Borrar
Directo Vegueta se tiñe de blanco con la procesión de Las Mantillas
Tiza para dibujar el abismo del desamor

Tiza para dibujar el abismo del desamor

El director Ignasi Vidal presenta el próximo día 3 de junio, en el Centro Cívico de Carrizal, el montaje teatral ‘El cíclope y otras rarezas del amor’. «Es el más personal y complejo de cuantos montajes he escrito hasta la fecha», apunta el polifacético artista.

Francesc Zanetti / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los incendios del corazón hay que saber apagarlos sin arrogancia. Pero debe ser complicado ser bombero en esa tarea incesante que es el amor, una mezcla de exigencia y abandono, de disciplina sin excusas y temeraria libertad. El director, dramaturgo, actor y cantante catalán Ignasi Vidal escribe y dirige El cíclope y otras rarezas del amor, una producción escénica que aborda los mil rostros de ese sentimiento universal a través del lirismo que eleva las almas, pensamientos y lenguaje, de los cinco personajes que integran su reparto.

Nominada en la última edición de los Premios Max a la categoría de mejor espectáculo teatral, la obra que interpretan los populares Manu Baqueiro (Amar es para siempre y Amar en tiempos revueltos), Daniel Freire (Águila roja y Lucía y el sexo), Eva Isanta (La que se avecina, Hospital Central y Aquí no hay quien viva), Sara Rivero (Galerías Velvet) y Celia Vioque (Centro médico) se presenta el próximo día 3 de junio, en una única función a las 18.00 horas, sobre el escenario del Centro Cívico de Carrizal.

«En la misma línea de otros montajes como Tupperway, conservamos su felicidad, El plan, Dignidad, Memoria o desierto o Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez, busco impregnar la hora y veinte que dura esta función de un realismo absoluto», señala Vidal, quien considera este montaje «el más personal y complejo de cuantos he escrito hasta la fecha».

Confiesa que todo surge a partir del capítulo siete de Rayuela, de Julio Cortázar. «Me fascinó la forma más bella y desordenada de describir el amor del autor argentino y creí que allí tenía el material para expresar mi particular manera de ver las relaciones humanas», señala Vidal al referirse al instante en que Cortázar describe en su célebre obra un beso en el que los amantes se convierten en cíclopes... «Y entonces jugamos al cíclope y nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan... escribe Cortázar. La única técnica posible para llevar a escena la búsqueda insaciable del amor de estos cinco personajes que tienen muchas capas, es la observación. Desde ese lugar escribí este texto y desde ese lugar pretendí ponerlo en pie».

Ni hadas ni príncipes

La hipótesis del amor y sus incertidumbres entrecruza toda la obra. «Son tres historias relacionadas con el amor y el desamor que van administrándose en el tiempo. Curiosamente, yo siempre decía... fíjate qué cosas, que El Cíclope es el resultado de toda una generación de gente que se crio con películas de Disney y que cuando crecieron se dieron cuenta de que esas películas no tienen nada que ver con la realidad. Es el desengaño de esa factoría de sueños llena de príncipes azules y hadas. Quise describir la complejidad del mundo de las emociones. En realidad, el amor no debería ser un esfuerzo. No hay una forma de amar, sino muchas. Lo que El cíclope y otras rarezas del amor quiere expresar es, digamos, el fracaso de una forma de amor establecida, de un modelo patriarcal, frente a las múltiples posibilidades de amar desde el deleite de ir madurando como ser humano con otras perspectivas que nada tienen que ver con el canon del amor impuesto», advierte el director de 45 años de edad. «Si somos honestos y capaces de amar en libertad, podemos encontrar una relativa felicidad en ese amor».

Vidal, que venera a Chéjov, aborda en sus textos la realidad desde la cercanía. «Cuando uno vive, si se lo permite, siente. Me suelen indicar que acierto con mis dramaturgias. Quizás sea porque sencillamente me permito vivir a través de la escritura. Y me parece normal que quien vaya a ver esta obra se siente reflejado en algún momento», dice.

«Yo soy un dramaturgo que milita en el realismo a ultranza. Fuera de eso no me desenvuelvo muy cómodamente. Mira que soy un admirador de Oscar Wilde, y de todo eso que decía de que la vida debe imitar al arte y no al revés. No lo he conseguido. Lo entiendo y me gusta. Pero a mí me gusta mucho Baroja, que es el escritor de la realidad».

«La casualidad es un elemento fundamental de este texto, porque un encuentro inesperado puede transformar tu vida, aunque ocurre generalmente cuando aceptas el envite y no lo evitas. Los personajes están al límite emocional en sus vidas en el momento en que transcurre la acción y deben tomar decisiones», agrega.

Ignasi Vidal confiesa que comenzó a escribir teatro en 2006, motivado por su condición de lector. «Hay un instante en la vida de todo lector en que necesitas probarte y saber si tienes algo que contar. Escribir es el mayor acto de libertad que existe».

Ha estrenado quince obras desde entonces y este mismo título lo dirigió recientemente en Ecuador con actores de aquel país. Además, acaba de concluir el texto que estrenará el año 2019 y tiene por delante la gira de Dignidad por Panamá y El plan por México, Perú y Rumanía.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios