arrostrar una situación poco habitual: ha sumado más puntos fuera de casa que en su feudo. El Sadar siempre ha sido un campo espinoso para el Real Madrid, que solo ha sumado allí tres victorias en sus nueve últimas visitas, si bien el preparador rojillo destacó que para que su equipo saque algo positivo de este duelo con el líder tendrá que «rozar casi la excelencia». Los rojillos tienen las bajas de Lucas Torró, por sanción, y de Juan Cruz, Kike García y Jesús Areso, por lesión, pero acuden con la moral alta tras cosechar cuatro victorias en sus seis últimos partidos, las dos últimas consecutivas.

El Real Madrid mantiene el paso firme en la Liga tras conquistar tres puntos ante Osasuna que le ponen en bandeja el título. Los blancos salieron sonriendo de una visita a El Sadar en la que Carlo Ancelotti sacó lustre a su unidad B. Pese a que Benzema desperdició dos penaltis en la segunda parte, los goles antes del descanso de Alaba y Asensio, unidos al de Lucas Vázquez cuando el choque ya agonizaba, sirvieron para abrochar un triunfo que deja al conjunto de Chamartín a un paso de ese alirón que quiere entonar cuanto antes.

El mullido colchón liguero y la proximidad del duelo con el Manchester City en semifinales de la Champions invitaron a Ancelotti a revolucionar el once. El técnico del Real Madrid reservó de entrada a Carvajal, Kroos y Vinicius pensando en la visita al Etihad, configuró un centro del campo inédito en el que sobresalió la primera titularidad del curso para Ceballos y dispuso a Asensio y Rodrygo como escoltas en el tridente ofensivo de Benzema, imprescindible tanto en las etapas llanas como en las de alta montaña. La apuesta no pudo salirle mejor.

Enfrente tenía a un adversario desprovisto de urgencias, pero extramotivado. No es por ello extraño que las primeras ocasiones fuesen de Osasuna, con mención especial para un envío tensísimo del Chimy Ávila que pasó delante de las narices de Brasanac sin que el serbio lograse tocar el esférico en boca de gol cuando un roce podría haberle bastado para abrir la lata.

Osasuna

Sergio Herrera, Nacho Vidal, David García, Aridane, Cote (Barja, min. 68), Moncayola, Brasanac (Roberto Torres, min. 80), Rubén García (Manu Sánchez, min. 46), Javi Martínez (Oier, min. 68), Chimy Ávila (Barbero, min. 85) y Budimir.

1

-

3

Real Madrid

Courtois, Lucas Vázquez, Militao, Alaba (Carvajal, min. 46), Nacho, Camavinga (Isco, min. 74), Valverde, Ceballos (Kroos, min. 71), Asensio, Benzema y Rodrygo (Vinicius, min. 90).

  • Goles: 0-1: min. 11, Alaba. 1-1: min. 13, Budimir. 1-2: min. 45, Asensio. 1-3: min. 96, Lucas Vázquez.

  • Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Camavinga, Brasanac y Nacho.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la 33ª jornada de Liga, disputado en el estadio de El Sadar ante 21.360 espectadores.

La ardorosa presión de los rojillos complicó la vida al Real Madrid, que se sacudió las tenazas tirando de pizarra. Una acción de estrategia permitió a Alaba desnivelar la balanza con buenas dosis de fortuna. Pero la réplica local fue inmediata. De nuevo el Chimy Ávila encontró pasillo por el costado derecho para meter otro pase venenoso que Budimir, solo en el segundo palo, embocó para registrar su quinta jornada consecutiva marcando.

La ausencia de los timoneles habituales del Real Madrid facilitó que el duelo se verticalizase en la primera media hora. Ese panorama benefició a Osasuna, valiente en la salida. El plan le funcionó a Arrasate hasta que Camavinga atisbó una grieta en la retaguardia rojilla al borde del descanso. El pivote francés, que había ido creciendo con el paso de los minutos, metió un pase llovido a Ceballos que no pudo aprovechar el centrocampista sevillano pero sí Asensio, atento al rechace para empalar a placer.

De vestuarios regresó el Real Madrid sin Alaba, cuya lesión muscular en los estertores del primer acto activó las alarmas. Le sustituyó Carvajal, de nuevo lateral zurdo de emergencia, lo que desplazó a Nacho al eje de la zaga. Una pugna que Brasanac le ganó al alcalaíno estuvo a punto de meter a Courtois en un embrollo de cuidado, pero el belga corrigió a tiempo.

El foco pasó enseguida a la otra área, con un manotazo al balón de Chimy Ávila mientas el argentino se deslizaba sobre el césped que abrió una oportunidad de oro para que Benzema sentenciase desde los once metros. Pero falló. Tuvo la oportunidad de desquitarse cuando Nacho Vidal rebañó a Rodrygo minutos después. Retador, el lionés calcó el lanzamiento. Y Sergio Herrera volvió a leerle la intención. Insólito.

El doble error no distrajo al Madrid, de nuevo crecido en la segunda parte y con Rodrygo como el futbolista más incisivo. Suyas fueron las acciones más punzantes en un tramo en el que el cuadro de Ancelotti dejó sus mejores minutos antes de que Osasuna apurase sus últimas opciones aprovechando que los blancos habían perdido músculo en la medular con la salida de Camavinga. Pero la entrada de Vinicius en la recta final aumentó el colmillo del líder, que remató a su presa con una contra lanzada por Benzema, acelerada por el brasileño y culminada por Lucas Vázquez. La Cibeles se prepara.

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