La sexualidad masculina a través de la mirada pictórica de Calavera

«He intentado ampliar el imaginario de la masculinidad con una mirada hacia su sexualidad que resume mi experiencia de mis 29 primaveras», comenta la autora que ha plasmado a hombres vulnerables, presos del deseo y ofreciéndose al placer.

Calavera asegura que en estas pinturas ha evitado cosificar el cuerpo masculino procurando plasmar en el lienzo los aspectos psicológicos de los sujetos retratados a los que da nombres de plantas aromáticas y medicinales; canela, manzanilla, hierba buena, anís, salvia... «Son pistas de las cualidades de estos personajes. Me gusta el olor de las personas y las casas. Estas plantas hablan de la sensualidad de lo olfativo», comenta la artista en una conversación telefónica.

Sus composiciones transitan por las sendas del expresionismo figurativo. Sus líneas y formas quedan condicionadas por el gesto de los trazos y los chorros de pintura. «La figura se pierde y el fondo cobra protagonismo. Se le da más importancia a la pintura que a la forma», explica Calavera sobre estas piezas realizadas sobre tela con pintura acrílica, óleo y pasteles. «Siempre uso una técnica seca para redibujar», explica sobre su preferencia por las tizas.

El paisaje, dice, es el punto de partida de sus composiciones, sobre todo el contraste entre lo natural y lo artificial y su relación con el sujeto. Calavera ya indagó en estas relaciones en una serie inspirada en Las señoritas de Avignon de Picasso y ahora ha centrado su mirada en la figura masculina para expandir esta investigación que ha desarrollado principalmente en el ámbito de la pintura mural.

De hecho, la joven creadora trabajó con Severo Acosta en el mural Tres orillas, situado en el puerto de Los Cristianos, y realizó el proyecto A la salud de Ofra en el Centro de Salud de Las Delicias-Miramar. También ha participado en encuentros internacionales de pintura urbana como Meeting of Styles Brazil y Ciudad Mural Campeche, en México.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, Paula Calavera (Ceuta, 1989) reconoce la dificultad de ganarse la vida con su pintura. «Es complicado. Se puede vivir del arte pero con preocupación y cierta precariedad», asegura la creadora que últimamente ha trabajado impartiendo talleres de grafiti en espacios expositivos. «La docencia me interesa. Estoy haciendo un doctorado con la intención de ver qué puedo aportar en esa rama de la educación», añade acerca de su futuro profesional.

Calavera, que en 2015 obtuvo el premio Manolo Millares de Artes Plásticas, ha protagonizado tres exhibiciones individuales en Tenerife: Señoritas (2016), en el centro de arte La Recova; De luz y púrpura, en la sala de arte Fleming, y En travesía (2012), en el espacio multifuncional El Polvorín.

Cita como sus principales referentes en el ámbito de la pintura a Maribel Nazco y Pedro González, entre los creadores locales, y a Jenny Saville y Peter Doig, en el panorama internacional.