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«Me encanta el olor del napalm por la mañana». Esta icónica frase de la película 'Apocalypse Now' (1979), de Francis Ford Coppola, la lanza Robe al final de su canción 'El poder del arte', que figura en su último disco 'Se nos lleva el aire' y que ha motivado la gira titulada 'Ni santos ni inocentes' con la que recala este viernes, 1 de noviembre, en la plaza de la Música de la capital grancanaria, y al día siguiente en el parquin del Palmetum, en Santa Cruz de Tenerife.
¿Qué le motivó a culminar esa canción con esta frase pronunciada por el teniente coronel Killroy en esta legendaria película? «No lo sé. Quizás que siempre hay que ser un poco incendiario. Me cuesta trabajo explicar las letras y lo que quieren decir mis canciones. Salió y me pareció que quedaba bien?», responde Roberto Iniesta Ojea (Plasencia, 1962), alias Robe, que llama como acostumbra al periodista con el que se había concertado la entrevista desde un número de móvil oculto.
«Pienso poco cuando hago las canciones. No me puedo plantear nada. No puedo decir que quiero hacer una canción sobre tal tema. Para mí, es imposible. Ni siquiera me sale si me propongo hacer una canción triste o una canción alegre. Sale una cosa u otra, pero sin que quiera. No funciono así. No me puedo plantear lo que quiero hacer, los temas van saliendo y ya está. Si me emocionan es que valen. No me planteo nunca si son profundas o ni siquiera si las entiendo. Lo único que me importa es que me emocionen. Si lo consiguen, las considero válidas», confiesa este veterano artista que lideró durante años Extremoduro.
Una cosa es que sea incapaz de explicar cómo convoca a las musas a la hora de componer y otra muy distinta es que las canciones que graba y que presente al público nazcan de la nada sin un trabajo previo. «Hay mucho trabajo detrás. Cuando se junta una banda, vas probando poco a poco cosas nuevas. En los dos primeros discos la banda era menos fuerte sin Woody Amores, con otras riquezas y matices. Ahora, con su guitarra hemos ganado en potencia pero tampoco hemos perdido esos matices. Nos vamos conociendo cada vez más, probamos cosas cada vez más rápido. Nunca dejamos de buscar y de jugar», confiesa Robe Iniesta sobre la formación con la que se presentará en estos dos conciertos en el archipiélago canario.
«Es muy importante que las nuevas canciones me sorprendan a mí mismo. Después ya lo harán o no a los demás. Me encanta hacer cosas nuevas y jugar mucho con la música», responde sobre qué le lleva a seguir en la brecha después de tantos años de trayectoria profesional.
A lo que tiene claro que nunca va renunciar es a plasmar en las letras de sus canciones lo que piensa. La autocensura, ni a la hora de componer ni cuando habla en público, entra en su forma de entender la vida. «Hay una manera distinta de hacer las cosas con el paso del tiempo. Existe mucha gente aburrida que no tiene nada que hacer y que está todo el día opinando en las redes sociales. A mí, me dan igual. Yo digo lo que pienso», puntualiza.
En la tarde de este miércoles, dos horas después de la hora establecida para la entrevista telefónica, la formación canaria Rupatrupa lanzaba su nueva canción, 'Flores de trinchera', en la que Robe ha participado. «Me mandó la canción [alude a Roberto Ruido, líder del grupo]. Me pareció cojonuda y acepté participar. No suelo hacerlo. No suelo hacer colaboraciones porque no soy de meterme en cosas de otros. No soy un cantante al uso. Si no 'entro' en la canción, no puedo cantarla. Es lo mismo que me pasa cuando compongo, si no me emociona, no me vale», reitera.
Robe es consciente de que el rock no ha sido nunca masivo en entre los músicos españoles y que cada vez es más complicado que las nuevas generaciones opten por este género para desarrollar una carrera profesional. «Cada día es más difícil que salgan bandas de rock. Nunca ha sido mayoritario en España, ha sido más 'underground', de tener que moverte para ir a buscarlo. Antes, las compañías discográficas tenían más poder y si te fichaban, tenías medio camino hecho. Te hacían promoción y era más fácil que la gente te conociera. Ahora, las discográficas no tienen mucho dinero para apostar por bandas nuevas. Los chavales optan más por otras músicas que son más fáciles de hacer. Las pueden hacer solos en casa, con los ordenadores, sin necesidad de tener un local de ensayo ni una banda. Es normal que los chavales se vayan por ese lado», dice a la vez que reconoce que no escucha la música que hacen ahora los veinteañeros o treintañeros.
«En realidad, oigo poca música. Prefiero tener la cabeza libre para mis cosas. La oigo por temporadas. Si estoy en una gira, apenas escucho música, para estar centrado en lo que hago. Si estoy parado en casa o si estoy componiendo, oigo más música. No lo hago para encontrar influencias para lo que compongo. Lo hago para que me entren ganas de hacer música», subraya el que fuera fundador y líder de Extremoduro y que ostenta, entre otros reconocimientos, la Medalla de Extremadura, máximo galardón de su Comunidad Autónoma natal.
Cada noche es distinta. Este es un mantra que alimenta cada vez que Robe Iniesta se sube a un escenario con la banda que le acompaña en la actual etapa en solitario, tras el adiós de Extremoduro. «Cada concierto es distinto. Nunca tocamos el mismo repertorio. Creo que eso es bueno para la gente y para nosotros, porque no nos repetimos», avanza con la mirada puesta en los conciertos de los próximos viernes y sábado, en Gran Canaria y Tenerife, respectivamente.
Se ríe cuando se le comenta que en esta gira está nadando a contracorriente, con conciertos de unas tres horas de duración, con pausa intermedia incluida. «Sí que tocamos muchas canciones, porque tenemos cada vez más canciones, tanto de los cuatro discos de esta etapa como las de Extremoduro. Cuando comenzamos a preparar las giras, comenzamos a decir cómo no vamos a tocar esta canción o la otra. Por eso hacemos un repertorio largo, para así poder ir intercambiando canciones. Así cada noche se nos hace más amena», dice el cacereño.
Ante los llenos que se están repitiendo en la gira de 'Ni santos ni inocentes', se muestra feliz. «Es una alegría que vaya tanta gente a verte. Sobre todo, ver a tantos jóvenes, vemos que lo que hacemos les engancha y que no solo vienen por las canciones del pasado. Nos sorprende cómo han seguido el disco desde el primer momento».
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