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Carmen Delia Aranda y / Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 6 de noviembre 2017, 18:30
Hay amores mayúsculos, eternos, capaces de superar cualquier tipo de distancia o diferencia. Uno de ellos es el que unió a la cantante y poeta Patti Smith con el audaz fotógrafo Robert Mapplethorpe, hasta la muerte de este último en 1989 a causa del sida.
En el libro de memorias Éramos unos niños, con un lenguaje directo y diáfano, Smith repasa los mejores y peores momentos de esta relación construida sobre la confianza y la sinceridad, a veces brutal.
Con apenas 18 años y fascinados ambos por Rimbaud, Bob Dylan, Piaf y Genet, se convirtieron, el uno para el otro, en el único apoyo con el que contaron a su llegada a Nueva York en 1967, en pleno verano del amor, una explosión creativa que anticipó el espíritu liberador que después germinó en París en el mayo del 68.
Patti Smith relata aquella odisea de dos jóvenes empeñados en ser artistas sin saber muy bien cómo lograrlo.
Unos inicios duros en los que, a diario, se veían obligados a superar una trepidante aventura para encontrar un techo donde dormir y algo que echarse a la boca.
Su periplo por los infiernos de la Gran Manzana empieza a iluminarse en el maravilloso hotel Chelsea, poblado por los fantasmas de Dylan Thomas o Eugene O´Neill y por figuras de las que se nutrieron como Bob Neuwirth, Allen Ginsberg, Burroughs o Gregory Corso. Este emblemático lugar fue para ellos una auténtica de escuela de arte en una época convulsa, con la guerra del Vietnam de fondo y una explosión musical, artística y social sin precedentes. El libro, además de pasearnos por este Nueva York efervescente, rezuma ternura.
Título: Éramos unos niños.
Autora: Patti Smith.
Editorial: Debolsillo.
Traductora. Rosa Pérez.
Precio: 9.95 euros.
Año: 2011
Páginas: 304
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