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Sobre el escenario, la desaparición de este pesquero, ocurrida en 1968, cobra vida mediante una óptima femenina, la de las mujeres de los tres pescadores y el cuarto pasajero que a última hora se subió al navío para viajar entre la isla del meridiano y la isla bonita.
«Es una obra muy emotiva y especial. Desde un principio, acordamos con Antonio Tabares que queríamos representar una obra sobre la temática del mar. Después, Antonio encontró esta historia tan alucinante», rememora Severiano García Noda, director de Delirium Teatro sobre el origen de este montaje.
El dramaturgo, responsable de éxitos como La punta del iceberg, reconoce que esta compañía, que este año celebra su 35º aniversario, le comentó que quería que esta nueva obra fuera «protagonizada por mujeres».
Proyecto Fausto cobra vida con las actuaciones de Irene Álvarez, Lioba Herrera, Carmen Hernández y Soraya González del Rosario. La versatilidad de las mismas fue determinante para su elección. «Hacer un casting aquí es difícil, porque no hay muchos intérpretes, ya que el volumen de trabajo es el que es. El gran reto de esta puesta en escena es que las cuatro actrices se desdoblan también en los cuatro pasajeros del Fausto. A su vez, rompen la cuarta pared y son las actrices que cuestionan la verdad de lo que están contando. Así, llevan a cabo un triple trabajo de ruptura continua muy interesante. Desde un principio, apostamos por hacerlo con una puesta en escena muy parca, con los mínimos elementos posibles, solo reforzado con la música de Pablo González. Ellas están fantásticas y logran entrar y salir de los tres personajes con ponerse y quitarse una chaqueta o un gorro de lana», avanza Severiano García.
El montaje llega al Cuyás bastante rodado, con una treintena de representaciones previas, incluida sendas exhibiciones en las ferias escénicas de Huesca y Móstoles. «Siendo una historia tan local, tan pegada al pueblo de Tazacorte y a El Hierro, cuando se la he dado a leer a gente de la península y del extranjero, se sienten implicados, porque aborda temas universales. Al final, contamos historias de seres humanos, sean de Tazacorte, Nueva York o Dinamarca», explica Antonio Tabares.
Asegura que El proyecto Fausto es una obra que aborda cuestiones tan actuales como «las noticias falsas, la desesperación ante la ausencia de información, o cómo viven los familiares el drama de la migración en patera de sus seres queridos», asegura el autor del texto.
Para escribir esta historia, Tabares se entrevistó con descendientes de los cuatro viajeros reales del Fausto, tanto para conocer todos los detalles posibles de la historia como para abordar el montaje «con un respecto absoluto». Eso le dio un plus de responsabilidad a la representación desarrollada en Tazacorte, ante buena parte de unos descendientes que, apuntan Tabares y García, acogieron con entusiasmo esta apuesta escénica.
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