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El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. EFE / Atlas
FC Barcelona

Dimite Bartomeu, rematado por la Generalitat

El Barça no obtuvo permiso para retrasar la moción de censura y el ya expresidente, que nunca quiso someterse a un referéndum, abandona con su directiva

P. RÍOS

Barcelona

Martes, 27 de octubre 2020, 12:03

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Se acabó la nefasta etapa de Josep Maria Bartomeu al frente del FC Barcelona. El presidente del club azulgrana presentó este martes su dimisión irrevocable, junto a toda su junta directiva, horas después de que el Govern de la Generalitat insistiese en que no había «impedimientos jurídicos ni sanitarios» para que se celebrase la moción de censura el 1 y 2 de noviembre. Rematado por la Generalitat de Cataluña, que no dio permiso a Bartomeu para retrasar la moción de censura al 15 y 16 de noviembre, el dirigente catalán, que el día anterior había asegurado que no tenía razones para dimitir pero ya estaba acorralado, decidió no esperar más para hacer oficial la renuncia al cargo que ha ocupado desde enero de 2014.

Bartomeu, que nunca quiso someterse a un referéndum que juzgara su gestión, se marcha antes de que los socios del club (110.132) le echen. A partir de ahora será una junta gestora la que se hará cargo del club y el próximo mes de marzo se celebrarán las elecciones a la presidencia, con Víctor Font y su aval de Xavi Hernández para el banquillo, como principal aspirante a ocupar su puesto, a la espera de que Joan Laporta anuncie su esperada candidatura. La junta gestora será la encargada de convocar elecciones en el plazo de tres meses desde que se constituya, después de que Bartomeu no haya podido aguantar más, ante la presión, no solo de la masa social, sino de varios de sus propios directivos.

La carta enviada este martes por la Generalitat al Barcelona fue la puntilla para Bartomeu, que abandona la entidad culé con 13 títulos con el primer equipo azulgrana, con una deuda de 820 millones de euros, y después de haber pasado por infinidad de crisis institucionales y deportivas, la última de ellas, la debacle de la pasada Champions ante el Bayern (2-8) en Lisboa. Fue Bartomeu quien impidió la marcha de Leo Messi este verano, pero ya estaba muy amenazado por una moción de censura que no le iba a permitir en ningún caso cumplir ni siquiera siete años como máximo dirigente del Barcelona.

Mientras que los jugadores del Barça siguen sin querer adecuar sus salarios a los ingresos actuales del club, como quedó claro en su nueva renuncia este martes a sentarse en la mesa de negociación con todos los empleados de la entidad, la Generalitat empujó a través de una contundente misiva a la marcha de Bartomeu. El Govern reiteró que no había ningún motivo sanitario para no llevar a cabo el voto de censura el próximo fin de semana de forma descentralizada. Es decir, en las sedes ofrecidas por el club: 13 en Cataluña y ocho en el Estado español y en Andorra. Sin embargo, el Barcelona consideraba que no había tiempo para preparar un operativo de tal magnitud y proponía aplazar el referéndum al 15 y 16 de noviembre, esperando que las crecientes restricciones sanitarias lo prohibiesen por la aglomeración que supondría.

Al verse obligados Bartomeu y sus directivos a que se celebrase ya la moción, según los estatutos del Barcelona, al ya expresidente no le ha quedado otro remedio que rendirse, bajo el argumento de no querer exponer a tantos socios a contagiarse de coronavirus en una sede única como el Camp Nou. Todo algo maquiavélico en un intento de ganar tiempo, posiblemente para dejar el club lo más saneado económicamente posible en plena crisis global ante el riesgo de que la futura directiva acabe reclamando las pérdidas del dinero de los bolsillos de los exdirectivos, lo que supondría ruinas personales.

El Barça se libra de Cristiano

La dimisión se produjo tres días después de la derrota en el clásico y la víspera de que el Barça se enfrente en Turín a la Juventus, donde la equipación que lucirá el equipo catalán será acorde a su caos institucional y a su progresiva pérdida de identidad. En esta era tan convulsa, el Barcelona saltará al Juventus Stadium ante la mirada de todo el mundo con camiseta rosa, pantalón negro y medias verdes. El desorden cromático tampoco servirá para camuflar las carencias de un equipo en lenta reconstrucción, como se comprobó el sábado ante el Real Madrid.

El equipo italiano ahora con Andrea Pirlo al frente supondrá otra prueba de fuego para la escuadra, no azulgrana, de Ronald Koeman, aunque con el lío que hay en los despachos del Camp Nou todos los resultados parecen secundarios. Además, no se podrá revivir el pulso entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, ya que el delantero portugués de la Juventus, que dio positivo por coronavirus el 13 de octubre, tampoco superó este martes el último test y no podrá jugar. Cristiano ha vuelto a dar positivo por tercera vez y el Barça se libra del portugués.

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