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De Sancho bucea por las aguas de lo invisible

De Sancho bucea por las aguas de lo invisible

Escribía Pessoa que las personas son del tamaño de sus sueños. No sé si los sueños ayudan a soportar el cansancio de vivir pero sí lo dulcifican, lo amenizan. Pero los sueños también traen preocupaciones si el espíritu que los porta es obstinado y experto. También intranquiliza lo que no se alcanza, que es casi todo», relata Juan Carlos de Sancho en un intento de aproximación a la idea del desasosiego que aborda en su último libro Elogio de lo invisible (Ediciones Mercurio).

Lunes, 21 de septiembre 2020, 12:59

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«Son 133 conceptos filosóficos que tienen que ver con mi afición a la filosofía desde que era estudiante en la universidad. Más que novelas leía a filósofos. Me encantaban Schopenhauer, Montaigne, Nietzsche...», explica sobre el origen de este libro que empezó a escribir hace cuatro años.

En un parque madrileño, De Sancho empezó a apuntar en su cuaderno ideas que merecían, a su entender, cierto detenimiento y reflexión: el artificio, la utopía, la paradoja, la interpretación, la sabiduría, la falacia, la simplificación, la inutilidad... Así hasta 133 conceptos. «Siempre soñé con escribir un libro de filosofía y creo que este es mi primer libro de pensamientos filosóficos usando diferentes técnicas literarias para cada concepto: a veces un diálogo, un microrrelato, una crónica simbólica, una fábula... Son reflexiones sobre lo invisible, el lugar en el que navegamos», explica el autor.

«Siempre me ha gustado escribir pensamientos a través de mis cuentos, pero no con un fin didáctico, sino para recuperar u poco el pensamiento. La filosofía es pensamiento, algo que también se encuentra en la poesía», señala De Sancho.

Su forma de abordar estas ideas, a través de la retórica literaria, deja espacio para las dudas y la reflexión. «Hay un cuento americano de un pez viejito que va por el fondo del mar y se encuentra con dos peces jovencitos que van en sentido contrario: ¿qué tal el agua hoy? Los peces se quedan mirándose y al cabo de un rato dice uno: oye, ¿qué demonios es eso del agua? Pues yo intento explicar qué demonios es esto de lo invisible, que es la utopía, la quimera, el deseo... que forman parte de nuestro proceder. A veces me pongo en la posición de los pececitos, que no saben qué es esto, y otras, me pongo de enteradillo como el viejo que sabe de maremotos y tsunamis», apunta De Sancho sobre la falta de certezas que deja un espacio amplio a la interpretación del lector.

Su interés es romper con el dogmatismo y la uniformidad del pensamiento único, tan abundante en nuestros días. «Manejamos ideas medidas y repetitivas. Estamos en una época muy peligrosa. Es necesario estirar el pensamiento para que haya una respiración más filosófica y humana. Hay una frase de Federico García Lorca que me encantaba: bendito este trabajo que me lleva a la inutilidad, el de la literatura. En una época pragmática y fascista –añade el escritor– hace falta la filosofía».

De hecho, sostiene que la búsqueda del éxito inmediato y el materialismo nos está empujando al «nihilismo más profundo».

El libro, apunta el autor, «no es político, pero sí anima a realizar un esfuerzo intelectual por reivindicar más cosas que el éxito individual y el individualismo», una falsa autonomía e independencia que nos aísla de los objetivos comunitarios y pone alfombra roja a la irrupción del fascismo. «Las dictaduras llegan por el individualismo exarcebado», sostiene De Sancho.

Elogio de lo invisible ya fue presentado hace unas semanas en Madrid en un acto en el que varios actores representaron algunos capítulos. El propósito de De Sancho es moverlo por el resto del Estado. «Si el libro tuviera piernas, lo mandaría a recorrer varias provincias de España», bromea su creador.

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