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La restauradora Amparo Caballero trabaja con una talla flamenca. C7

Tras la pista de los guardianes del arte

El equipo de Conservación, Restauración y Difusión de la Casa de Colón realiza una labor oculta para proteger el patrimonio

GABRIELA VICENT

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 2 de mayo 2022, 02:00

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La Casa de Colón recibe miles de visitantes a lo largo del año, pero casi ninguno de ellos repara en su presencia. Son figuras silenciosas que cruzan alguno de los patios del museo, bajan apresuradamente una escalera o, de repente, aparecen tras una puerta oculta. No se hacen notar, pero su labor es vital para la supervivencia de las instalaciones museísticas. Son los conservadores y restauradores, piezas fundamentales del engranaje que mantiene vivo el patrimonio artístico de una comunidad.

La exposición 'Atesorando Patrimonio IV', que puede visitarse en el museo de Vegueta hasta el 14 de junio, da cuenta de la labor que desempeñan en el seno del citado centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario.

«En un museo, la colección es fundamental, es la base. Hay que investigarla, catalogarla, conservarla y difundirla. Las colecciones no son únicas. Hay que enriquecerlas». La directora de la Casa de Colón, Elena Acosta, no tiene dudas acerca de cuál es el camino a seguir en una institución museística del siglo XXI.

Adquisiciones

La política de incremento de las colecciones es imprescindible. Cada año se reúne un comité de expertos, junto con los técnicos del museo, para dar respuesta a las ofertas que salen al mercado. Una de las claves a tener en cuenta es el papel que asume cada pieza adquirida en la difusión de la historia del arte en Canarias. La importancia de una obra en el recorrido vital de un artista también es un criterio destacado, sin olvidar la perspectiva de género, la presencia femenina en el arte.

En especial a lo largo de los últimos 20 años, la colección del Cabildo de Gran Canaria ha tenido un enriquecimiento determinante. «Al fin y al cabo, este es el patrimonio de todas y todos los canarios» reivindica la directora de la Casa de Colón.

«En el futuro MUBEA (Museo de Bellas Artes) podremos ver reflejada la historia del arte en Canarias a través de las obras de nuestros artistas y que conforman la colección pública de arte más importante de Canarias», sentencia Acosta.

Anual

Cada año hay un proceso de incremento de colecciones. Es el motor de arranque que pone en marcha el engranaje de una complicada cadena que culmina en las paredes de las instalaciones museísticas insulares. Los propietarios particulares de obras artísticas presentan ofertas al Cabildo de Gran Canaria. No es algo testimonial. Solo en el 2021 se ofertaron casi 300 piezas, pero en el año 2020 fueron 935.

«Valorar esas piezas es el pilar más importante», explica Francisco Javier Pueyo, conservador de la Casa de Colón y coordinador de la exposición 'Atesorando Patrimonio IV'.

El depósito merece una mención aparte. Son alrededor de 4.900 piezas de alto valor artístico y diferentes géneros almacenadas o bien expuestas en las distintas instalaciones museísticas del Cabildo de Gran Canaria.

Construcción de un relato

«Es una colección que permite construir un relato interesante y atractivo del arte en Canarias, uniendo lo científico con lo didáctico en la exposición permanente del futuro Museo de Bellas Artes», afirma Pueyo, quien asegura que la exposición 'Atesorando Patrimonio' «es una pequeña ventana a esas futuras piezas que la población va a poder apreciar en el futuro museo». «Es una oportunidad para ver reflejada nuestra historia a través del arte», asegura el historiador.

Todo comienza con un número de registro. «Es el nuevo DNI de la pieza artística», apunta Mave Delisau, también conservadora de la Casa de Colón. Este registro acompañará a la obra en todo su recorrido hasta alcanzar las paredes de un centro expositivo.

«Asociado a ese número está la ficha catalográfica, un completo expediente que resume la vida de cada pieza», explica Delisau. Por seguridad, toda la información se conserva tanto en papel como en soporte informático.

Los restauradores

Los siguientes profesionales que entran en acción, a partir de este momento, son la restauradora de la Casa de Colón, Amparo Caballero, y el conservador, Ramón Gil. Su misión consiste en hacer un 'chequeo' exhaustivo del estado en el que llega la pieza artística, un paso fundamental para todos los procesos posteriores. «Pero también se sigue investigando sobre ella», aclara Pueyo.

«Las actuaciones van desde cambiar el bastidor de un cuadro porque está mal colocado o deteriorado, hasta una limpieza profunda con técnicas muy específicas para intentar recuperar los colores originales. Hay que mimarlas lo máximo posible, aunque hemos de reconocer que hay algunas obras que llegan en un perfecto estado de conservación desde sus propietarios», reconoce el conservador.

«Cuando una obra tiene, por ejemplo, un ataque xilófago (insectos que atacan la madera) y aparece llena de perforaciones sobre las que hay que actuar, eso es restauración». Amparo Caballero, restauradora de la Casa de Colón, resalta la importancia de distinguir entre las actuaciones de conservación y las de restauración. «Conservar es estabilizar la obra para que no se siga deteriorando. Restaurar es la parte estética».

La conservación preventiva es, por tanto, «actuar en todos los medios que rodean a la propia pieza, sin tener que llegar a acometer la restauración», apunta en este caso Javier Pueyo.

En estos días, Caballero se encuentra inmersa en la revisión de las obras que van a formar parte de la Exposición 'Atesorando Patrimonio IV'. Entre ellas, han encontrado un verdadero 'diamante en bruto'. Se trata de una talla hispano-flamenca de mediados del siglo XVI que representa a Santa Lucía. La pequeña escultura tiene un 'baño' de decoración barroca que se está limpiando para poder exhibirla. Sin embargo, no se descarta, en un futuro, acometer un proyecto más amplio y descubrir la 'joya' escondida de su verdadero origen flamenco.

Historia propia

«Todas las piezas tienen su historia», explica Amparo Caballero. «Antes de adquirir la obra se examina en su ubicación original para determinar su valor real. Cuando llega al taller, nuestra prioridad es la conservación, intentamos intervenirla lo menos posible», dice la restauradora. «No podemos desvirtuar nada, hay que guardar siempre respeto al original».

En el museo se llevan a cabo muchas actuaciones, más allá de la restauración. «Hacemos reservas de obras que se encapsulan, es decir, se introducen en un soporte para guardar en los depósitos de la manera más conveniente», concluye Amparo Caballero.

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