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Eurocopa 2020/2021

Inglaterra reescribe la historia con polémica y jugará la final contra Italia

Un inexistente penalti sobre Sterling en la prórroga noqueó a una dignísima Dinamarca y derribó el muro de Schmeichel

Ignacio Tylko

Madrid

Miércoles, 7 de julio 2021, 00:02

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Con intriga, prórroga y enorme polémica en esta Eurocopa con todo a favor de Inglaterra, los 'Three Lions' reescribieron la historia en Wembley y 55 años después de su Mundial accedieron a su segunda final en un gran torneo. Por juego, dominio y ocasiones, el equipo de Gareth Southgate se merecía el premio de poder luchar el próximo domingo conta Italia por su primer título europeo tras las decepciones en las semifinales de 1968 y 1996, pero el arbitraje castigó a una dignísima Dinamarca.

Danny Makkelie, trencilla de los Países Bajos, cayó en la trampa de Sterling, que notó un levísimo contacto y se dejó caer.

'Football's coming home', fiesta grande en Wembley al ritmo del 'Sweet Caroline' de Neil Diamond, pero punto negró del arbitraje en una Eurocopa donde había destacado. Duro castigo para los jabatos daneses caer de esta forma. Les había sujetado primero un gol de 'Damsinho' y luego Kasper Schmeichel. En el nombre de su padre, le paró incluso el penalti a Harry Kane, pero no evitó el gol en la segunda jugada.

Inglaterra

Pickford, Walker, Stones, Maguire, Shaw, Rice (Henderson, min. 95), Phillips, Sterling, Saka (Grealish, min. 68, Trippier, min. 106), Mount (Foden, min. 95), Sterling, y Kane.

2

-

1

Dinamarca

Schmeichel, Stryger (Wass, min. 67), Christensen (Andersen, min. 79,), Kjaer, Vestergaard (Wind, min. 106), Maehle, Delaney (Jensen, min. 88), Hojbjerg, Braithwaite, Dolberg (Norgaard, min. 67) y Damsgaard (Poulsen, min. 67).

  • GOLES 0-1: min. 30, Damsgaard. 1-1: min. 39, Kjaer, en propia meta. 2-1, min. 104, Kane.

  • ARBITRO Danny Makkelie (Países Bajos): Mostró amarilla a Maguire, Wass

  • Incidencias : Segunda semifinal de la Eurocopa disputada en Wembley ante 60.000 espectadores.

No da respiro esta Eurocopa vertiginosa, emocionante, de ida y vuelta y prórrogas, hasta siete en 14 eliminatorias. Aupada por su hinchada, sus urgencias históricas y su condición de indiscutible favorita, salió bien Inglaterra, intensa y con Sterling pidiendo una y otra vez el balón para encarar. Agobió en ese inicio a una selección nórdica que aguantaba el asedio sin temblores. Marcaban territorio los británicos pero sufrían para generar en el centro del campo. Rice y Phillips son dos centrocampistas más de quitar que de dar, juegan en paralelo y no dan la fluidez exigible.

Había más sensación de peligro que ocasiones inglesas. El equipo danés supo crecer porque se defendió con el balón. Redujo los decibelios de Wembley y generó inquietud en sus rivales. Apareció Mikkel Damsgaard, apodado 'Damsinho' por ese virtuosismo y desparpajo que mezcla de maravilla con el entusiasmo y determinación que caracterizan a los vikingos. Avisó primero el de la Sampdoria, titular desde el fallo cardíaco de Eriksen, y luego sorprendió al desconcertante Jordan Pickford en un golpe franco lejano. Fue un disparo muy violento que superó la barrera, pero el guardameta del Everton debió se lo tragó porque el balón entró bastante centrado. Mucha palomita para la foto del Hugh Grant de los 'Three Lions', pero escasa colocación. Ya estuvo cerca de liarla antes en una salida con el pie.

Había una hora por delante e Inglaterra corría riesgo de acusar la presión, los nervios, de confundir velocidad con precipitación. Pero reaccionó bien y pronto. Harry Kane, claramente de menos a más en el torneo, leyó el juego de maravilla, bajó a recibir entre los medios y centrales daneses y se hizo indetectable. Participó en una gran jugada en la que Schmeichel se le hizo gigante a Sterling y fue clave ya en el empate. Pase extraordinario al joven Saka, una apuesta personal de Southgate, y el envío del extremo del Arsenal lo introdujo en propia meta el exsevillista Kjaer. Si no hacía él, Sterling la empujaba.

Más tensión tras el descanso. Acelera Inglaterra, pero Dinamarca no se arruga. Mención especial para Martin Braithwaite. No es técnico, pero sí inteligente. Hace lo que se le pide, se mueve bien, abre huecos y no deja de trabajar e incordiar a los rivales. No es perfil Barça pero se merece más respeto de cierta crítica. Schmeichel realizaba una de las paradas del campeonato, a cabezazo de Maguire, uno de esos centrales que no hace prisioneros.

Mason Mount adquiría más protagonismo, Hjulmand retiraba delanteros y Southgate contentaba a la concurrencia con la incorporación de Jack Grealish, un jugador diferente, díscolo.

Todo o nada. Primera final europea para los inventores del fútbol o vuelta a los horrores del pasado. No hay excusas para la Inglaterra del renacido Harry Kane, que hoy recibe en su templo de Wembley a la sorprendente Dinamarca en la segunda semifinal de la Eurocopa. En su imponente 'jardín' de casa, donde se esperan unos 60.000 espectadores, los 'Three Lions' están obligados a romper al fin su techo de las semifinales perdidas en las Eurocopas de 1968 ante Yugoslavia (0-1) y 1996, frente a Alemania por penaltis precisamente en Wembley.

«Hemos vencido tantas maldiciones y barreras psicológicas que siento que el grupo afronta esto como el siguiente reto a cumplir», confía Gareth Southgate, seleccionador de un equipo reforzado más por sus excelentes resultados que por el brillo de su estilo. Apoyada en una gran defensa, sin recibir ningún gol en el torneo, y en la eficacia de sus zarpazos en ataque, con Raheem Sterling y Harry Kane como estiletes, Inglaterra ha avanzado por esta Eurocopa sin sobresaltos hasta llegar a la semana decisiva.

Lideró la fase de grupos sin grandes complicaciones, pese al empate a nada frente a los vecinos escoceses, pero afianzó su condición de gran favorita tras acabar en octavos con su bestia negra alemana (2-0) y golear a Ucrania en cuartos (4-0). Precisamente, este último partido ante el combinado de Schevchenko es el único que ha jugado lejos de Wembley. Una gran ventaja sobre el resto.

Alineaciones probables

  • Inglaterra: Pickford, Shaw, Stones, Maguire, Walker, Rice, Phillips, Mount, Sancho, Sterling y Kane.

  • Dinamarca. Schmeichel, Larsen, Christensen, Kjaer, Vestergaard, Maehle, Hojbjerg, Thomas Delaney, Damsgaard, Poulsen o Dolberg y Braithwaite.

  • Árbitro. Danny Makkelie (Países Bajos).

  • Estadio: Wembley (Londres). 21.00 h. Telecinco.

En recuerdo de Bobby Charlton

Al clasificar a Inglaterra para la segunda semifinal consecutiva de un gran torneo tras la del Mundial 2018, Southgate emerge como figura clave a partir del pragmatismo, la confianza en sus jugadores y ciertas apuestas personales. En cinco años, ha transformado a un equipo traumatizado por una eliminación humillante contra Islandia en la Eurocopa 2016 y lo ha convertido en un firme candidato al título continental. Ha llegado el momento de que Inglaterra añada a su exiguo palmarés un trofeo al logrado en el Mundial de 1966, también en casa, por la generación de los Bobby Charlton, Geoffrey Hurst o Gordon Banks.

Aprovechó su ascendencia sobre los jóvenes a los que dirigió en la sub'21 para renovar el equipo. La presencia ahora de Jude Bellingham (18 años), el debutante más joven en la historia de la Euro, Bukayo Saka (19) o Jadon Sancho (21) confirma que para Southgate la calidad no entiende de edades. Se ha hecho impermeable a la opinión pública y a la prensa. Avalado por los resultados, le trae sin cuidado que Jack Grealish, héroe de los aficionados, Marcus Rashford y Phil Foden, extraordinario en el City, sean suplentes habituales.

Sin embargo, presume de tener empatía con los futbolistas, de gestión participativa y de haber conseguido un «gran espíritu de grupo que no tuvieron otras selecciones campeonas», en clara alusión a Francia. «Me gusta que los jugadores tomen la palabra en las reuniones, que tengan una opinión sobre el partido, porque en el minuto 85, cuando tengan que elegir en una acción clave, no podremos tomar esa decisión desde la zona técnica», argumenta.

Schmeichel muestra el camino

Enfrente aparece una Dinamarca liberada de presión. Tras el golpe anímico y el enorme susto del paro cardíaco sufrido en el primer partido por Christian Eriksen, se repuso a dos derrotas iniciales para ir de menos a más. Goleó en octavos a Gales (4-0) y en cuartos fue mejor que los checos (2-1). La modestia por bandera. «Nunca olvidamos de dónde venimos. Vamos a continuar siendo humildes, no es un problema para mis jugadores mantener los pies en el suelo», afirma su preparador, Kasper Hjulmand, que ha transformado a un equipo ultradefensivo en una máquina de golear.

Sin alardear de nada, fieles la simplicidad, la cortesía y la igualdad, los tres pilares de su cultura, los nórdicos confían en poder emular el hito de 1992, cuando su selección se formó con carácter de urgencia tras ser excluida Yugoslavia por la guerra y se coronó para perplejidad mundial. «Podemos ser un peligro para cualquiera», avisó el legendario exguardameta de aquella 'Dinamita Roja', Peter Schmeichel, orgulloso de que su hijo Kasper pueda igualarlo. Hay un precedente que espolea a los vikingos. En octubre, ya tumbaron a Inglaterra en Wembley, en un partido de la Liga de Naciones, con un gol de penalti de Eriksen.

Harry Kane homenajea a Eriksen con una camiseta de Inglaterra

Harry Kane entregará antes del saquee inicial de la semifinal al capitán de Dinamarca, Simon Kjaer, una camiseta de Inglaterra firmada por los jugadores británicos con el nombre de Christian Eriksen en la espalda. Kane y Eriksen fueron compañeros en el Tottenham. Eriksen, que se desplomó por un paro cardiaco sobre el césped en el choque contra Finlandia, también fue homenajeado en el encuentro posterior contra Bélgica.

Asimismo, la UEFA ha invitado a Eriksen, a su esposa y a los médicos y sanitarios que salvaron su vida a asistir a la final de la Eurocopa en Wembley el próximo domingo.

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