Tambores de guerra en la Fonteta

Pero las ganas de revancha de los locales no son lo único que debe preocupar a un cuadro isleño muy tocado físicamente tras dos partidos de exigencia máxima en la Euroliga ante Madrid y Baskonia, dos derrotas con un mismo denominador común; la falta de oxígeno con la que aguantar 40 minutos para poder tener opciones a la victoria.

Recuperó Víctor García en Vitoria a DJ Strawberry, el escolta de Nueva York que se perdió la primera cita de la semana por problemas en su rodilla izquierda y que ya recuperado también estará en la rotación ante los valencianos.

Sin los bases titulares, lesionados, la batuta en labores de dirección vuelve a recaer casi completamente en la figura de un Albert Oliver muy a la altura mientras las fuerzas le aguantan, un problema añadido si se tiene en cuenta la escasa aportación que está dejando ver un Magette, venido claramente a menos tras su notable debut de amarillo. Responsabilidad máxima también para la vieja guardia, esa que lidera en las últimas fechas la mejor versión de Ondrej Balvin y que secundan los siempre dispuestos a darlo todo y un poco más Rabaseda y Báez.

Pero necesita mucho más que todo eso el Granca para volver a tumbar a un Valencia Basket con ganas de revancha y arsenal de sobra para ser muy favorito en su feudo ante los isleños. Sin San Emeterio, baja por lesión, cuenta Ponsarnau con piezas de la talla de Dudljevic, Will Thomas, Van Rossom, Matt Thomas, Tobey o Doornekamp, un equipo fabricado por y para pelear con los grandes y, esta tarde, más fiero, si cabe, ante el rival que le fastidió el final de la temporada pasada.

Con más necesidad que de costumbre, no parece Valencia la plaza ideal para que el Granca alivie su situación clasificatoria. Pero nadie esperaba tampoco el curso pasado que le arrebatara la plaza de Euroliga y, sin embargo, se las arregló para dar una campanada que esta tarde tampoco hay que descartar. Aunque las estadísticas digan lo contrario.