Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Hay personas y momentos que lo cambian todo. La armónica cromática era una antes de la aparición del madrileño Antonio Serrano. La trayectoria profesional de este virtuoso tuvo su punto de inflexión cuando comenzó a tocar junto al legendario Paco de Lucía. Y su campo de acción se expandió a nuevos caminos cuando Germán G. Arias le abrió las puertas hace unos años para que tocase junto a la Banda Sinfónica Municipal de la capital grancanaria.
Este viernes y sábado, a partir de las 20.00 horas, en la sala Miller del parque de Santa Catalina, Antonio Serrano vuelve a protagonizar un concierto junto a la banda cuya dirección artística ostenta Germán G. Arias. «Este concierto es el primero que hago este año y me hace mucha ilusión, porque esta fue la primera banda que se atrevió a hacer un concierto con la armónica como instrumento solista. Toqué con Andreas Prittwitz y Daniel Abad como director. Fue un concierto que me ha traído muchas alegrías, porque después vinieron los conciertos con bandas de Vitoria, Madrid, Oviedo, Buñol y muchas más. Germán es una persona muy aventurera en un sentido musical y tuvo la valentía y el coraje de hacer aquella apuesta que después otros han seguido», reconoce el artista minutos antes de coger el avión para desplazarse hasta Gran Canaria.
Antonio Serrano toca la armónica cromática. La diatónica es la más extendida, con una presencia habitual en las bandas de rock, country y folk. Reconoce que abrirse camino en las programaciones musicales no ha sido fácil para un instrumento que muchos aún minusvaloran. En su caso, confiesa, ha sido clave contar con «padrinos» para tirar abajo muros cimentados en prejuicios y desconocimiento.
«Siempre he necesitado de algunos padrinos para abrirme camino. Es un instrumento tremendamente desconocido. Cuando Paco de Lucía contó conmigo, se abrieron las puertas del flamenco, de los festivales de jazz y de muchos circuitos musicales. Cuando Germán G. Arias apostó por mí, se abrió para la armónica el mundo de las bandas sinfónicas. Es un camino que me encanta. No es fácil convencer de las posibilidades que tiene el instrumento cuando apenas existen precedentes», subraya.
Si lograr que la armónica se haga un hueco como solista dentro del repertorio de las bandas, en el mundo clásico y sinfónico tampoco lo fue, pero sí un poco menos dificultoso. «Hay más precedentes en el mundo sinfónico para los armonicistas que en el de las bandas. Existe obras compuestas expresamente para armónica y orquesta. En el mundo de las bandas, no. Y eso que la armónica convive mejor con la banda que con una orquesta filarmónica por una cuestión tímbrica. Aunque no es un instrumento de viento, empasta mejor con los vientos y la percusión que con los instrumentos sinfónicos», puntualiza.
La falta de piezas escritas expresamente para la armónica dentro del repertorio musical clásico se ha solventado mediante los arreglos y las transcripciones para este instrumento. Se adaptan piezas para violín o piano para que la armónica sea la protagonista y el propio Antonio Serrano lo ha hecho.
«He hecho muchísima transcripciones y es mi manera de aprender la música. Los instrumentos que no tienen literatura, como la armónica, la tienen que pedir prestada. No solo podemos tocar música contemporánea. Se tiene que conocer la tradición musical y si no existe, la haces», explica y pone un ejemplo. «Formo parte del grupo Bach and Bach, junto a Daniel Oyarzabal y Pablo Martín Caminero. Ellos son especialistas en Bach, yo no, soy un simple simpatizante. Y ellos están encantados con la armónica y no les cabe duda de que Bach, si la hubiese conocido, también y que habría compuesto obras específicas para este instrumento», defiende.
¿Por qué caería rendido ante la armónica el que está considerado como uno de los mayores genios de la música de todos los tiempos? «Porque la armónica es capaz de hacer polifonía, no es monofónico, se pueden hacer acordes con ella y hasta algo de contrapunto. Tiene mucha más miga de lo que parece», asegura este maestro del instrumento que entre los proyectos que baraja para un futuro inmediato figuran «hacer arreglos para armónica de varias obras de Paco de Lucía y también de Albéniz», así como adaptar su propia versión de 'El sombrero de tres picos' para bandas sinfónicas.
Este viernes y sábado, junto a la Banda Sinfónica Municipal de la capital grancanaria, Antonio Serrano asegura que ofrecerá el concierto «más personal» de los que ha protagonizado, y que son unos cuantos, en el archipiélago canario.
«Se van a tocar un par de piezas mías. También una compuesta por Eduardo Moreno para armónica y banda que hizo expresamente para mí. También tocaremos un arreglo de 'Rhapsody in Blue', de G. Gershwing, que he tocado bastantes veces y que funciona muy bien, lo mismo que pasa con algunas piezas de Piazzola con las que estoy muy familiarizado», avanza.
Entre «las sorpresas» que incluirá en las dos veladas figura desde el pasodoble 'Lucía Sánchez-Noguera', que el propio Serrano compuso «para su novia», así como «unas piezas estándars de jazz y de Gershwing» que abordará junto al pianista Augusto Báez.
A estas alturas de su carrera, Serrano tiene claro cuál es su principal objetivo. «Estoy intentando cambiar la manera de enfocar el instrumento, más que a la hora de tocarlo porque ya se ha llevado a los límites de lo posible. Busco un cambio de mentalidad. Lo que propongo es utilizar la armónica como un instrumento transpositor más que de afinación fija. Siempre se ha tratado la armónica cromática como si fuera un violín o piano. Aunque tiene muchas posibilidades expresivas, no tiene tantas como esos instrumentos. Se parece más al saxo, al clarinete o a la trompeta en cuando posibilidades técnicas y quiero tratarlo desde esa perspectiva», explica.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.