Los cuentos vuelven a apoderarse de Agüimes

El mencionado evento internacional, que cumple su 33 edición, se organiza alrededor de distintas propuestas entre las que figuran un taller de iniciación de narración oral para jóvenes que impartirá Carballeira, dramaturga y Premio Nacional de Literatura Dramática en el año 2023, siete sesiones en otros tantos centros escolares distintos del municipio, residencias de mayores, casas de la cultura y centros ocupacionales, una mesa redonda y las denominadas 'contadas', tanto para público familiar como adulto.

Entre ellas destacan la que se desarrolla el día 29 de febrero (a las 18.00 y 20.30 horas) en la Casa de la Cultura del Cruce de Arinaga y el Museo de Historia de Agüimes, respectivamente, que, bajo el título 'Cuentos de la vida misma' y 'Patrimonio contado', reunirá la primera al canario Antonio López y la segunda a todos los narradores de esta nueva edición.

El día 1 de marzo, a las 18.00 horas, en la Casa de la Cultura Las Rosas, Carolina Rueda presenta sus 'Cuentos contados, cuentos cantados', y a las 20.30 horas, en el Teatro Municipal, Félix Albo ofrecerá sus 'Historias inquietantes' mientras que Paula Carballeira su montaje titulado 'Los cuentos que me contaron'.

El día 2 de marzo, a las 12.00 horas, Carballeira nos propondrá sus 'Cuentos para acabar con algún miedo' en la Casa de la Cultura de Arinaga, y a las 20.30 horas, en el Teatro Municipal, Cadaval cautivará al público con sus 'Fantasmas familiares' y Carolina Rueda hará lo propio con su inquietante batería de relatos titulada 'Crímenes'. Antes, a las 19.00 horas, en el Teatro Municipal se desarrollará la mesa redonda sobre la palabra en la que participarán Albo, Cadaval y Rueda.

La clausura del festival, fijada el 3 de marzo, ofrece la última contada orientada al público familiar a las 12.00 horas, con entrada libre, en el Teatro Municipal, en la que se subirán al escenario Rueda, López, Carballeira y Albo.

Desde 2022 el dramaturgo, escritor y narrador Félix Albo ejerce de coordinador de este festival que debe su nacimiento en 1991 al que fuera su primer director, el activista cultural, docente, novelista y concejal del área de Cultura de Agüimes, Antonio Lozano. Desde entonces no ha extraviado su esencia en los más de 30 años de existencia: la reivindicación de la palabra como elemento esencial de la comunicación humana, la recuperación del hábito de contar y el encuentro multicultural en torno a la oralidad.

Para Albo, el Festival de Agüimes «ha sido siempre un referente para quienes nos dedicamos al arte de narrar historias. Además de ser el primero, ha sido espejo de muchos posteriores, desde su inicio y a lo largo de toda su historia donde ha ido mezclando voces, acentos y maneras, de los mejores profesionales de cada continente participante. Ha sido un Festival encuentro, entre quienes participaban en él y también con el público. Un encuentro de palabra. Y Agüimes además siempre ha tenido ideas nuevas en cuanto a los formatos, los espacios, los tiempos. Se trata de un Festival con solera y frescura».

Según señala el narrador canario Antonio López, que el día 29 de febrero ofrece en la Casa de Cultura del Cruce de Arinaga (18.00 horas) una sesión titulada 'Cuentos de la vida misma', a este festival «lo considero mi propia casa». «Como narrador soy hijo de este evento. Asistí como espectador en la primera edición y quedé maravillado del ambiente que se construía en las salas entre el narrador y el público, aparentemente con tan pocas herramientas. Aproveché ese año la formación que se ofertaba, y al año siguiente estaba en la programación como narrador local. A partir de entonces fui creciendo profesionalmente con él, y llevo contando exactamente los mismos años que tiene el festival», recuerda López.

La gallega Paula Carballeira estima que festivales como el de Agüimes cumplen un papel esencial «para el conocimiento y la difusión de nuestro oficio, además de para ofrecer un lugar de intercambio de experiencias e impresiones». El arte de contar historias comenzó con la narración oral, pero ha ido evolucionando con el paso de los siglos y adaptándose a distintos formatos. Carballeira cree que con ello hemos ganado y perdido en este largo camino. «Hemos perdido confianza en el poder transformador de los cuentos, en su capacidad para sorprendernos, entretenernos y conmovernos. Por el contrario, hemos ganado una valoración artística de la figura del narrador o narradora oral que además ha incorporado nuevos espacios para transmitir sus historias y se ha ido especializando profesionalmente, buscando su lugar en la sociedad contemporánea», subraya.

Quico Cadaval es asiduo al festival del sureste en el que ha participado en varias ocasiones. «He acudido tantas veces que ya es como una segunda casa», sostiene el narrador que recuerda que cuando fue invitado por vez primera a este encuentro vivió «una experiencia comunitaria enriquecida con el pulso del intercambio generado entre los participantes de aquella edición, el entusiasmo y la entrega del público. Este festival se ha convertido en la casa de las historias y de los narradores».

La cuentera colombiana Carolina Rueda, que también ha repetido en varias ocasiones en este festival, cree que un evento de esta naturaleza es mucho más que un acto agendado a modo de manifestación artística y cultural, ya que puede considerarse como un instrumento eficaz de construcción didáctica y pedagógica en la práctica y aprehensión de la cultura.