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Las sombras se mantienen

Todo sigue igual. Se esperaba que el informe de la Audiencia de Cuentas (ACC) sobre la 33ª edición del Festival de Música de Canarias, celebrada el pasado año, despejara las dudas y las sospechas generadas por una gestión que ha levantado una polémica que se llevó por delante a la consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Mariate Lorenzo, y al coordinador lanzaroteño del Festival, el compositor y clarinetista conejero Nino Díaz. Pero el informe que firma José Rafael Díaz Martínez, cuyo contenido adelantó este periódico en su edición del pasado 30 de diciembre, no aporta nada nuevo. Ni despeja las dudas ni da luz donde planean sombras inquietantes sobre cómo se gestionó la controvertida edición.

Martes, 9 de enero 2018, 19:55

En los próximos meses, en sede parlamentaria, el máximo responsable de la Audiencia de Cuentas -o en quien decida delegar- debe rendir cuentas sobre este análisis.

«El informe de la Audiencia de Cuentas no ha despejado ninguna de las dudas y las cosas que hemos denunciado en el Parlamento. Ni siquiera hace mención alguna al pago en efectivo de una factura que detectamos, algo nada habitual dentro de la administración pública. No aclara los detalles del contrato del coordinador Nino Díaz y si éste se fraccionó. Del mismo solo dice que no se promovió la concurrencia. Lo mismo sucede con el hecho de que todo se haya cerrado con una sola agencia de viajes, sin un concurso previo. Tampoco aclara, tal y como cuestionó al consejero mi partido en el Parlamento, si existe conexión entre la empresa ICC, a la que se le encargó un análisis del Festival y cuya factura presentamos, y Nino Díaz o su entorno», denuncia la parlamentaria Pepa Luzardo, que durante el último año y medio ha intentado fiscalizar el desarrollo de una edición que dejó un agujero económico de 418.713 euros, cuantía que sí reconoce el informe de la Audiencia de Cuentas.

El informe apunta, como avanzó en su momento la propia consejera Mariate Lorenzo, que este enorme déficit se debe a que «los ingresos solo alcanzaron a cubrir el 80,1% de los gastos». Amplía esta cuestión el informe dentro de sus conclusiones: «La desviación de ingresos tuvo su principal origen en la menor recaudación de taquilla, en un 30,4% respecto al importe presupuestado, básicamente causado por una sobreestimación de la taquilla: la previsión de ventas de entradas y abonos se obtuvo de aplicar un porcentaje uniforme al aforo sin tener en cuenta la notoriedad del artista, el tamaño del recinto y la población de las islas». Las «expectativas de ingresos y asistencia» solo se superaron en nueve conciertos.

La que tiene mucha miga es la octava conclusión del informe. «En el ámbito de gastos, la desviación respecto a la previsión inicial se originó principalmente al exceso del coste del caché, que en parte se debió a que casi la totalidad de los contratos se firmaron una vez aprobado el presupuesto».

El 10 de julio de 2017, CANARIAS7 hizo público en exclusiva un informe interno de Canarias Cultura en Red, empresa pública organizadora del Festival, que no atribuía a este desfase temporal el hecho de que los gastos se disparasen.

Para empezar, el coordinador Nino Díaz, con el apoyo de Mariate Lorenzo, aclaraba el informe, dio luz verde a la contratación de un equipo de personal externo para la organización del Festival, cuyo coste ascendió a 88.002,89 euros, cuando se había presupuestado para este capítulo 25.000 euros.

El mismo informe también aseguró que para grabaciones se presupuestaron 5.000 euros y se gastaron 10.366,24 euros.

Los desfases en las contrataciones, repetimos, según este informe interno de Canarias Cultura en Red, poco tuvieron que ver con los cachés. Los conciertos del Mozarteum provocaron un déficit de 13.158 euros, porque en el presupuesto inicial no se incluyó la estancia de esta formación.

El paso del Ensemble Mosaik por las islas generó un agujero de 25.209,88 euros porque no se incluyó en la partida inicial una serie de impuestos internacionales. Nada tuvo que ver tampoco el caché en el hecho de que solo se presupuestara inicialmente uno de los dos conciertos que ofreció la Academy of Ancient Music. Este olvido supuso para las arcas públicas 24.633 euros más de los previstos.

El mismo informe interno desveló que la gira por las islas del Dúo Antwerp tuvo un sobrecoste de 5.358,02 euros, porque no se incluyó ni el alquiler ni el transporte entre islas de la marimba que tocaba Adilia Yip.

El Gurre Leider que protagonizaron las dos orquestas isleñas generó un déficit de 66.625,3 euros, ya que se tuvo que recurrir al Coro Filarmónico Eslovaco al no poder disponerse del de la OFGC, y por sobrecostes con el coro de la Ópera de Tenerife y con los solistas contratados.

Ante este panorama, solo queda preguntarse: ¿La Audiencia de Cuentas no conocía este informe o dentro de sus competencias no figuraba interesarse por el mismo? Por cierto, una de las primeras medidas que tomó el nuevo consejero de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Isaac Castellano, fue cesar tras el verano a José Luis Cudós, hasta ese momento y durante años director ejecutivo de Canarias Cultura en Red y la persona que controlaba las cuentas.

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