El Nápoles también sigue imparable en Europa

El conjunto napolitano disfruta de una de las temporadas más felices, sólidas y fiables de su historia. Se pasea en su país con nada menos que 15 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, tras firmar 20 triunfos dos empates y solo una derrota. Y en Europa, la escuadra de Luciano Spalletti también firmó una excelente fase de grupos en la que solo cayó en la última jornada ante el Liverpool tras protagonizar antes una trayectoria inmaculada con cinco victorias y 20 goles a favor, más que ningún otro equipo de la Liga de Campeones.

Mientras, el Eintracht, sexto en la Bundesliga a cinco puntos de los líderes Bayern, el Dortmund y el Unión Berlín se estrena en una eliminatoria de Champions, siendo el undécimo equipo alemán en conseguirlo. Lo hace tras quedar segundo del Grupo D, solo superado por el Tottenham. Pese a caer frente al Sporting de Portugal y los Spurs, con los que también empató en Alemania, el equipo teutón se rehÍzo con dos triunfos en sus dos últimos encuentros ante el Olympique de Marsella y el cuadro luso.

Italianos y alemanes se miden por tercera vez en su historia tras cruzarse en los octavos de final de la Copa de la UEFA en el curso 94-95. Entonces, las Águilas vencieron por la mínima en su nido al calor, antes de asegurarse el pase a cuartos con otro 0-1 en San Paolo. El Nápoles, sin embargo, se agarra a sus éxitos en los dos últimos partidos lejos de casa ante equipos teutones. 1-4 al Wolfsburgo en 2015 y 0-2 al RB Leipzig tres años después.

El Nápoles trasladó a Europa su gran momento en la Serie A italiana y golpeó primero ante el Eintracht en Fráncfort. El décimo gol en lo que va de año de Victor Osimhen, la referencia ofensiva del equipo transalpino del momento, y otra diana de Giovanni Di Lorenzo sitúan al conjunto partenopeo con pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones, un territorio desconocido incluso en los gloriosos tiempos de Maradona.

Así se las gasta este Nápoles de Spalletti, también en el Viejo Continente. Acostumbrado a dominar en Italia, su plan pasó por asumir el mando del partido con el balón. El líder con puño de hierro en el calcio partía como favorito ante un buen Eintracht, que está asentado en la zona alta de la Bundesliga, pero aunque dominó la posesión, fueron los alemanes los que generaron mayor sensación de peligro en el inicio. Con el desborde de Lindstrom por la banda derecha y la habilidad de Kolo Muani, un delantero en estado de gracia, los pupilos de Oliver Glasner rondaron el gol.

Le costó desperezarse al equipo partenopeo, que fue ganando sensaciones a través de la velocidad de Osimhen. También Kvaratskhelia, el otro pilar del ataque italiano, iba dejando algún detalle de ese fútbol que le hace brillar con luz propia a las faldas del Vesubio, aunque el georgiano fue controlado por el buen desempeño de Buta. Y es que el comportamiento táctico del Eintracht, impecable durante la primera media hora, le quitó toda la frescura a este equipo de moda en Europa, que camina con paso firme hacia el Scudetto.

Estaba el duelo en un escenario amable para el Eintracht cuando tras un remate al palo de Hirving Lozano, Buta tiró por la borda todo su gran trabajo anterior con un penalti tan grueso como innecesario sobre Osimhen. Kvaratskhelia pateó con decisión y Trapp reaccionó felino. Mayor acierto del portero que error del lanzador en este caso. No le afectó demasiado al Nápoles, a partir de entonces dueño y señor del partido. Corrigió el fallo desde el punto fatídico con la carrera por la derecha y el pase medido de Hirving Lozano para que Osimhen culminase a placer. La puesta en escena partenopea no había sido idílica, pero ya mandaba en el marcador y rozó el segundo con una jugada calcada a la del gol, con los mismos protagonistas. También acabó el balón en la red alemana pero el tanto fue anulado por fuera de juego del delantero nigeriano.

La ventaja le sentó muy bien al Nápoles, que regresó del paso por vestuarios dispuesto a encarrilar la eliminatoria por la vía rápida y llevarse un gran resultado al Diego Armando Maradona. Kvaratskhelia se topó con Trapp, el mejor de los suyos, pero la cosa se puso definitivamente muy fea para el Eintracht con la roja directa a Kolo Muani. Se la jugó el galo con una entrada temeraria y dejó a su equipo en inferioridad durante media hora y sin su mejor hombre de ataque para la vuelta.

Con diez el entramado germano se vino abajo como un castillo de naipes. Kvaratskhelia se recreó de tacón y el capitán Di Lorenzo aprovechó tan bello servicio para hacer el 0-2. El campeón de la Europa League ya solo podía aspirar a llegar con algo de esperanza al viejo San Paolo y Glasner recurrió a Santos Borré en busca del gol que se la diese. Kamada pudo revitalizar a la eliminatoria pero lo cierto es que estuvo más cerca el tercer tanto italiano. El Eintracht necesitará un milagro para evitar que el Nápoles siga imparable no solo en Italia, sino también en Europa.