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Óscar Hernández Romano y / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 1 de enero 1970
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Poco más le vale que ganar al Betis, último clasificado a falta de seis jornadas para sellar la liga regular con solo siete victorias en su haber, una de ellas la que sumó en el Arena durante la primera vuelta (83-90). Ese encuentro y –más recientes– las derrotas ante Bilbao y Joventut sirven de alerta a los amarillos, que volverán a contar en su rotación con Marcus Eriksson, el alero sueco que ya tiene el alta médica, una vez se ha recuperado de la fractura en el hueso grande de su muñeca derecha.
La presencia de internacional por Suecia deja fuera del partido a Nico Brussino, el argentino que no ha terminado de cuajar en la entidad claretiana desde que llegara a la isla.
La larga inactividad de Eriksson hace prever que el alero tendrá que ir cogiendo el ritmo competitivo poco a poco, con lo que serán el resto de los jugadores –con protagonismo para los capitanes Oliver y Báez, sobresalientes en el último triunfo ante el UCAM Murcia– los que tendrán que tirar del carro en busca de un triunfo necesario para fortalecer una plaza de Playoff más cara de lo habitual por la igualdad que se está viendo en la zona media de la clasificación.
Le espera un Betis tocado pero ni mucho menos hundido. Posee calidad de sobra Javi Carrasco, el hasta la semana pasada segundo entrenador de equipo que desde esta misma ha tomado las riendas en sustitución de Óscar Quintana. Un cambio de técnico en busca de una reacción que hoy mismo, con la visita de los amarillos, intentará un plantel sevillano con artillería y experiencia, y muy capacitada para ganar a cualquiera, donde destacan el físico de Anosike o Brooker; la calidad de Schilb, Kelly o el propio Nelson, cedido por el Granca; o la experiencia de Urtasun –exclaretiano–, Golubovic, Franch o Sánchez.
Un duelo de necesidades contrapuestas en un tramo final de liga regular donde todo el mundo tiene cuentas pendientes y cada victoria vale oro.
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