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Entre Iniesta, Valerón y Viera

Entre Iniesta, Valerón y Viera

Pedri González, el juvenil que ayer fue novedad en la pretemporada de la UD, es la joya de la cantera y la gran esperanza del club en su intento de volver a sacar talento de filiales. Mediapunta que domina las dos piernas, virtuoso y con una madurez asombrosa con 16 años, las comparaciones le equiparan a los mejores

Jueves, 1 de enero 1970

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De Pedro González, Pedri (Tegueste, 2002), la perla juvenil que ayer fue novedad en la primera plantilla de la UD, ejercitándose a las órdenes de Pepe Mel y que tendrá continuidad en esta pretemporada, comenzaron a llegar noticias al club hace año y medio. Había un cadete en el Juventud Laguna que la rompía y al que, incluso, el Real Madrid invitó a realizar unas pruebas para captarlo a filas. Dicen que su estancia en la capital de España coincidió con unas nevadas y que todo se juntó para que no cuajara su llegada al club merengue. Ya le seguía la pista Roberto Arocha, del departamento de Formación y captación de la UD, desde hacía tiempo. Varios viajes a Tenerife y conversaciones con el chico y su familia terminaron fraguando su fichaje por la UD el verano pasado. Desde entonces, el atacante tinerfeño, al que en la entidad ven un futuro inmenso por su talento, capacidad y personalidad, no ha parado de crecer.

Fijo en el División de Honor Juvenil en los últimos meses a las órdenes de Suso Hernández, Pedro llamó la atención de Pepe Mel en uno de los entrenamientos a los que se invita a equipos de la base para realizar partidillos de ensayo. Pedri tardó poco en centrar las miradas con su repertorio privilegiado. Mel le cogió la matrícula, recabó información extra y no tardó en incluirlo en sus apuntes.

Maneja las dos piernas, encara y tiene desborde, exhibe una cultura táctica envidiable para los parámetros que se dan en su edad y le da igual partir desde la izquierda, la derecha o el centro. Siempre gana el área rival porque, por encima de regates, escorzos y caños, recursos habituales cada vez que entra en acción, es vertical, respeta la esencia de un juego en el que lo esencial viene por la finalización. «Da la sensación de que flota y baila en el campo, de que es indetectable para el resto», resaltan de él a propósito de lo que ofrece, pese a que siempre le ha tocado competir con jugadores que le sacan varios años.

Proveniente de una familia humilde, reside en la Casa Amarilla, no es mal estudiante y está centrado en trabajar y superarse. Ahí radica la gran esperanza que ha puesto el club en su porvenir. Maduro, ajeno a todo lo que no tenga que ver con la profesión en la que piensa hacer carrera, Pedri recuerda, en gestos, maneras y virtuosismo, a Valerón o Viera. Y lo dicen quienes tuvieron el privilegio de observar los inicios de estas dos figuras internacionales, lo que da crédito a su juicio. Algunos van más allá y le ven paralelismos con Iniesta por su fútbol, con exactitud milimétrica en pases y velocidades, eligiendo siempre la mejor opción, jugando y haciendo jugar al resto.

Aunque ocupa una posición en el campo, la de enganche, en la que sobran ahora especialistas en la plantilla, con Ruiz de Galarreta, Kirian Rodríguez, Toni Segura y Araujo si retrocede unos metros como ya ha hecho en numerosas ocasiones, para los técnicos del club que lo conocen no sería una sorpresa que se terminara haciendo hueco entre los elegidos. Le han recomendado que se tome esto como un premio y que lo disfrute sin presiones añadidas.

De momento está en observación y nadie le gana a motivación. Si le respetan las lesiones y termina dependiendo de su fútbol, habrá debate.

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