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El león ya no ruge como antaño

El león ya no ruge como antaño

El león del Womad ya no ruge como antaño o la manada está muy dispersa. Lo cierto es que la segunda jornada del festival que regresó el pasado año a la capital grancanaria se quedó muy lejos de aquellas noches de viernes en las que transitar de un escenario a otro por el parque de Santa Catalina requería paciencia y destreza, debido a la enorme cantidad de público.

Jueves, 1 de enero 1970

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Puede que la menor afluencia de público se debiera a que esta segunda jornada coincidió con los partidos en Siete Palmas de la Unión Deportiva y del Granca de baloncesto o a que el cartel de esta edición sólo atrae a los más incondicionales. A la organización le toca analizarlo. Hoy, si la lluvia no hace acto de presencia, será interesante ver si la manada del Womad se reagrupa durante la noche.

La banda Château Rouge, vencedora de la última edición del concurso Lo Más crujiente, fue la encarga de abrir las actuaciones.

Los tinerfeños Vicen, Neti, Saúl y Daniel, integrantes de esta formación, ofrecieron un solvente y entretenido concierto marcado por un estilo que recuerda al oscuro Sur de Estados Unidos, con la festiva Nueva Orleans y sus pantanosos alrededores como punto neurálgico.

El estreno del escenario Boulevard corrió a cargo de Ida Susal, nombre artístico de la tinerfeña Julia Botanz Guimerá, que estuvo acompañada de una banda compuesta por un bajo, un batería y un tercer músico que alternó el clarinete y los teclados.

La hija de Rogelio Botanz apostó por un concierto con una mezcla de estilos constantes y ciertos toques a lo Amparanoia y Julieta Venegas, salvando las distancias. Su desparpajo y gracia, así como sus mensajes, sobre todo contra el proyecto del segundo muelle de Agaete y contra el machismo que reina en las letras del reguetón, le permitieron conectar con el público.

Maalem Hamid El Kasri, con su guembri –una especie de laúd de tres cuerdas propio de la música norteafricana de antiguos esclavos negros– junto a un grupo vocal y un batería trasladó al público hasta el Norte de África, mediante su virtuosismo y sus ritmos tradicionales.

El folk británico es un clásico de Womad y tuvo como protagonista a la joven formación Talisk, que derrochó ganas, energía y talento musical. El personal blues de los belgas Delgres, un trío encabezado por el guitarrista Pascal Danaë junto a un batería y un tuba –al que no se escuchaba bien– dio paso al extremeño Gecko Turner, a la cantante maliense Oumou Sangaré y al DJ Indian Man, previstos tras el cierre de esta edición.

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