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— Su libro habla de Nancy Spungen, la novia de Sid Vicious, cantante de los Sex Pistols, que fue asesinada en Nueva York. ¿Qué le atrapó de la historia?
— Pues lo que me atrapó fue la sensación de que era un personaje potente del que se podía sacar partido literariamente. Su historia es interesante y distinta porque no es una típica groupie. Pertenecía a una clase social elevada, tenía un elevado coeficiente intelectual y a los 15 años ya estudiaba en la universidad a pesar de que sufría problemas mentales graves. Fue muy maltratada por la prensa y por los amantes del punk. No deja de ser una víctima. Al fin y al cabo, fue ella la que murió asesinada.
— ¿Resolvió el caso? ¿Sabe qué pasó esa noche en el hotel Chelsea?
— No lo sabremos nunca. En la novela hay una investigación; la que lleva a cabo la periodista barcelonesa que tiene que escribir una artículo sobre Nancy y que encuentra algunas sorpresas por el camino. Pero la historia está absolutamente novelada. Hay cosas que podrían haber pasado o no. Mi propósito no era inventarse una teoría. Hay varias, algunas absurdas y otras más probables sobre lo que ocurrió. Una de ellas es que querían hacer un pacto de muerte. También puede que fuera un camello del Chelsea y hay otras opciones bastante ilógicas.
— ¿Hasta qué punto es una ficción?
— La historia tiene dos líneas. La historia que va contando Nancy desde que tiene 10 años, cuando la ingresan en un psiquiátrico, y la línea temporal de la periodista que se mueve entre Barcelona, Londres y Nueva York. La parte de Ariadna es ficticia. Me la he inventado yo. Se cuentan cosas que pueden haber pasado o no, cosas que tienen que ver con un tema que ha dado mucha literatura. Le he sacado rendimiento a las leyendas urbanas de esta historia. La parte de Nancy está basada en hechos reales y documentados. Aunque he ficcionado su voz, tiene una parte sólida ahí. Nancy conoció a Sid, que pasó esto es fácilmente comprobable, aunque cambio a la ficción para recrear a Nancy.
— Es como si le devolviera la vida. Además, murió jovencísima.
— No llegó a cumplir los 21 años, Tuvo una premonición. Le dijo a sus padres que no los cumpliría.
— Su especialidad es la novela negra y su hija predilecta es Rebeca Santana, protagonista de tres de sus libros. ¿Rompe muchos esquemas esta subinspectora?
— A Santana no la creé con la intención de romper moldes, pero al parecer sí que fue así. Santana tiene un pasado bastante traumático. Tiene elementos que son característicos del género; le gustan las chicas, y también otra serie de elementos que no son típicos. En el momento en que surgió el primer libro, Curvas peligrosas, no se había tratado este género con dos mujeres policías investigando. Yo pensaba que ya sería normal, pero no había ningún antecedente. Sí que había novelas con una mujer y un hombre o con detectives masculinos, pero con dos mujeres, no. En su momento me chocó bastante. No pretendía hacer algo nuevo. Es verdad que el personaje tiene cierta potencia que podía gustar y sí que tiene elementos diferenciales.
— La sombra de Vázquez Montalbán es muy alargada, ¿se siente influida por este autor o es heredera de otras firmas?
— Ser barcelonesa y escribir novela negra tiene su miga. Me siento heredera de Eduardo Mendoza, Montalbán, González Ledesma, Andreu Martín... Grandes autores y autoras, como Maruja Torres, que también hizo incursiones en el género. Barcelona está muy trillada en la novela negra y piensas: ¿qué haré yo que no hayan hecho ellos? Pero es bueno aprender de los que lo han hecho antes. Me siento parte de ese legado de esa novela negra e intento hacer el mismo ejercicio tomando mi propio camino.
— Ejerce la crítica musical. ¿Pone banda sonora a sus novelas?
— Sí, siempre tienen mucha música. La reina del punk tiene una playlist en Spotify y de la serie de Santana también hay listas con las canciones de las tres novelas. Mi próximo libro tendrá su lista. Mis historias siempre tienen música. Me encanta.
— La novela negra retrata las partes oscuras de la sociedad, y la gente huye de los problemas, ¿goza de buena salud el género?
—Creo que sí, nos muestra la parte más oscura de la sociedad y del ser humano, pero tiene un componente de entretenimiento importante porque muestra los problemas de los otros. La gente lo que no quiere es ver reflejados sus problemas. Pero con las novelas piensa: pues no estoy tan mal, lo que le pasa a este es peor. Cuando leemos un libro nos sentimos transportados a otro universo que puede ser más oscuro, pero que es ficticio, y no es mi universo y ni son mis problemas.
— ¿Está esperanzada con la cuarta ola del feminismo?
— La revolución será feminista o no será. El futuro tiene que venir marcado por la igualdad y porque, de una vez por todas, dejemos atrás estas lacras. Confío en que las nuevas generaciones lo hagan mejor y en que hombres y mujeres avancen hacia una sociedad más igualitaria.
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