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Las Palmas de Gran Canaria
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Viernes, 1 de abril 2022
Dos décadas lleva el cantautor Sergio Alzola cantando lo que le inspira su rico mundo interior y el que le rodea a diario. Toda una hazaña para un artista independiente, ajeno a las modas pasajeras y a los dictámenes de fórmulas sencillas que demandan las multinacionales y los productores que solo aspiran a ganar dinero de la forma más sencilla.
Esta noche, a partir de las 20.00 horas, en el Cicca de la capital grancanaria protagoniza el concierto acústico titulado 'Dos sonadas décadas', en el que repasará su trayectoria acompañado en algunos casos por músicos cuyos nombres prefiere no desvelar para sorprender a los asistentes.
Reconoce que llega con muchas ganas a este reencuentro con el público en su isla natal. Y lo hace sin aires nostálgicos. «Es una cuestión de celebración. A veces, a la hora de desarrollar una carrera artística muchas personas no logran mantener la constancia y el rigor que se requiere dentro de esa montaña rusa que es este mundo artístico. Creo que es muy simbólico cumplir dos décadas. El tiempo ha pasado demasiado rápido», apunta el músico.
La elección del repertorio que acometerá en acústico lo eligió de una forma «muy orgánica». «En el Cicca estreno estos conciertos de celebración de las dos décadas. Incluyo una selección de canciones de todos mis trabajos discográficos. Desde la primera maqueta hasta la última que he compuesto recientemente, creo que cuento con unas 150 o 200 canciones», apunta.
'Dos sonadas décadas' le ha obligado a llevar a cabo un repaso que considera enriquecedor. «He escrito canciones que puedo seguir cantando ahora, pero he notado una evolución. Soy un músico que empecé como autodidacta y después estudié. Se nota la evolución en las composiciones musicales y también a la hora de escribir, ya que cada vez lo hago con una mayor destreza y rigor. Yo no tenía ni puñetera idea de cantar cuando empecé y lo hacía de una forma osada. Ahora empiezo a conocer cómo se interpreta una canción», confiesa entre risas y con humildad.
Eso sí, aclara que «nunca» ha sido «de canciones convencionales y 'poperas' con una rima fácil». «Al principio, la gente me decía a veces que no entendía lo que quería decir, porque mis metáforas eran rebuscadas. Con el tiempo he aprendido a hacer un texto simple y complejo al mismo tiempo, para que el mensaje llegue de la mejor manera sin perder el gusto literario y poético», reconoce.
La vertiente poética es una de las señas de identidad en la mayor parte de sus canciones. «Inconscientemente, mi mente sigue buscando versos y formas que después quiero escribir. Me he levantado en alguna ocasión de la cama porque me viene una idea y sé que si no la escribo, se me va. O me he despertado muy lúcido y sobre la marcha he escrito ese verso o idea que recuerdo», asegura por teléfono.
Subraya que durante estas dos décadas ha evitado en todo monmento quedarse «en una zona de confort». «Siempre he sentido que tengo que ampliar horizontes. Se requiere una pqueña dosis de locura bien entendida para salirse de la norma. Es fundamental no repetir una fórmula cuando tienes una propuesta de autor independiente», aclara quien tiene muy claro el espacio musical que ocupa. «Represento la cultura nuestra canaria con una influencia latina, lo que se llama aires del Sur y la interculturalidad que tenemos y que se nota en mi música, porque le disparo a muchos palos distintos. En las letras creo que es evidente ese sello poético y mi voz tiene unas características peculiares que van evolucionando», puntualiza.
La pandemia de la covid-19 ha sido un trago muy amargo para Sergio Alzola. No solo desde un punto de vista artístico, ya que la actividad sobre los escenarios se paralizó por completo durante muchos meses y después se ha ido recuperando con vaivenes y al ralentí. «La pandemia me ha hecho muchísimo daño. El aislamiento para alguien social como yo, que busca encuentro y compartir, es muy duro. Lo he sufrido muchísimo y volver a la palabra y a los abrazos lo considero muy necesario, porque nos estamos robotizando y digitalizando demasiado. Lo he sufrido como persona y como artista, evidentemente, pero también lo han sufrido los que están al alrededor del que está sobre el escenario, que tampoco han podido trabajar. Me preocupa la pandemia a nivel sanitario y económico, pero también por la salud mental», reconoce el cantautor isleño. En los periodos más crudos de la situación sanitaria que aún persiste, Alzola dice que trató de abrirse a nuevas formas de trabajo, en concreto a fórmulas «digitales y audiovisuales por internet». Ahora se muestra entusiasmado con el hecho de que vuelvan con fuerza los directos. Le esperan algunos en la península ibérica y confía en acudir a un festival en Cuba que se tuvo que suspender por la situación sanitaria. «Salir fuera me enriquece y me ayuda a seguir», confiesa. Reconoce que el momento actual es difícil y aislarse de esa realidad para componer no es fácil. Pero lo considera capital, incluso desde un punto de terapéutico. «Hay muchos artistas, sobre todo escritores, que durante todas las etapas y épocas fueron buscadores de la belleza en momentos muy malos. Debemos intentar sentirnos en un lugares paradisiacos y lograr que la gente se abstraiga de los problemas tiene. Es una función social importante. También se puede optar por la protesta. En tiempos como estos las dos funciones son válidas».
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