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Lecciones de una derrota que no deja vencidos

Lecciones de una derrota que no deja vencidos

El Sevilla y el Sánchez Pizjuán ya son historia. La derrota, con los añadidos negativos que deparó todo lo acontecido con Vitolo, no deja vencidos en una UD resuelta ya a pasar página y sabiendo que este revés entraba dentro de las previsiones. No se fue a perder. Pero podía pasar y pasó.

Ignacio S. Acedo y Sevilla

Jueves, 1 de enero 1970

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Márquez y sus jugadores han tardado lo justo en digerir lo que aconteció el miércoles en Nervión. El entrenador ideó un plan que estuvo a punto de salir bien, aunque hay matices por mejorar que ya ocupan su atención. Con ausencias obligadas (Rémy, Tannane, Halilovic, Bigas, Dani Castellano), otras decididas (Lemos) y apuestas arriesgadas (David García o Ximo Navarro de lateral zurdo), el cuerpo técnico probó la amplitud de la plantilla y sacó conclusiones positivas y que proyecta para el futuro con el fin de sacarles máximo provecho. Así, minimizando el impacto de un 1-0 «que no irá más allá del enfado que siempre trae una derrota», según argumentan en el club, los esfuerzos se centran en seguir afilando las potencialidades del grupo, consumidas las cinco etapas iniciales del campeonato, un tramo que permite, en adelante, establecer exigencias.

Manolo Márquez es hombre de discursos frontales y llanos. Huye de las sofisticaciones en sus quehaceres. Tampoco se lía ante los micrófonos. Y evita excusas. Que bien podría ante la especial incidencia que están teniendo las lesiones con esta UD, imponiendo bajas en cada fecha. Ha regalado elogios a sus jugadores cuando procedió, admitió errores sin ocultarlos y, en general, sus lecturas de los partidos se han ajustado a la realidad, cuestión que no abunda en su gremio.

Márquez sostiene que desde la hecatombe con el Atlético (1-5), la UD no ha parado de crecer y evolucionar. Venció en Málaga (1-3), sometió al Athletic (1-0) y por poco no pescó en el estadio del Sevilla. Presupuestó nueve puntos, como poco, antes de pisar el Nou Camp y este domingo, de ganar al Leganés, se cuadrarían estas cuentas.

Estima tan importante la asimilación de ideas y el trabajo acumulado como el acompañamiento de la tabla clasificatoria, el pegamento imbatible en la psicología de los vestuarios, y este cupo es más que factible.

En paralelo a los números, Márquez opina que el nivel ofensivo del equipo, puesto en cuarentena tras la última actuación, mejorará sus réditos con la disponibilidad inmediata de piezas como Rémy o Tannane, cuyas apariciones han sido muy aplaudidas. Además, espera por el mejor Vitolo, algo que depende de la recuperación física del futbolista, de nuevo en cuarentena tras otra lesión que le tendrá fuera casi mes, según se supo ayer. Con Viera y Calleri como están, y el resto de llegadores que hay en nómina, el gol vendrá por inercia.

Por detrás, el acoplamiento de Aquilani no ha podido resultar más completo, Vicente ya está de vuelta y Samper ha de entrar en la rueda. En la parcela defensiva, hasta sin Lemos, sorpresivo suplente en la última jornada, hay buenas señales, Ximo ya se justifica y todo lo que genera Chichizola son elogios. Nombres propios, argumentos y hechos para una UD al alza.

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