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Poca gasolina para sobrevivir en el OAKA griego. El Herbalife Gran Canaria sufrió otra derrota en la Euroliga a domicilio, maquillada en un último parcial gracias a la puntería de Marcus Eriksson, con minutos ayer, y a la relajación del Panathinaikos, que se permitió el lujo de bajar un par de marchas en todo ese parcial.
Pagó muy caro el Granca, como era de esperar, el esfuerzo titánico ofrecido ante el Barcelona 48 horas antes, pero también hay que añadirle en sus lagunas una defensa interior muy blandita para la exigencia del torneo y los malos porcentajes tanto de tres como en los tiros libres. Demasiado fácil para un rival con galones de sobra en Europa.
El duelo fue equilibrado en los primeros minutos. Clevin Hannah firmó los primeros puntos claretianos (cuatro seguidos) en un inicio errático por ambos bandos pero al límite de intensidad (6-9, tras el primer triple de Evans). Y fue a más el Herbalife, escudado con una defensa notable que, de momento, sorprendía a los griegos (8-12). Sin embargo, reaccionó con galones el Panathinaikos, y en menos de dos minutos igualó los dígitos con un 6-0 de parcial (12-12) para tomar el mando ante un Granca muy blando en la zona, lo que aprovechó la escuadra local para llevarse el primer cuarto con facilidad (21-14).
Con Paulí de director de juego y los primeros minutos de Marcus Eriksson –que se tiró y anotó el primer balón que le llegó desde más allá de la línea de tres puntos–, el Herbalife apostaba por un quinteto más físico. Pero la estrategia funcionó a medias, con un Panathinaikos muy cómodo en la zona (31-23, a 6.40 para el descanso).
La calidad de Thomas (con 10 puntos casi seguidos) mantuvo las distancias para el grupo griego, mientras Hannah volvía a tomar los mandos del Granca y Fischer anotaba sus primeras canastas (33-27). Justo ahí se consumió el Granca, ante un Panathinaikos que, sin necesidad de forzar, se sintió tan cómodo como en un entrenamiento (50-36 al descanso). Demasiado fácil para un rival y una guarida acostumbrados a batallas mayores.
Para sentenciar el partido, le bastó al Panathinaikos seguir metiendo balones en la zona amarilla, donde nadie intimidaba. Además, Calathes comenzó a gustarse, el colmo para un Granca ya sin cuerpo ni alma para creer en una remontada imposible (68-50, a 4.20 para cerrar el tercer cuarto).
Con poco más que tirar de orgullo para intentar no llevarse una paliza mayor, el Gran Canaria encaró el último parcial con 19 puntos abajo (74-55). Reservar gasolina para recibir mañana al Andorra ya se antojaba como el objetivo.
Y así fue. Mientras Maldonado le ofreció minutos a Eriksson, que aprovechó para ir afinando su muñeca (cinco triples en ocho lanzamientos), los griegos, a ritmo de crucero, ya celebraban su segundo triunfo en el OAKA (93-74, a 3.20 para el final). Maquilló al final la derrota el Herbalife tirando de la reserva y, todo hay que decirlo, de un cuadro local tan relajado como confiado (102-87). Un mal menor.
--RESULTADO: PANATHINAIKOS, 102 - HERBALIFE GRAN CANARIA, 87 (50-36 al descanso).
--EQUIPOS.
PANATHINAIKOS: Calathes (4), Langford (16), Antetokounmpo (2), Gist (9) y Mitoglou (6) --quinteto inicial-- Pappas (13), Thomas (12), Papapetrou (15), Lasme (5), Lekavicius (16) y Papagiannis (4).
HERBALIFE GRAN CANARIA: Hannah (12), Strawberry (2), Evans (15), Báez (7) y Pasecniks (9) --quinteto inicial--; Oliver (3), Balvin (4), Paulí (5), Rabaseda (2), Fischer (10), Tillie (3) y Eriksson (15).
--PARCIALES: 21-14, 29-22, 24-19 y 28-32.
--ÁRBITROS: Robert Lottermoser (ALE), Sergio Silva (POR) y Milan Nedovic (SLO). Sin eliminados.
--PABELLÓN: OAKA, 8.000 espectadores aprox. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Patrick Baumann, secretario general de la FIBA.
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