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El Cholo Simeone gesticula durante el partido de la Supercopa ante el Athletic. AFP
El Atlético del Cholo ha dejado de creer
Análisis

El Atlético del Cholo ha dejado de creer

El técnico argentino es el mejor pagado del mundo y tiene contrato hasta 2024, pero transmite tan malas sensaciones que alimenta el debate sobre su dimisión

Ignacio Tylko

Madrid

Viernes, 14 de enero 2022, 14:07

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¿Qué le pasa al Atleti? ¿Ha perdido toda su vigencia el discurso de Simeone? ¿La plantilla está tan confundida y devaluada que incluso le está haciendo la cama a su técnico? ¿Hay que destituir más pronto que tarde al entrenador argentino?¿Debe renunciar el Cholo y hacer así su última gran aportación al club de sus amores? Son solo algunas de las preguntas que se hacen los aficionados tras la derrota de los colchoneros ante el Athletic en la primera semifinal de la Supercopa, ese torneo que Luis Rubiales, presidente de la FEF, vendió a Arabia Saudí sin importarle el trato vejatorio que en ese país sufren las mujeres, el desprecio a los aficionados de los equipos participantes y la incongruencia de que con el actual formato el supercampeón nunca haya sido el vigente ganador de la Liga o el de la Copa del Rey.

Los números de este Atlético no engañan. Seis derrotas, un empate y cuatro victorias en sus últimos once partidos, primer título del curso perdido y a 16 puntos del Real Madrid y 11 del Sevilla en el torneo de la regularidad. Las sensaciones que transmite son aún peores. Pésimo juego, agujero enorme en defensa, estilo indefinido, alarmante falta de contundencia en ambas áreas y una fragilidad física y mental inimaginable en el Atlético de Simeone. Hubo un tiempo en el que este equipo se adelantaba en el marcador y era impenetrable, letal en la estrategia ofensiva y blindado en la defensiva. A día de hoy, es pura plastilina. El Athletic le remontó en cuatro minutos con dos acciones que nacieron a balón parado; de no ser por Jan Oblak, le pudo anotar dos o tres goles más.

El equipo del Metropolitano ha recibido casi el doble de goles que el Athletic (34 frente a 18) en esta campaña. Y ya ha encajado tantas dianas en acciones de estrategia este curso (7), como en la pasada temporada. No se puede comprender un planteamiento tan timorato de Simeone frente a un adversario que no eliminaba al Atlético en un torneo oficial desde los octavos de final de la Copa de España de 1970. Desde entonces, el Atlético se había impuesto en nueve duelos de eliminación directa a los leones, según datos ofrecidos por @2010MisterChip.

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El KO en la Supercopa profundiza la herida en la peor temporada del Simeone, sobre todo porque su equipo salió campeón de Liga hace ocho meses y ahora deambula como alma en pena, sin plan, sin un sistema definido y sin esa riqueza táctica, versatilidad y polivalencia que caracterizaban a sus futbolistas. El Atlético podría estar mejor o peor, pero siempre era reconocible. De ser una bestia competitiva, temida en toda Europa, o carecer de fútbol, corazón y alma. «Hay cosas que no se pueden esconder», afirmaba el argentino, críptico, tras el ridículo ante el Athletic, más por la forma que por el resultado en sí. Si antes siempre se inculpaba y ejercía de escudo protector de sus jugadores en caso de derrota, ahora ya les lanza zascas, acusándoles de falta de «concentración y agresividad».

Agobio e impotencia

Oblak fue muy crítico en Arabia: «Marcamos un gol, nos metemos atrás y esperamos. Pues si esperamos, pasan estas cosas», deslizó uno de los capitanes. Koke, una sombra del futbolista indiscutible para Luis Enrique en la selección, balbuceaba. Su mensaje, hablar menos de cara al exterior y más en el campo. Simeone, cariacontecido, apelaba al «trabajo, trabajo y trabajo». No encuentra soluciones en una plantilla reforzada en verano con Cunha, De Paul y sobre todo Griezmann. Cada día se le ve más agobiado, de ahí su resoplido en el triunfo en Cádiz o los ojos llorosos ante Osasuna. El club transmite debilidad. El último ejemplo, la marcha de Trippier, titularísimo como lateral derecho, al Newcastle, por solo 14 millones.

Simeone no da con la tecla y en el camino se topa con diferentes obstáculos. Las constantes lesiones, con las recaídas sonadas de Marcos Llorente, Griezmann, Giménez, y Savic, ponen también en el disparadero a los servicios médicos y al afamado Profe Ortega. El alarmante descenso de Luis Suárez, clave el curso pasado con sus 21 goles en la Liga y ahora con solo siete, ha hecho daño y es un problema para el Cholo porque se trata de un futbolista con galones. En Riad entró con el marcador a favor, cuando la situación pedía a gritos la velocidad de Cunha, y apenas intervino. A Joao Félix, que sigue dejando más gestitos de desaprobación que goles y asistencias, se le ve padecer con las exigencias defensivas del Cholo. Desde el club, respaldo máximo a su entrenador fetiche, con contrato hasta junio de 2024 y más de 20 millones netos por temporada, más que nadie en el mundo. La siguiente estación, San Sebastián. La Real de Imanol amenaza con apartar a los rojiblancos de la Copa del Rey. Arabia Saudí no fue una tabla de salvación. Del manido partido a partido, a la derrota en derrota. Del lema 'nunca dejes de creer' a la cruda realidad: el Atlético del Cholo ha dejado de creer.

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