Unos reivindicativos premios César exigen el fin del cerrojazo cultural en Francia

El realizador Jonás Trueba, cuya película 'La Virgen de Agosto' estaba nominada a la mejor película extranjera, se fue con las manos vacías. 'Otra ronda' de Thomas Vinterberg, que, partía como favorita en esta categoría tras haber sido la gran ganadora de los premios de Cine Europeo, fue la que acabó llevándose el galardón.

Pero España logró hacerse un hueco entre los premiados. 'Josep' del director francés Aurel ganó el premio a la mejor película de animación. El filme rescató del olvido el drama de la Retirada, el exilio de 500.000 republicanos españoles que huyeron de las tropas franquistas al final de la Guerra Civil española. A muchos de ellos les internaron en campos de concentración improvisados en el sur de Francia, donde fueron humillados y padecieron frío, hambre y vejaciones.

Uno de los testigos directos de este drama humanitario del siglo XX, poco conocido a uno y otro lado de la frontera, fue el pintor catalán Josep Bartolí, cuyos dibujos realizados detrás de las alambradas de espino sirvieron de base para esta joya de animación de producción franco-española.

La 46 ceremonia de los César se celebró este año sin público por la pandemia de coronavirus, pero con alfombra roja, distancia social y mascarillas. Solo 130 personas estaban presentes en la mítica sala L'Olympia de París: los presentadores, los nominados y los encargados de entregar los premios a los ganadores.

'¿Por qué hacer los César? Pensamos que es esencial', explicó Marina Foïs, maestra de la ceremonia. 'Vamos a celebrarnos antes de reencontrarnos (cuando reabran los cines). Sueño con eso. Sueño con las salas. Sueño con las grandes pantallas con mucha gente. Incluso, vuestras palomitas, las echamos de menos'.

Fue una fiesta del cine a medio gas, después de un año negro para el séptimo arte en Francia por el cerrojazo cultural por el covid-19. Desde el 15 de marzo de 2020, los cines han estado cerrados 233 días por la pandemia de coronavirus y seguirán así hasta nueva orden. Como consecuencia de ello, el número de espectadores bajó en 2020 un 70% con respecto a 2019.

'Ahora estamos así. Desnudos. Es importante el traje. Parecemos idiotas cuando no lo tenemos', dijo la actriz Corinne Masiero, quien se denudó en escena para denunciar la situación del cine francés en plena crisis sanitaria y mostrar su solidaridad con los trabajadores temporales del mundo del espectáculo, que ya han ocupado varios teatros en Francia para exigir la reapertura de los centros culturales. 'No cultura, no futuro', llevaba escrito en el pecho la actriz y sobre la espalda un mensaje para el primer ministro francés Jean Castex: 'devuélvanos el arte, Jean'.

Laure Calamy ganó un César a mejor actriz por 'Antoinette Dans Les Cévennes' (Vacaciones contigo…y tu mujer). Muchos amantes de las series de televisión la conocerán por 'Call my agent' (Dix pour cent), disponible en Netflix. Y el premio al mejor actor fue para Sami Bouajila por 'Un Fils'.

El César a mejor actor revelación fue para Jean-Pascal Zadi por 'Tout Simplement Noir' (Todo negro), mientras que Fathia Youssouf, de 14 años, se llevó el equivalente femenino por 'Mignonnes' (Guapis).

'Deux' (Entre nosotras) de Filippo Meneghetti, que cuenta la historia de dos vecinas lesbianas septuagenarias que viven en secreto una apasionada historia de amor, fue considerada la mejor opera prima. Esta es la película que representa a Francia en la carrera de los Oscars en la categoría de mejor película extranjera. Y el César al mejor documental fue para 'Adolescentes' de Sébastien Lifshitz. El director siguió durante cinco años a dos amigas, Emma y Anaïs, desde los 13 a los 18 años. 

La ceremonia de este año, marcada por la crisis sanitaria y económica que vive el sector, fue bastante aburrida y carente de ritmo. Incluso los chistes quedaron deslucidos.

La gala resultó una balsa de aceite, después de la agita ceremonia de 2020. El año pasado hubo protestas feministas cerca de la sala de conciertos Pleynel por las 12 nominaciones de 'El oficial y el espía' de Roman Polanski. El controvertido director franco-polaco, acusado de violación por varias mujeres en los últimos años, se acabó llevando el premio a mejor director, lo que provocó que Adèle Haenel y otras actrices abandonaran la sala en señal de protesta. Haenel fue la primera actriz prominente francesa en denunciar los abusos sexuales en el cine galo.